biocarburantes

OCDE: alerta por la suba de alimentos impulsada por biocombustibles

galeria-9429-ocde-fao-la-maEl club de los países desarrollados junto a la FAO estimaron que un tercio del alza en los próximos diez años se explicará por la presión de los carburantes elaborados mediante granos.  

PARÍS (EFE).- Un tercio de la suba de los precios de los productos agrícolas, o sea los alimentos, que se espera para el periodo de 2008-2017 se explicará por la presión de los biocombustibles. 

La cifra fue expuesta hoy por Loek Boonekamp, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en la presentación a la prensa del informe anual de Perspectivas Agrícolas elaborado conjuntamente con la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La fuerte crítica fue entonces hacia los impulsos que consiguen estos combustibles en los diferentes países. Boonekamp señaló que «la mayor parte del consumo (de biocombustibles) en la OCDE es el reflejo de las subvenciones» que reciben.

Tanto el secretario general de esa organización, Ángel Gurría, como el director general de la FAO, Jacques Diouf, criticaron las actuales políticas de subvención de los biocarburantes y pidieron un cambio de orientación.

Gurría argumentó que los dispositivos actuales no sirven para cumplir los objetivos que los países ricos se habían marcado con sus políticas de ayuda a los biocombustibles.

«El rápido incremento de la demanda de biocombustibles, ampliamente generada por las políticas- necesita una revisión», señaló antes de apostar por «enfoques alternativos que ofrecen mayores beneficios».

Segunda generación. Citó en particular las incitaciones para reducir la demanda energética y las emisiones causantes del efecto invernadero, suprimir las trabas al comercio de biocombustibles y acelerar el desarrollo de una segunda generación de estos biocombustibles, que no utilicen productos alimenticios.

Diouf, por su parte, advirtió de que la producción de biocombustibles se doblará con creces entre 2008 y 2017 respecto a los diez años anteriores, y la consecuencia es que «las presiones sobre la agricultura van a reforzarse».

El máximo responsable de la FAO denunció que los países en desarrollo se enfrentan a «políticas de distorsión» llevadas a cabo en el mundo rico que afectaron a los precios alimentarios, e insistió en que con los biocombustibles «no hay que repetir los errores del pasado».

El documento. El informe conjunto de la OCDE y la FAO considera que los precios agrícolas bajarán algo respecto a los niveles récord que alcanzaron en los últimos tiempos, pero se mantendrán en el periodo de referencia de su previsión entre un 10% y un 50% por encima de los constatados entre 1998 y 2007.

Una de las consecuencias negativas, según Diouf, es que «para muchos países hay un grave problema para la seguridad alimentaria de muchos de sus habitantes». El riesgo es un aumento del número de personas que sufren hambre en el mundo, que en la actualidad está cifrado en 862 millones.

El director general explicó que la escalada de precios se debe en buena medida a que se subestimó la relevancia de la agricultura, y subrayó la necesidad de invertir en este sector.

Las críticas contra las políticas actuales en los países ricos de la OCDE y de la FAO no fueron ataques generales contra los biocombustibles. Así el propio Diouf señaló que el incremento de precios que generaron favorecen un nuevo impulso a la agricultura en los países pobres.

Además, consultado por la situación de Brasil, que en las últimas décadas hizo una fuerte apuesta por los biocombustibles, Merrit Cluff, uno de los expertos de su organización, respondió que «tiene un gran potencial», y recordó que en ese país el sector no funciona con subvenciones.

Fuentes:Agencias EFE, DPA, Reuters, AFP/La Nación

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