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El presidente de la regional de Aapresid en aquel país, Rodrigo Dias, cuenta los detalles que hicieron que sea el primer exportador mundial de soja y el segundo de maíz.
En Brasil se sembrarían esta campaña unas 38 millones de hectáreas de soja, más del doble de lo que se produce en Argentina.
Brasil se ha convertido en uno de los principales jugadores agrícolas a nivel mundial. El crecimiento fue vertiginoso en los últimos años a partir de tecnología y conocimiento. La superficie productiva alcanza a las 66 millones de hectáreas, Y son los primeros exportadores de la oleaginosa y segundo del cereal. Pero tienen otras producciones muy importantes, como arroz y el poroto, seguidos del trigo, algodón y la caña de azúcar.
Además, tienen una superficie potencial a explotar en los llamados “cerrados” de más de 60 millones de hectáreas.
En una extensa entrevista con Clarín Rural, Rodrigo Dias, presidente da regional brasileña de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), cuenta los pormenores que hicieron a Brasil una potencia agrícola.
1- ¿Cuántas hectáreas se prevé que se va a sembrar de soja en Brasil en este campaña?
Se estima que en Brasil se sembraría 37,9 millones de hectáreas de soja en la cosecha 20/21, un aumento del 2,6% respecto al año pasado. En 2019, las exportaciones de granos de soja cerraron 74,1 millones de toneladas. Las exportaciones totales, considerando granos, salvado y aceite, generaron 32.600 millones de dólares.
2- ¿Por qué la industria de la soja no se desarrollado como en Argentina?
Hay varias discusiones sobre el tema, y la que me parece que tiene mayor peso fue la de dirigir la inversión del procesamiento de la soja a la producción de biocombustibles, como biodiesel, en lugar de harina y aceite. Brasil es técnicamente uno de los mayores productores y consumidores de biodiesel del mundo. En julio de este año, el país alcanzó 3,82 millones de barriles de petróleo equivalente.
3- En cuanto al maíz: ¿cuántas hectáreas le destinan al cereal?
En la cosecha 2020/21, se estima sembrar un área de 4,46 millones de hectáreas de maíz y 14,4 millones de la segunda zafra. La demanda mundial es alta y Brasil se convirtió el año pasado en el mayor exportador de maíz del mundo, con 44,9 millones de toneladas. El consumo interno del grano, impulsado por el crecimiento de la industria cárnica, principalmente pollo y cerdo y por sus exportaciones, en consecuencia, planteó la necesidad de producción.
Rodrigo Dias, presidente da regional brasileña de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).
4-¿Qué es la zafriña de segunda en maíz?
La segunda cosecha de maíz es sembrada después de la cosecha de soja, dentro del mismo año agrícola. En la misma zona se siembra soja en septiembre / octubre y se cosecha en enero y, de inmediato, se implanta el cultivo de maíz, lo que duplica la capacidad productiva del agricultor explorando dos cultivos en el mismo año. En las regiones más cálidas, como San Pablo y Paraná, todavía es posible una tercera cosecha de porotos en la misma zona.
5- ¿Qué potencial tienen los «cerrados» en Brasil?
La superficie cultivada con cereales, frutas, hortalizas y cultivos perennes en Brasil es cercana a 66,37 millones de hectáreas, lo que representa el 7,8% del territorio nacional. Los pastos se destinan a otro 21,2% del área brasileña. El Cerrado tiene 204,47 millones de hectáreas, de las cuales 107,42 millones son vegetación nativa y 1,3 millones, de áreas cubiertas de agua. En este bioma, 62,1 millones de hectáreas tienen aptitud agrícola, incluyendo pastos, y ya 18,2 millones de hectáreas están sembradas con soja y casi la mitad de esta área con maíz. Extensas áreas con bajo costo de adquisición, excelente topografía y disponibilidad de recursos naturales como agua y suelos productivos han atraído a muchos productores al cerrado brasileño en las últimas décadas. El desarrollo de infraestructura, principalmente logística, contribuyó a este crecimiento. Asimismo, los avances en investigación y desarrollo de las empresas han colaborado para hacer que estos entornos sean productivos y rentables para los agricultores. Por último, la tecnología, de empresas emergentes como ConnectFarm, ha aumentado la productividad de los cultivos mediante el uso de big data y algoritmos.
6- ¿Qué rol ocupa la siembra directa en Brasil teniendo en cuenta que en Argentina más del 90% del área agrícola se hace bajo este manejo sustentable?
