Aminorar el peso de los aviones conduce a recortar gastos. Foto: Archivo Particular
Las aerolíneas saben que cuidar el medio ambiente no solo es una buena acción por el planeta, sino que también es un buen negocio.
Contar con aviones que consuman menos combustible, usar nuevas tecnologías que ayudan a reducir el peso de las aeronaves y patrocinar campañas para reforestar bosques son algunas estrategias que la industria aérea está implementando para proteger el medio ambiente.
Estas acciones están relacionadas con la lucha contra el cambio climático, al que científicos de todo el mundo han culpado de fenómenos como olas de calor, sequías, inundaciones y deshielo de glaciares.
Un factor que contribuye a que dicho cambio climático se produzca es la emisión de bióxido de carbono (CO2), que según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) es el principal gas de efecto invernadero provocado por las actividades humanas. De acuerdo con la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata), un 2 por ciento de bióxido de carbono es arrojado cada año a la atmósfera por la industria aérea.
Por eso esta organización se ha propuesto lograr, en promedio, una mejora en la eficiencia del consumo de combustible de 1,5 por ciento cada año hasta el 2020, y a partir de entonces alcanzar un crecimiento neutro de carbono. Después, en el 2050, el objetivo es reducir a la mitad las emisiones de CO2 que se registraron en el 2005.
EN BUSCA DE LA EFICIENCIA
La renovación de sus flotas les permite a las compañías aéreas obtener ahorros y ha sido una respuesta de la industria a los problemas del medio ambiente. Por eso se han creado aviones como el 787 Dreamliner, que, según Boeing, la empresa que lo fabrica, utiliza 20 por ciento menos combustible que otras aeronaves de tamaño similar.
En el mismo sentido trabaja Airbus, cuyo A350 XWB, que comenzará a volar a finales de este año, permite reducir en 25 por ciento las emisiones de bióxido de carbono. Este jet, fabricado hasta en 53 por ciento con materiales compuestos (materiales sólidos hechos a partir de dos o más sustancias que tienen distintas características físicas), también producirá menos ruido debido a que sus alas están diseñadas en forma de rizo con el fin de disminuir la resistencia del aire.
Aminorar el peso de los aviones conduce a recortar gastos. Esto es algo que Iberia logra con la aplicación de una nueva pintura más liviana que mejora la aerodinámica y permite ahorrar 30 por ciento en los materiales empleados (se aplica una sola capa, en lugar de dos o tres, como hasta ahora).
También con el fin de combatir el exceso de peso, Delta Air Lines está entregándoles a sus 11.000 pilotos tabletas Microsoft Surface 2, que sustituyen al papel en las cartas de navegación y operación de las aeronaves, así como en los manuales de referencia. De esta manera cada avión pesa 38 kilos menos y la empresa ahorra 1,2 millones de litros de combustible al año (13 millones de dólares). Esto también significa que se dejan de usar 7,5 millones de hojas de papel y que 900 árboles se salvan de ser talados en el mismo período.
El camino del ahorro también lo sigue United Airlines, que opera 350 aeronaves dotadas con dispositivos de doble cimitarra en las puntas de las alas. La empresa estima que cuando toda su flota esté equipada con esta tecnología dejará de utilizar 65 millones de galones de combustible al año, lo que equivale a disminuir en 645.000 toneladas las emisiones de CO2 en ese lapso.
Con la mira en el mismo objetivo, Air France y KLM se han comprometido areducir sus emisiones de CO2 en 930 toneladas para el 2020 y han orientado sus proyectos hacia la disminución de su impacto ambiental con un programa que contempla, entre otros, la operación de vuelos de larga distancia con biocombustibles, la fabricación de aviones más ligerosy el reciclaje de uniformes.
La industria no solo intenta encontrar maneras de ahorrar, sino también de ayudar a mejorar el medio ambiente en las comunidades. Copa Airlines apoya la iniciativa ‘Todos por el Agua’, en la que participan empleados de la compañía y que consiste en limpiar ríos, mares y humedales en Colombia.
Igualmente, esta aerolínea forma parte de ‘Acción Verde’, una campaña en la que se mitigan los efectos del cambio climático mediante la reforestación. Se trata de darles a los pasajeros la oportunidad de donar dinero, en múltiplos de cinco mil pesos, para destinarlo a la siembra de árboles.
Por su parte, Avianca incorporó el año pasado 14 nuevos aviones Airbus y ATR con mejoras en las cámaras de combustión, que permiten reducir la emisión de CO2. La compañía también ahorra combustible al usar un solo motor en el rodaje de los aviones antes del despegue y después del aterrizaje.
En cuanto a energías alternativas, LAN Colombia llevó a cabo en agosto del 2013 el primer vuelo comercial con biocombustible de segunda generación en Colombia, en un Airbus 320 con 174 pasajeros, en la ruta Bogotá- Cali- Bogotá.
LA HUELLA DE CARBONO
Así como lo hacen varias aerolíneas, la australiana Qantas tiene un programa -Fly Carbon Neutral- que les permite a los pasajeros contrarrestar sus emisiones de carbono. La idea es que los clientes, voluntariamente, den dinero, que se usa para financiar proyectos en beneficio del medio ambiente. En la página de Internet de Qantas se puede calcular cuánto debe pagar un viajero: por ejemplo, si viaja entre Sydney (Australia) y San Francisco (Estados Unidos) la contribución para contrarrestar los 1.266 kilos de emisiones de CO2 correspondientes a ese trayecto es de 10,63 dólares australianos (19.600 pesos).
LA CIFRA
450.000 kilos de residuos como papel, cartón, vidrio y plástico recicló Avianca en el 2013. Ese año la aerolínea usó para el servicio a bordo 11,3 millones de vasos PLA -ácido poliláctico-, hechos a base de recursos renovables como el almidón de maíz.
Juan Uribe Especial para El Tiempo
Fuente: Portafolio