El sector agropecuario tiene la posibilidad de generar un negocio a través del Mecanismo de Desarrollo Limpio.
A partir del protocolo de Kyoto, firmado en 1997, los países industrializados acordaron reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. La Argentina, a pesar de no formar parte de esa categoría de países, participa del protocolo a través de uno de sus artículos, el que habla del Mecanismo de Desarrollo Limpio(MDL), que hoy en día representa una gran posibilidad para muchas empresas argentinas de contribuir con el cuidado del medio ambiente y hacer un buen negocio con la venta de bonos de carbono.
Así es. La reducción de emisiones de gases se cuantifica con los llamados bonos de carbono, y esos bonos son bien pagados en un mercado que tiene como compradores a los países más desarrollados, quienes están obligados a contar con determinada cantidad de bonos, generados dentro o fuera de sus fronteras. La Argentina se comprometió a no aumentar sus emisiones, pero las emisiones de nuestro país, por no ser parte de los llamados industrializados, no son cuantificadas.
Hernán Satorre, líder del Proyecto Bonos de Carbono de Aacrea, explica que “los certificados de reducción de emisiones, mal llamados bonos, atraen a las empresas extranjeras y viabilizan un traspaso de tecnología. Las compañías deben demostrar que reducen la emisión de gases por medio de estos certificados, y cuando ya no lo pueden hacer en sus países buscan en otros, como la Argentina, que están adheridos al MDL. De esta manera, las empresas locales reciben tecnología de punta e incorporan prácticas más amigables con el medio ambiente a cambio de brindar los certificados a las empresas extranjeras. También existen empresas que reducen sus emisiones por su propia cuenta y luego venden los certificados”.
Uno de los sectores que mayores posibilidades tiene de reducir sus emisiones y pisar fuerte en el mercado de bonos de carbono es el agropecuario, principalmente a través del tratamiento de efluentes en la ganadería y la cría confinada de animales.
“En el protocolo de Kyoto se identificaron seis gases causantes del calentamiento global. Uno de ellos es el metano, que en el mercado de bonos tiene un valor veintiún veces mayor al dióxido de carbono (CO2). El metano es generado por los animales y puede ser aprovechado para la producción de biogás, reduciendo emisiones y ganando certificados”, cuenta Satorre.
Otro gas identificado en Kyoto como dañino para la capa de ozono es el óxido nitroso, que en el mercado de bonos paga 120 veces más que el CO2 y que está presente en muchos agroquímicos, pero la reducción de su emisión es más difícil de aplicar.
Desde Aacrea, Satorre estudia las posibilidades que existen para el campo en el mercado de bonos de carbono y busca vincular a los productores con los posibles inversores extranjeros.
Por Lucas Villamil
FUENTE: DIARIO CLARIN SUPLEMENTO RURAL