En Brasil, la labranza cero comenzó alrededor de 1971, y el proceso fue lento hasta 1991. Desde entonces, la adopción de este sistema se ha vuelto exponencial, pasando de menos de 2 millones de hectáreas a 18 millones de hectáreas. en 10 años. Hoy, hay poco más de 35 millones de hectáreas, lo que corresponde aproximadamente al 90% de las áreas ocupadas con producción de granos en Brasil. La labranza cero en Brasil se inició en el estado de Paraná en 1971, en la ciudad de Rolante, con el productor Herbert Arnold Bartz, quien aprendió sobre la técnica dentro de una institución de investigación en Brasil. Fue él quien primero importó una sembradora Allis Chalmers a Brasil para este propósito. Posteriormente, se difundió el sistema y se compartió el conocimiento en Sudamérica, Argentina fue un gran socio de desarrollo técnico para las empresas brasileñas y muy importante en la implementación de esta espectacular técnica en Brasil.
7- ¿Tiene el concepto de Buenas Práctica Agrícolas (como en Argentina) con el fin de reducir el impacto ambiental y producir de manera sustentable?
El concepto existe, pero todavía está poco adoptado como en Argentina, como modelo de certificación, que aún no está definido en Brasil, y en Argentina está certificado por AAPRESID, por ejemplo. Algunas empresas de asesoría como la nuestra, ConnectFarm, trabajan en alianza con AAPRESID para validar este modelo en Brasil y certificar propiedades en buenas prácticas.
8- ¿Cuánto es el porcentaje de semilla legalizada que usa en la soja? ¿Por qué hay algo?
En general, en Brasil, la tasa de uso de semillas legalizadas es del 71%. La región Norte / Noreste tiene la tasa de utilización más alta con 85%. Rio Grande do Sul, Paraná y Santa Catarina tienen 35%, 62% y 55%, respectivamente, con las tasas más bajas de utilización de semillas, según la Asociación Brasileña de Semillas y Plántulas (ABRASEM). El uso de semillas legalizadas significa que el productor tiene mejor calidad y garantías en el establecimiento de sus cultivos.
9- ¿Cuál es la productividad de la soja y el maíz en promedio? ¿Hay techo para seguir creciendo?
La productividad promedio de Brasil en la cosecha de soja 2019/20 fue de 3.379 kilos por hectárea y creció 5.7% en los últimos 10 años. Según el Comité Estratégico Soja-Brasil, que coordina desde hace más de 12 años el Desafío Nacional de la Productividad de la Soja, es posible crecer mucho más con la adopción de tecnologías. Los campeones de la productividad de los últimos años han cosechado más de 6.000 kilos por hectárea, lo que demuestra el potencial de crecimiento en Brasil. Para el maíz, el promedio es de 5.355 kilos por hectárea. Este cultivo depende mucho más de la adopción de tecnologías y crece a niveles más bajos que la soja.
10- ¿Cuál es la región más productiva de Brasil? ¿Dónde está ubicada la zona de soja y maíz?
Paraná es el estado con mayor productividad ubicado en la región Sur. El estado con mayor área sembrada en Brasil es Mato Grosso, ubicado en el Medio Oeste, 10 millones de hectáreas sembradas con soja y aproximadamente 5,4 millones de hectáreas plantado de maíz.
11- ¿Hay retenciones sobre cultivos (derechos de exportación) como en Argentina?
No hay impuestos a la exportación en Brasil, como en Argentina. La carga fiscal recae sobre la compra de equipos y suministros. En Brasil, los márgenes son pequeños y si hubiera impuestos a la exportación sería desastroso para los agricultores.
12- Por último, ¿qué importancia tiene el bioetanol en Brasil?
Brasil tiene uno de los mejores contextos del mundo para la producción de caña de azúcar, materia prima del etanol. Con eso, se ubica como el segundo productor más grande del mundo, solo detrás de Estados Unidos, que produce a partir de maíz y no de caña. La producción de caña de azúcar hace que el producto brasileño sea más competitivo, ya que tiene un menor costo de producción. El año pasado, la producción fue de 34 mil millones de litros, de los cuales se exportan 1,77 mil millones de litros, principalmente a Estados Unidos. El consumo interno es alto, impulsado por la demanda de automóviles flexibles que funcionan con alcohol o gasolina y los programas de incentivos gubernamentales para mezclar alcohol con gasolina.
por Esteban Fuentes
FUENTE: DIARIO CLARIN/CLARIN RURAL