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Palmicultores siembran futuro en Colombia

El comportamiento del sector palmicultor dependerá de variables como la evolución de la enfermedad de la ‘pudrición del cogollo’, los precios internacionales, la fluctuación del dólar, el precio de los insumos y el crecimiento del mercado interno del aceite de palma.

El sector palmicultor sigue su marcha. No en vano, esta industria creada hace más de sesenta años ha venido evolucionando con miras a convertirse en el primer productor de palma de aceite de Latinoamérica y aspira mejorar su honrosa posición en el cuarto lugar a nivel mundial. Y en este sentido, las metas son ambiciosas. Colombia cuenta actualmente con más de dos millones de hectáreas aptas para su cultivo en condiciones favorables.

De hecho, los pronósticos de la Federación de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma) son bastante halagüeños. Para el 2013, se proyecta llegar a 1’029.000 toneladas de producción de aceite de palma. Sin embargo, al sector lo ronda un desafío: superar la problemática sanitaria, como consecuencia de la expansión con carácter epidémico de la enfermedad de la pudrición del cogollo. Por eso, los esfuerzos están enfocados en buscar las condiciones adecuadas para atraer inversión extranjera e incrementar la productividad con la aplicación de buenas prácticas que contribuyan a los objetivos planteados.

El presidente de Fedepalma, Jens Mesa Dishington, advierte que las proyecciones de crecimiento para el cierre del presente año están basadas en que la situación climática registre un comportamiento favorable para este cultivo.

Mientras en el año 2002 el país contaba con 150.000 hectáreas cultivadas de oleaginosa, al finalizar el 2013 las proyecciones de Fedepalma indican que se llegará a las 500.000 hectáreas, cifra que permitirá que la producción sobrepase el millón de toneladas de aceite de palma. Y se prevé que para el 2014 se llegue a las 600.00 hectáreas cultivadas.

El comportamiento de la agroindustria de la palma de aceite dependerá de diversas variables que inciden en el negocio. Además de la pudrición del cogollo también cuentan el comportamiento de los precios internacionales, las fluctuaciones de la tasa de cambio, las mejoras en las condiciones de productividad, el comportamiento de los precios de los agro-insumos para el cultivo y el crecimiento del mercado interno del aceite de palma para distintos usos, especialmente para biodiesel.

Según explica Amilkar Acosta, miembro de la junta directiva de la Federación Nacional de Biocombustibles, Fedepalma le ha venido proponiendo al Gobierno el incremento de la mezcla, buscando alcanzar 15% en 2015 y 20% en 2020, medida que se irán adoptando gradualmente. Hoy está en el 10%.

La agudización de la caída de precios por efecto de la revaluación del peso colombiano frente al dólar en el 2012, también hizo mella en el sector. La persistente disminución de la tasa de cambio incidió de manera altamente desfavorable en la competitividad del aceite de palma colombiano frente a sus sustitutos extranjeros, y ocasionó una reducción considerable de los ingresos para las empresas.

Otros de los aspectos que no son favorables para su crecimiento, es la falta de señales claras del Gobierno respecto a la política de los biocombustibles. También hablan de la persecución laboral y estigmatización de las cooperativas de trabajo asociado en el sector palmero. En este aspecto, los empresarios del sector consideran desproporcionadas las multas impuestas a algunas empresas palmeras por parte del Ministerio de Trabajo, con ocasión de la implementación del controvertido decreto 2025 de 2011, sobre intermediación laboral.

Contrario a los vaticinios de que la crisis internacional permeará algunos sectores, los productores de palma de aceite estiman que la continuación de la crisis de financiamiento en Europa y la lenta recuperación de la economía norteamericana tendrán un impacto moderado sobre el mercado global de aceites vegetales y biodiesel, pero la demanda por estos productos continuará siendo sostenida principalmente por las economías emergentes de India y China, las cuales, a pesar de su desaceleración, se mantienen con crecimientos relativamente altos.

Los empresarios del sector palmicultor sostienen que con la profundización de los programas de desgravación acordados en los distintos tratados de libre comercio firmados recientemente por Colombia, se espera una mayor competencia de aceites crudos y refinados importados en el mercado local, pero a su vez se abren nuevas oportunidades para la exportación de aceite de palma y sus derivados a mercados como Estados Unidos y la Unión Europea.

Oportunidades:

• Potencial exportador hacia mercados como Estados Unidos y la Unión Europea.

• Mayor inversión extranjera que impulse la adopción de tecnologías para mejorar la productividad.

• Incentivar la utilización del aceite de palma en la industria de alimentos en virtud de sus cualidades nutritivas.

Amenazas:

• El avance de la pudrición del cogollo y la baja en la productividad.

• Mayor competencia de aceites crudos y refinados importados.

• Incertidumbre sobre la política de los biocombustibles

Fuente: Mision Pyme

Fimaco

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