Recomposicion de precios agricolas llegaria a mediados de 2015.En Chicago, la soja pasó de valer US$562 el 30 de abril a US$334 el viernes pasado. Proyectan caída de la inversión en el campo.
Que no se corte el chorro. Las retenciones sojeras representan el 41% del gasto en salarios y el 28,3% de los subsidios económicos.
Que no se corte el chorro. Las retenciones sojeras representan el 41% del gasto en salarios y el 28,3% de los subsidios económicos.
En 2015, las ventas externas argentinas del complejo sojero harían ingresar al país unos 17.800 millones de dólares (4.000 menos que este año), siempre considerando un valor FOB promedio de US$380 la tonelada y un volumen cosechado similar al del ciclo agrícola 2013/14. Los números saltan del último informe de la consultora Economía & Regiones (E&R) y, con los precios de la soja por el piso, la pavura se siembra como reguero de pólvora en la Argentina sojadependiente.
Aunque los precios ya venían de capa caída, la cuestión se terminó de disparar cuando el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) estimó que la cosecha de EE.UU. alcanzaría el récord de 106,5 millones de toneladas, a lo que se sumarían a principios de 2015 otras campañas muy buenas en Brasil y Argentina, con 94 y 55 millones de toneladas más, respectivamente.
Los analistas barajan que podría haber alcanzado su piso esta semana (aunque el viernes, soja y maíz siguieron bajando en Chicago), pero habría que esperar hasta mediados del 2015 para que haya una recomposición en el precio.
“Lo que tenía que pasar, ya pasó. Si bien falta mucho y hay margen para que la soja pueda seguir bajando, ya estamos en un mínimo para los últimos 5 años”, destacó Pablo Adreani, de Agripac. La soja argentina no bajó tanto, ya que la caída fue de US$102 (al viernes pasado, acumula -27,95%), mientras en Chicago la baja alcanza a US$ 228 (-40,36%), desde el 30 de abril al viernes.
Coinciden en que el valor mundial del poroto seguirá relativamente bajo en lo que queda de 2014 y 2015 y que la economía argentina se deberá adaptar a precios de soja de US$380/360 la tonelada, un 25% más bajo que los US$513 promedio de 2011 y 2013.
“Los precios han bajado mucho. Son muy malos, más ahora que se está definiendo la siembra de la nueva cosecha gruesa. Se espera que, en maíz, la superficie caiga entre el 15 y el 20%. Con la baja de la soja los números no dan, aunque hay algo más de tiempo para decidir qué hacer. Por el lado de la demanda (exportación y fábricas), están liquidando muchas menos divisas porque no pueden comprar, ya que los productores no venden, comentó a iEco el CEO de una cerealera top.
“A pesar de la caída de los precios, los productores son reacios a vender (las bondades de la tecnología: poder retener la cosecha en los silos bolsa), por cuanto hasta noviembre no tendrán aplicación del dinero”, destacó.
Sembrar o no sembrar, esa es la cuestión …“El dueño del campo seguirá sembrando. El que alquila tiene que bajar las condiciones de los últimos años y todo terminará en porcentaje sobre lo cosechado y sin pago fijo. Las pérdidas de los últimos años hicieron salir a muchos inversores del negocio de la siembra”, subrayó.
Siguiendo con los números de E&R y ValorSoja.com, en 2014 la recaudación por derechos de exportación aplicados a productos del complejo sojero sería de 7.150 millones de dólares (equivalente a 59.500 millones de pesos). “Comparada con el año anterior, la recaudación por retenciones de soja habría aumentado un 77% en pesos como consecuencia de la devaluación promedio del 52% y por un incremento de los fondos en dólares del 17%”, explica E&R. De más está resaltar la importancia que tienen estos recursos en relación con otras partidas del gasto público: las retenciones a la soja “representan el 4,6% del gasto corriente, el 41% del gasto en salarios, el 4,5% del gasto primario, el 16,4% del gasto en jubilaciones y el 28,3% de los subsidios económicos. Además, la última devaluación del tipo de cambio oficial ha generado un incremento en la importancia relativa de este recurso dentro de la estructura de gastos en particular y de toda la economía en general”, añade. Pese al menor valor previsto de la soja, el proyecto de Presupuesto 2015 asume que los recursos tributarios del sector público nacional (sin provincias y municipios) se elevarán al equivalente a 30% del PBI. Es decir: dos puntos porcentuales más que el 28% estimado para 2014.
Así, con los nuevos y alicaídos valores de la soja, en 2015 todos los integrantes de la cadena de valor agrícola (empresarios, propietarios de campos y proveedores de insumos y servicios) deberán hacer un nuevo ajuste. En esta línea, una reciente medición de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), realizada entre 872 productores agropecuarios y 206 asesores, arrojó que el 58% de los encuestados indicó que el actual es un mal momento para realizar inversiones, mientras que para el 16% la situación es favorable. “Las expectativas se deterioraron con relación al primer trimestre de 2014, cuando los valores eran 53 y 18%, respectivamente”, afirmó CREA. “La ajustada situación económica de los productores va a repercutir no sólo en la macroeconomía sino en la actividad de las comunidades”, concluyeron en CREA.
Por su parte, Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, destacó que la expectativa queda puesta en la demanda. En este punto también coincide el analista de mercados Enrique Erize.
“El primer mandamiento es no subestimar la demanda”, dijo en la jornada Agrotendencias 2014 del miércoles pasado. Aunque reconoce la presión que ejerce la abultada cosecha estadounidense en los valores del maíz y la soja, sostuvo que “cuando la Argentina esté cosechando estos granos, en abril/mayo de 2015, la demanda ya habrá actuado y los stocks americanos estarán mucho más bajos. Y, como Chicago queda en Estados Unidos, estoy convencido de que ese mercado volverá a rebotar”. Opinó que hoy el mercado granario “está liderado por la demanda” y los bajos precios actuales colaboran a incentivar aún más el interés de compra de los países.
Liliana Cobelo
Fuente: IECO Diario Clarín