En Santo Domingo hay una planta para aprovechar la biomasa y depender menos del petróleo. La iniciativa se extenderá a 316 urbes.

La mayor parte de residuos que se procesan en el Ecuador tienen origen orgánico (80%). Solo el 20% restante representa el plástico, cartón, vidrio… Por eso, a diferencia de lo que pasa en países de Europa; donde la relación es inversa, el país tiene un potencial para aprovechar esos desechos.

El ingeniero químico Ricardo Narváez, y director de investigación del Instituto Nacional de Energías Renovables, ideó una forma de convertir la biomasa (materia orgánica no fosilizada que se origina en un proceso biológico) en energía. Narváez explica que debido a su naturaleza agrícola la biomasa nacional constituye una fuente renovable con un alto potencial de aprovechamiento.

Además se puede obtener fácilmente. En su mayoría proviene de la agroindustria y de los hogares de Santo Domingo de los Tsáchilas.

En esa urbe se construyó una planta piloto que utiliza el componente orgánico de los desechos urbanos para producir (biodiésel) que se puede usar en el transporte. Es el principal sector que demanda energía en el país (49%). Le sigue la industria con el 17% y el residencial, con el 13%.

La conversión -explica Narváez- incluye un proceso de trituración de los residuos. Luego esa materia se gasifica y con un complejo tratamiento se obtiene el biodiésel. La infraestructura piloto tiene la capacidad de procesar 50 kilos de residuos sólidos por cada hora que trabaja. Además la energía que usa es menor a la que generará. Con los primeros resultados que arroje la nueva planta se busca generar un modelo matemático. Este, a su vez, permitirá hacer réplicas en los 316 Gobiernos Autónomos Descentralizados del país.

La idea es que cada ciudad utilice su basura y tenga una alternativa renovable de combustible, frente al tradicional que proviene de fósiles.

Además se dará una salida sustentable al manejo de la basura, que representa un problema sanitario en el país. “En lugar de enterrar los desechos en los rellenos sanitarios, estos se pueden transformar”, sostiene Narváez.

Según un estudio hecho por la Universidad Católica, Ecuador tiene la suficiente biomasa para cubrir al menos la mitad de la cantidad de etanol que se exigirá hasta el 2020 como componente de la gasolina de vehículos. Es decir, el 5% de etanol en la gasolina regular.

Narváez sostiene que con este proyecto se resolvería -en parte- la dependencia que existe de los derivados del petróleo.
Según la Agencia Internacional de Energía, el consumo de energía en el mundo, y particularmente en países industrializados ha tenido un crecimiento sostenido. Es así que la demanda mundial de energía en el período 1973-2011 aumentó de 4 674 a 8 918 millones de toneladas de petróleo respectivamente.

Del consumo total de energía en 2011, el 66% provino de recursos no renovables (petróleo, gas natural, carbón) y solamente el 13% provino de residuos y biocombustibles.El ingeniero ambiental Luis Trujillo sostiene que es urgente el cambio de matriz energética. No solo en los países desarrollados que generan las mayores emisiones de gases, sino en todas las naciones. Lo que tendrá también un efecto positivo en el ecosistema.

Amanda Granda

Fuente: El Comercio