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Biocarburantes en España, Abengoa baraja levantar en Sevilla una innovadora planta de biocombustibles

abengoa-biocombustiblesSu consejero delegado pide que la región «se despoje de esa pegajosa manta de conformismo que le lleva a tener una tasa de paro del 36%». 

ROCÍO RUZ  . Manuel Sánchez Ortega, Juan Ignacio Zoido y José Domínguez Abascal, ayer en el hotel Alfonso XIII. 

Manuel Sánchez Ortega, consejero delegado de Abengoa, realizó ayer una jugosa intervención en el Foro Nueva Economía. Habló de las futuras líneas de negocio de la multinacional sevillana y desgranó su filosofía sobre la importancia de buscar soluciones tecnológicas innovadoras para luchar contra el cambio climático y el agotamiento de los recursos; pero también hizo una clara denuncia de la mentalidad imperante en Andalucía o de la falta de seguridad jurídica que se ha generado en España tras la reforma energética.

De hecho, interpeló a la Administración andaluza para que potencie un sistema educativo exigente que ayude a que la región «se despoje de esa pegajosa manta de conformismo que la ha llevado a una tasa de paro del 36%».

Desde el punto de vista del negocio, Sánchez Ortega desveló que Abengoa baraja la posibilidad de ubicar en Sevilla una planta de Manuel Sánchez Ortegaurbanos, lo que llevaría a la provincia a ser «la capital de producción de biocombustible de segunda generación». En este sentido, indicó que su objetivo es levantar una instalación que trataría «unas 500.000 toneladas de residuos anuales y produciría unos 28 millones de litros de biocombustible».

Iniciativa pionera  

Sería la primera fábrica comercial del mundo de este tipo. La tecnología para levantar la factoría todavía está en proceso de desarrollo. Abengoa ha comenzado la operación de una planta de demostración con este sistema —denominado waste to biofuels— en Babilafuente (Salamanca). La inversión para el complejo industrial en Sevilla podría rozar los 120 millones (aunque Abengoa no ha ofrecido cifras).

Durante el proceso de transformación de residuos, la materia orgánica se somete diversos tratamientos para producir fibra orgánica (rica en celulosa) que posteriormente se convierte en bioetanol. La planta de Abengoa no se limitaría al tratamiento de la parte orgánica de los residuos, sino que aprovecharía el resto de componentes mediante diferentes tecnologías. Para abordar este proyecto necesita la colaboración del ayuntamiento hispalense. De hecho, desde el pasado año Lipasam ya está facilitando a Abengoa todos los datos, informes, análisis y materiales de ensayo relativos a los residuos que gestiona la empresa pública de limpieza urbana.

Orígenes  

El primer directivo de Abengoa señaló que, con este proyecto, la compañía se vincularía más a sus orígenes sevillanos. Y en este sentido, reflexionó sobre las causas que aún llevan a la multinacional a mantener sus oficinas centrales en la capital hispalense a pesar de que menos del 1% de la facturación —que será de 7.300 millones en 2013— se logra en la provincia. Con un 80% del negocio fuera de España «a veces nos asaltan dudas sobre mantener la sede en Sevilla», desveló Sánchez Ortega, que añadió a continuación: «Es un pensamiento pasajero porque queremos seguir vinculados a nuestras raíces». Y esto es así a pesar de que «se intente culpar en España a la energía termosolar del déficit tarifario» y del recorte de primas en una tecnología en la que se invirtieron 1.500 millones y «cuando llegó el momento de cobrar las condiciones cambiaron».

En cualquier caso, la parte más vigorosa de la intervención fue la que destinó a reclamar un papel más importante para Andalucía en el contexto nacional. Para ilustrar la situación de la comunidad autónoma la comparó con el País Vasco, con una tasa de paro del 15% frente al 36% andaluz; con una renta per capita de 30.829 euros frente a 16.960 euros, y con una inversión en I+D del 2,1 % del PIB frente al 1 %. También dista la tasa de escolarización hasta los 17 años de ambas regiones, del 85 % en Andalucía al 98% en el País Vasco. Además, apuntó que en la región sólo hay una universidad privada frente a diez públicas, mientras que en España hay 27 instituciones privadas frente a cincuenta públicas.

«Andalucía sabe lo que es ser protagonista del mundo; lo fue en siglos pasados y puede volver a serlo, aunque para ello hay que estar dispuesto a aceptar la gravedad de la situación y el sacrifico de recorrer el camino para cambiar el modelo», aseguró. Y añadió que la comunidad «puede apostar por salir de la crisis capeando el temporal o poner las bases de un tejido industrial sólido mediante la innovación». Todo lo demás son «fuegos artificiales y fruta que madura en poco tiempo y se pierde rápido».

Andalucía tiene que apostar por la innovación tecnológica, la «única que a largo plazo puede hacernos competitivos y generar empleo y riqueza». Para lograr estos objetivos también se necesita una generación de jóvenes andaluces que «desarrollen el espíritu emprendedor, que acepten el fallo y lo sientan como un acicate para seguir intentándolo», concluyó.ABECDESEVILLA/ESPAÑA.

Fimaco

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