Etanol a partir de celulosa.Lic. Brenda Podoroska; Ph. D. Bjorn Welin y Dra. Patricia Miranda integrantes del equipo de investigadores del centro agrobiotecnológico. Foto: Indear SA.
Nuevos rumbos científico- tecnológicos dejan atrás el debate alimentos versus biocombustibles. Una investigación de Indear SA en marcha.Teresa Pandolfo.
En la provincia se está investigando la producción de una enzima para transformar celulosa en azúcar fermentable y producir bioetanol de segunda generación. La responsable de este proceso es Indear SA, una empresa del grupo Bioceres SA, que tiene más de 200 productores agropecuarios como inversores.
Esta tecnología permitiría superar el debate mundial sobre si los granos deben destinarse a alimentos o a producir biocombustible. Además, presenta para la Argentina una oportunidad extraordinaria a la hora de dar soluciones frente a los combustibles no renovables y de ingresos adicionales para el país.
Días atrás, La Nación on line publicó una nota a Gustavo Grobocopatel, en la que “el zar de la soja” dice que “las plantas van a producir no sólo granos para alimentos, sino enzimas muy baratas, que degradan la celulosa que viene de un árbol, de un pastizal y la transforman en etanol”. También explica que ya había prototipos y que “ en cinco o seis años vamos a ver etanol de celulosa”.
La nota de marras no indicaba dónde se estaban produciendo estas enzimas. Santa Fe es una provincia generadora de biotecnología y la primera pregunta estuvo dirigida a la Dra. Raquel Chan, directora del Instituto de Agrobiotecnología de Conicet-UNL. La investigadora orientó la consulta al Indear SA, empresa ubicada en el Parque Tecnológico de Conicet en Rosario.
“Hace cinco años que Indear es una sociedad anónima pero recientemente fue habilitada para funcionar en el Parque Tecnológico y estamos previendo la inauguración para noviembre”, informó su gerente, Ph. D. Federico Trucco, quien agregó que allí se ha constituido un centro de agrobiotecnología “reconocido en la región, no sólo en la Argentina”.
Indear desarrolla tecnologías de alto valor agregado orientadas a la producción de enzimas industriales en organismos vegetales genéticamente modificados (OVGMs).
Trucco precisa que “las enzimas industriales representan a nivel mundial un negocio de varios miles de millones de dólares anuales, en el cual nuestro país tiene escasa participación”. Y que al mismo tiempo – dijo- se proyecta un fuerte crecimiento del mercado de este tipo de enzimas, conjuntamente con el desarrollo de tecnologías para la producción de biocombustibles de segunda generación, que son aquéllos obtenidos a partir de desechos agrícolas”.
El gerente de Indear SA calcula para los próximos 20 años, un mercado de enzimas degradadoras de celulosa mayor a los U$S 20.000 millones anuales. “Hoy este mercado es virtualmente inexistente”, agrega.
Explicación
En diálogo con El Litoral, Trucco explicó que las plantas producen granos y frutos, que se consumen, pero también queda una biomasa que “está desaprovechada”.
“Ahora los granos se están utilizando como alimentos y para la producción de biocombustibles; nuestra propuesta es ya no usar los granos para biocombustibles y sí los residuos de las plantas con alto contenido de celulosa. Mediante una tecnología que estamos experimentando, la idea es convertir esa celulosa en azúcar fermentable y convertirla en alcohol mediante un proceso enzimático.
“Esta tecnología se denominada de segunda generación porque permite la producción de bioetanol con materias primas, que no compiten con los alimentos, sino que se trata de desechos”, indica.
Trucco explicó que hace un año la empresa viene concretando una fuerte inversión en lo que se llama Molecular Farming, o sea “granja de moléculas”.
“Estamos utilizando la especie cártamo y en las semillas del cultivo acumulando enzimas, para luego extraerlas y ocuparlas en procesos industriales”.
Finalmente, ante otra pregunta de El Litoral coincidió con Grobocopatel en que en cinco o seis años, se estaría en condiciones de producir etanol de la celulosa, es decir de los desechos vegetales que contengan carbono.
Cártamo
A partir de las plantas de cártamo, se investiga la producción de enzimas para uso industrial.
De este cultivo se extrae aceite y, por su fuerte resistencia a la sequía y por ser de tipo invernal, se adapta muy bien a las regiones semiáridas. A nivel mundial, cerca del 89 % de la producción se encuentra concentrada en India, Estados Unidos, México y Etiopía. La participación argentina en el ranking de países es muy baja, llegando en la actualidad a tan sólo el 1,8 %, según la FAO. Se cultiva cártamo en Salta, Santiago del Estero, Jujuy y Chaco.
Licencia y futuro
SemBioSys Genetics Inc. (SBS) es una empresa canadiense líder en el campo de Molecular Phaming. Esta empresa ubicada en el Estado de Alberta ha diseñado una plataforma de producción de proteínas en semillas de cártamo, para lo cual cuenta con un portafolio de patentes.
Desde el Indear se sostiene que el cártamo es un cultivo ideal para soluciones de Molecular Farming debido a su baja participación en la cadena alimenticia. Su semilla posee un tejido vegetal atractivo para la producción de proteínas recombinantes porque permite el almacenamiento de altas cantidades de proteínas en forma estable durante muchos años, a un bajo costo.
Indear ha alcanzado un acuerdo de licencia para utilizar la plataforma de SBs para la producción de quimosina bovina, tecnología denominada SPC, y su aplicación en la producción de quesos.
Federico Trucco señala que nuestro país se encuentra con la posibilidad de liderar la adopción de este tipo de tecnologías, disponiendo Indear de un primer producto de Molecular Farming técnicamente listo para ser comercializado como es la quimosina (SPC), enzima utilizada como catalizador de la industria láctea.
El gerente de Indear SA agrega que “conceptualmente” es la misma tecnología a utilizar para las enzimas necesarias en el proceso de producción de bioetanol de segunda generación.
Molecular Farming
La disciplina utiliza a las plantas como biorreactores para producir proteínas recombinantes u otras moléculas de gran valor agregado.
Dentro del amplio espectro de proteínas, Indear ha elegido como estrategia inicial la producción de enzimas industriales.
Se precisa, por ejemplo, que la quimosina bovina es la enzima utilizada en la industria láctea para la coagulación de leche bovina en la producción de quesos. Originariamente, se explica desde la empresa, esta enzima era extraída de los estómagos de los terneros en lactancia.
Por distintos motivos, entre otros, problemas sanitarios, desde hace 20 años “se produce en forma recombinante en bacterias y hongos utilizando fermentadores. Hoy, más el 80 % de la quimosina utilizada en la producción de quesos es de origen recombinante”. Y en parecidos porcentajes también se la importa.
FUENTE: DIARIO EL LITORAL