El mundo necesita invertir al menos 45 billones de dólares (28,8 billones de euros) en tecnología hasta 2050 para reducir a la mitad las emisiones globales de CO2 en esa fecha, según un informe publicado hoy en Tokio por la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
El informe titulado ‘Perspectivas de Tecnología de Energía 2008’ estima que anualmente la inversión necesaria para alcanzar ese objetivo debería elevarse hasta los 1,1 billones de dólares (0,7 billones de euros), una cifra equivalente al 1,1 por ciento del producto interior bruto global.
Con este informe la AIE, fundada en 1974 y formada por 27 países industrializados, responde a la solicitud de los líderes del G8 de proponer perspectivas para poder cumplir con las metas energéticas en 2050.
Japón, que ostenta la presidencia del G8 este año, ha querido poner el cambio climático en lo más alto de la agenda e incluso ha propuesto en el foro internacional su propio plan de reducción de emisiones para 2050, llamado Cool Earth 50.
La AIE considera que el objetivo de reducir a la mitad las emisiones de CO2 para 2050 supone un ‘reto formidable’, teniendo en cuenta el previsible incremento en la demanda de energía de países como China, la India y otras economías emergentes.
A su juicio, si los gobiernos continúan con las políticas vigentes actualmente, las emisiones de CO2 aumentarán en un 130 por ciento y la demanda de petróleo en un 70 por ciento.
Sin embargo, sugiere algunos pasos con los que se podría lograr tal objetivo.
Según el informe, entre 2010 y 2050 se deberían instalar nuevos equipos de captura de CO2 cada año en 25 plantas de energía de gas y 35 de carbón, con un coste de 1.500 millones de dólares (900 millones de euros) cada uno.
Además, la AIE añade que cada año deberían construirse en todo el mundo 17.500 turbinas eólicas y 32 plantas de energía nuclear.
El organismo internacional ha dibujado una hoja de ruta con la que se podría lograr el objetivo: el 36 por ciento de la reducción llegaría de una mayor eficiencia en el uso de la energía, un 21 por ciento gracias al uso de energías renovables, el 19 por ciento a cuenta de la captura de CO2, y el 24 por ciento restante gracias a la eficiencia en la generación de energía.
El informe señala también la necesidad de reducir la cantidad de emisiones de carbono que genera el sector del transporte y afirma que esto representa ‘el paso más difícil y costoso debido al rápido crecimiento de la demanda y el potencial limitado de la tecnología actual’.
‘Para alcanzar la meta de reducción del 50 por ciento de las emisiones (…) necesitamos una acción política inmediata y una transición tecnológica a una escala sin precedentes’, dice el texto, que enumera las tecnologías que serán clave en el futuro de la energía.
La AIE sostiene que las claves para un futuro energético sostenible incluyen capturas de CO2 por parte de las industrias, el desarrollo de una electricidad más limpia, de la energía solar y de la segunda generación de biocombustibles.
El informe insta a una ‘acción inmediata’ que implica fondos adicionales de entre 100.000 y 200.000 millones de dólares (64.000 y 128.000 millones de euros) anuales durante la próxima década, que deberán aumentarse a entre 1 y 2 billones de dólares (0,6 y 1,2 billones de euros) durante las décadas siguientes.
Según aseguró hoy en Tokio el director ejecutivo de la AIE, Nobuo Tanaka, estas medidas requerirán ‘una nueva revolución energética global’ que transforme completamente ‘el modo en el que producimos y usamos la energía’.
Estas y otras propuestas de la AIE servirán como base de los diálogos que tendrán lugar en la cumbre del G8 en Hokkaido entre el 7 y el 9 de julio.
Fuente: Terra/España/Spain