Banco de Algas en Canarias.
El banco nacional busca aliados en el sector privado. El centro vende cepas a través de su web a empresas de todo el mundo
El Banco Español de Algas es mucho más joven que el resto, con más proyección y con una vocación más empresarial”. Eso asegura Bruno Berheide, gerente de esta entidad pública, quien en los meses que lleva al frente de la institución ha querido abrir el banco al sector privado.
Este es un banco muy particular, donde sus almacenes guardan algas para usos científicos. Tiene como objetivos básicos el aislamiento, identificación, conservación y suministro de microalgas y cianobacterias. Cuando un investigador descubre una nueva especie debe depositarla en este centro de Las Palmas de Gran Canaria.
El banco comenzó a funcionar en 2011 y cuenta con más de 1.300 cepas distintas. “Tenemos la mayor colección subtropical del planeta”, afirma Berheide. En el mundo hay seis de estas bibliotecas homologadas y en Europa hay otra en Escocia. “Nuestra fortaleza es que somos atípicos; en los demás, de origen anglosajón, se repite la misma colección. La nuestra es subtropical y basada en la Macaronesia. No hay ningún otro que tenga esta biodiversidad. El 25% de nuestras cepas no tiene parangón”, añade. Incluso van a ampliar esta variedad entrando en las costas de Cabo Verde, donde esta entidad ha firmado un acuerdo para hacer prospección en sus mares. Por eso tiene esperanzas incluso de encontrar nuevos organismos.
El banco es un servicio nacional adscrito a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y perteneciente al Ministerio de Economía y Competitividad. Además de coleccionar las algas, las ofrece a investigadores y empresas, “porque hemos querido estar muy enfocados a la actividad industrial”, cuenta el gerente, “para buscar cofinanciación para el centro y porque debemos ofrecer un retorno social de lo que hacemos, para que no se quede todo en papers, sino que sirva para avanzar en enfermedades como el cáncer o el sida”.
Recientemente, ha firmado un acuerdo para conservar un grupo de 240 cepas de algas y cianobacterias que están sirviendo para el estudio de antiinfecciosos por parte de la empresa Valoralia, que trabaja en buscar remedios contra el VIH, antitumorales o antifúngicos.
En estos momentos, la mitad del presupuesto del banco, que no llega al millón de euros, ya proviene del sector privado. Una de las actividades que realiza el centro es la venta de cepas, a través de la web, a empresas y grupos de investigación de todo el mundo.
“Las microalgas son parte del futuro para muchos sectores, como el farmacéutico, la nutricosmética, la cosmética, los biocombustibles o la acuicultura”, avanza. “Y creo que vamos a tener un papel muy importante porque estamos a las puertas de África, donde queda mucho por descubrir”.
Actualmente, el banco español participa también en proyectos europeos, como la búsqueda de algas como fuentes de lípidos.
Alfonso Simón Ruiz
Fuente: Cinco Días