Subió 4,63% y alcanzó ese valor al cierre de las transacciones por primera vez; analistas creen que volverá a bajar.
Una serie de eventos desató ayer una nueva escalada en la cotización del petróleo, que por primera vez en la historia cerró en los mercados arriba de los 100 dólares, un valor que, al menos en el mediano plazo, beneficia a la Argentina.
El 19 de febrero de 2008 será recordado no sólo por el día en el que Fidel Castro renunció, formalmente, a la presidencia de Cuba, sino también por la escalada que dibujó el precio del barril de petróleo WTI en el mercado de Nueva York -de referencia para la Argentina-, que lo dejó al cierre de la sesión en US$ 100,01, el máximo valor nominal en la historia del crudo. El récord anterior era del 4 de enero.
Una suma de eventos pareció confabularse para provocar el alza del 4,63% que el valor del barril registró ayer. Todo comenzó con los rumores de un posible recorte en la producción de la OPEP, que concentra el 40% de la producción mundial: el mercado asumió que sería anunciado tras la reunión de la organización, el próximo 5 de marzo, en Viena.
Pero aun cuando Irán, el segundo productor en importancia de la OPEP, abogó días atrás por una reducción en el bombeo, el presidente de la organización, Chakib Khelil, que también es ministro de Petróleo de Argelia, dijo anteayer: «La producción no aumentará, será reducida o permanecerá estable». Sus palabras no surtieron efecto.
Las especulaciones sobre los movimientos futuros de la OPEP no fueron, con todo, el único factor en juego.
Una nueva ola de violencia contra instalaciones petroleras en Nigeria, uno de los principales productores mundiales de crudo, profundizó el conflicto que se vive en ese país y paralizó cerca de una quinta parte de su capacidad de producción de petróleo (unos 515.000 barriles diarios). Los ataques forman parte de un conflicto que, en los últimos dos años, de la mano del Movimiento para la Emancipación del Delta del Níger (MEDN), ha bombardeado instalaciones de crudo, secuestrado a trabajadores extranjeros y atacado embarques en lo que, afirman, es una apuesta por asegurar el control regional sobre la riqueza petrolífera de esa zona.
Embestida de Chávez
A esto se sumaron las amenazas del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de cortar las ventas de petróleo a Estados Unidos, principal consumidor mundial de hidrocarburos. El gobierno de Chávez y la principal petrolera estadounidense, Exxon Mobil, mantienen una batalla legal en tribunales internacionales por la nacionalización de uno de los cuatro proyectos de petróleo pesado que la compañía desarrollaba en la cuenca de la Faja del río Orinoco, uno de los yacimientos más ricos del mundo.
Esto no hizo más que acrecentar el pánico por problemas de abastecimiento en los países consumidores, dentro de los cuales Estados Unidos es el principal.
Un dato da cuenta del nerviosismo de los operadores: bastó que la refinadora Alon, ubicada en Texas, Estados Unidos, anunciara que dejaría de producir combustible por al menos dos meses, luego de una explosión, para que el precio de la gasolina para entrega en marzo se disparara un 4,4 por ciento.
Todo esto llevó al petróleo a traspasar los 100 dólares, una cifra que, cabe aclararlo, es, en términos reales, inferior al valor que el barril alcanzó hace casi tres décadas, en 1979, luego de la revolución iraní, que desató el segundo shock petrolero. En ese momento el precio del barril era de 20 dólares.
El contexto actual es, además, muy diferente: analistas creen que la desaceleración de la economía global por la crisis financiera pondrá un freno, en el mediano plazo, a la escalada del crudo, ya que le quitará vigor a la demanda mundial de combustibles. «Nada justifica, desde el punto de vista de los fundamentals de la economía, que el precio suba de esta forma», indicó el economista Luis Palma Cané.
Esta visión fue compartida por analistas del exterior. «Estoy perplejo. No ocurre nada fundamental. Creo que todo se remite a esta enorme idea global de que hay que tener materias primas porque China e India no pararán de crecer», dijo a la agencia Reuters Kyle Cooper, de Energy Futures Research IAF Advisors.
Una escalada en las cotizaciones del petróleo beneficia a la Argentina -y al Gobierno, que captura parte de la renta petrolera con las retenciones-, ya que aún hay excedente para vender fronteras fuera del país. «Nos conviene que el precio del petróleo suba porque tenemos saldos exportadores favorables. El día en que la balanza sea negativa [que las importaciones de crudo superen las exportaciones], un momento del que estamos cerca, tres o cuatro años, va a ser al revés», explicó a LA NACION el consultor y ex subsecretario de Energía Horacio Quaíni.
El precio del crudo ya había coqueteado con los 100 dólares en dos ocasiones a principios de este año, el 2 y el 3 de enero.
Por Rafael Mathus Ruiz
De la Redacción de LA NACION
Quiénes ganan
Países exportadores: los miembros de la OPEP, como Venezuela, Qatar o Nigeria, entre otros. La Argentina también es exportadora, con una salvedad: analistas y empresarios insisten en que es un país que tiene petróleo, aunque no petrolero.
Empresas energéticas: Repsol YPF, Petrobras, Exxon Mobil y Pdvsa son algunas de las compañías petroleras que ganan con altos precios del crudo. Las empresas dedicadas a energías alternativas o sustitutas, como biocombustibles, o los fabricantes de paneles solares, también gozan de un impacto favorable.
Quiénes pierden
Países importadores: desde aquellas naciones que no producen una gota de petróleo, y deben importar el 100%, hasta Estados Unidos, que produce pero no lo suficiente, este grupo de países sufre con cada centavo que se encarece el barril de crudo.
Consumidores: grandes empresas, como las aerolíneas y empresas del agro, ya que el costo de los fertilizantes, como la urea, está ligado al valor del crudo. Y el público en general, que ve incrementarse el costo de los combustibles, la electricidad y otros productos que consume, como pintura, caucho o plásticos.
Fuente: La Nación