Gustavo Urchipia es administrador de un establecimiento agropecuario de 8 mil hectáreas, ubicado en el distrito La
Camila, en el norte del departamento San Justo, y desde hace un tiempo, está implementando la manera de elaborar biodiésel, a base de la semilla de girasol.
Urchipia recibió a El Litoral para detallar el flamante emprendimiento. Se trata de una empresa mixta, o sea, realizan agricultura y ganadería. En la parte de ganadería, hacen el ciclo completo; la cría, recría, el engorde de los animales, la producción de los toros; todo lo realiza la empresa, no adquieren reproductores a terceros.
La firma tiene más de 50 años, siempre fue un emprendimiento ganadero, apostando a la tecnología, siempre se hizo inseminación artificial, fue el primer lugar en realizarlo en el departamento San Justo.
Luego, relata Urchipia, comenzaron a sembrar. «Empezamos con pocas hectáreas y hoy estamos cerca de las 4 mil, realizamos siembra directa con máquinas propias, tenemos un importante parque de maquinarias y una planta de acondicionamiento de granos de 500 toneladas».
Si bien es pequeña, «nuestro objetivo no es el almacenamiento, sino el acondicionamiento, o sea, el clasificado, secado y puesta en condiciones para mandar a puerto».
«La iniciativa de elaborar biodiésel», dice Urchipia, «me nació hace unos años, siempre tratando de bajar los costos en la empresa, y se me ocurrió la idea de empezar a dar valor agregado a la materia prima que nosotros producimos, entonces nació el biodiésel, pensando que de un lado de la semilla sale aceite y de otro lado se obtiene lo que se denomina expeler de girasol o soja, que es tan importante como el otro».
Después de varios años «me decidí, y empecé con la compra de un galpón, unos silos, la noria y todo lo necesario para el ingreso del grano, en este caso de girasol». Luego «adquirimos una prensa, el reactor y algunos periféricos necesarios para la producción del biodiésel».
Desde los silos.
Básicamente, el proceso se inicia desde el silo, cuando ingresa el grano, a una prensa a tornillo muy sencilla, de baja capacidad, que tiene aproximadamente 5 mil kilogramos por día de procesamiento de semilla.
Por un lado, sale el expeler (a 70 grados), que pasa por un enfriador, luego por un sistema de desmenuzamiento y más tarde se deposita en un silo ventilado, donde espera el momento en que se lo use para fabricar el alimento balanceado. Todo se hace en forma mecánica, automatizada. Es más, toda la planta la maneja una sola persona, según señala Urchipia.
Del otro lado, sale aceite de girasol, que pasa por un proceso de decantación, luego a un tanque de 200 litros, y más tarde por medio de una bomba a los tanques de decantación, en los cuales permanece más de una semana para que se depositen todos los restos de semillas, o partículas gruesas.
Pasados los correspondientes días, se extrae el aceite de uno de los tanques para pasar por un proceso de calentamiento del mismo, para favorecer el filtrado, y luego se deshidrata por medio de una bomba de vacío. O sea, se le saca el agua, y pasa por un tándem de filtros hasta llegar a 30 micrones. A la vista, es como un aceite comestible.
Posteriormente, como el aceite sale muy caliente, va a un tanque con termómetro, para que se enfríe y llegue a la temperatura ideal, que es 60 grados. También cuentan con un mini laboratorio, donde se saca la acidez al aceite con otro proceso, de acuerdo con el grado que contenga.
Se viene el biodiésel.
Una vez que se le ha neutralizado la acidez al aceite, uno está en condiciones de preparar el metóxido (alcohol metílico e hidróxido de sodio) dentro del reactor, que es lo que se va a juntar con el aceite para formar el biodiésel.
Contamos con 2 tanques de 5 mil litros que contienen alcohol metílico, los mismos tienen un revestimiento de 5 centímetros de poliuretano, con una válvula de seguridad y bomba con motor antiexplosivo.
Luego del proceso, se saca por aire comprimido, a un tanque de decantación, en el cual queda bajo presión por un espacio de 14 horas, para sacarle la glicerina al biodiésel.
Posteriormente, llega al proceso de lavado, y unos filtros especiales con separador de agua. Después, directo al surtidor. «Tenemos una capacidad de almacenamiento de 40 mil litros de biodiésel».
«Estamos adaptando las máquinas con un porcentaje de menor a mayor, ahora estamos en un 10 % para llegar a fin de año a que funcionen con un 100 % de biodiésel».
Falta infraestructura.
Lamentablemente -agregó Gustavo-, «estamos relegados, hay una falta de infraestructura enorme en lo que respecta a nuestros caminos. Si bien están cuidados, son de piso natural y, cuando llueve, no se puede salir».
Se recuerda que en 2003, «cuando tuvimos la inundación, no podíamos salir y el agua cortaba la ruta provincial, necesitamos caminos, aunque sean ripiados, que podamos salir, sacar nuestra producción, personas que necesitan tención en hospitales, cuando llueve, surgen los problemas».
Fuente: www.valorlocal.com.ar