La Unión Europea triplicó la alícuota del arancel para el combustible procedente de la Argentina. La Cámara Argentina de Biodiesel pidió al Gobierno que habilite un mayor consumo a nivel nacional para sostener la actividad.
Gentileza informeindustrial.com.ar Directivos de laCARBIO, de izquierda a derecha: Gustavo Idigoras, LuisZubizarreta (presidente), Víctor Castro (director ejecutivo) y Andrés Iolster.
La Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO) denunció este jueves la inminente imposición de elevados aranceles contra el biodiésel por parte de la Comisión Europea, con el objetivo de «eliminar las exportaciones argentinas» del producto.
Desde mayo, la Unión Europea aplica un arancel del 8%, que retrajo las ventas de biodiésel argentino en u$s1.000 millones, desde los 1.500 millones a los actuales 450 millones de dólares. Argentina abastece aproximadamente al 6% de la demanda de este producto en el Viejo Continente. Con la nueva alícuota, establecida en un rango del 22 al 25 por ciento, las exportaciones a este destino se reducirán prácticamente a cero.
Con un arancel del 8%, las ventas de biocombustible a la UE disminuyeron u$s1.000 millones
Frente a semejante traba para ingresar al principal mercado de exportación de este subproducto de la producción agrícola, principalmente de la soja, el presidente de Carbio, Luis Zubizarreta, subrayó que el sector agroindustrial «es una de las cadenas de producción en las que la Argentina tiene ventajas competitivas y la industria del biodiésel concretó inversiones por unos 1.500 millones de dólares», que ahora peligran por la restricción europea. La Comisión Europea impuso en mayo pasado derechos provisorios antidumping contra el biodiésel argentino a una tasa promedio del 8% que significó una barrera al comercio dado que las ventas argentinas se redujeron un 75% comparada con el año pasado. Ahora la parálisis de los envíos a Europa puede ser total con la imposición de derechos definitivos en un rango entre 22% y 25% que se harán efectivos a fin de año.
«Hace 48 horas nos comunicaron la introducción de un arancel definitivo del 22 al 25 por ciento, además de que el 1° de enero del 2014, la Argentina, junto con varios países en desarrollo, perderá los beneficios del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) del 6,5%, con lo cual, el arancel total ascenderá a un 30 por ciento», explicó Zubizarreta.
Gustavo Idígoras, director de la consultora BIM y ex consejero agrícola de la Argentina ante la Unión Europea, advirtió que «la imposición de estos derechos de importación se basa exclusivamente en cálculos artificiales que suponen niveles de renta no realistas para ningún tipo de industria, así como son absolutamente incompatibles con las reglas de la Organización Mundial del Comercio».
En 2014, el arancel aplicado por la UE rondará el 30% y hará inviable estas exportaciones.
Idígoras manifestó que este diferendo comercial con el principal destino del biodiésel nacional «debería ser resuelto en el ámbito multilateral, donde la razón está del lado argentino», aunque esta negociación entre cancillerías en el ámbito de la OMC se resolvería en un plazo no menor a nueve meses. «El 2014 va a ser un año de litigio, pero sin soluciones comerciales», lamentó el consultor.
La entidad considera que sin acciones que contribuyan a atenuar el efecto del recorte en las ventas externas de este derivado no sólo se afectará la producción de biodiésel, sino que se generará además una sobreoferta de la materia prima, los porotos de soja, con el consecuente efecto depresivo sobre el precio internacional de la soja y el flujo de divisas al país.»El efecto es que vamos a primarizar nuestras exportaciones, porque las exportaciones de aceite de soja son relativamente inelásticas, mientras que el consumidor europeo se va a ver claramente perjudicado por una industria menos eficiente y con mayores costos de energía», apuntó Luis Zubizarreta.
El presidente de CARBIO afirmó que una solución parcial para sostener la actividad del sector sería «aumentar el consumo de biodiésel en el mercado local y reemplazando la importación de gasoil que se suman a los beneficios en términos ahorro de divisas y mejoras en el medio ambiente por la utilización de este producto renovable de producción 100 por ciento nacional».
Zubizarreta entiende que «es una de las peores noticias que tiene la Argentina en muchos meses». Por ello instó a que «Argentina incremente la tasa de corte del biodiésel, para consumir un producto sustentable, con trabajo argentino y a un precio aceptable», cuando el país atraviesa un período de déficit en materia de energía.
Asimismo, estimó que otra medida compensatoria por parte de las autoridades locales es la reducción de la alícuota de derechos de exportación que hoy tributa el biodiésel local, para facilitar la búsqueda de nuevos mercados y tratar de recuperar el rol de líder mundial en exportaciones de biodiésel que hoy se pierde.
Por: Juan Gasalla
FUENTE: INFOBAE