Por Patricio Gil-Schreckenberg/La ley de fomento estima cubrir un 8% de la demanda eléctrica nacional al 2016 con energías renovables.
Tras la gran expansión del Biodiesel y junto a ella la producción de Bioetanol; el Biogás busca dentro de los biocombustibles, de la matriz energética y como herramienta medioambiental un lugar en la Argentina. El biogás se instalo en Europa para agregar valor a los cultivos energéticos, efluentes agropecuarios, residuos sólidos urbanos, residuos orgánicos industriales como de los rellenos sanitarios; y ahora esta insertándose lentamente en la Argentina.
Dentro del programa nacional de promoción a los Biocombustible y junto a la ley 26093/06, logramos ser en el 2009 el primer exportador mundial de biodiesel. En el 2011 llegamos a exportar por US$ 3026 millones y ser los cuartos productores mundiales de biodiesel. Así, la agroindustria en la Argentina demostró rápidamente grandes inversiones y una capacidad de producción eficaz de biodiesel y bioetanol; no así para el Biogás, aun siendo más eficiente energéticamente.
Un ejemplo del mismo, muestra que a partir de la producción de una hectárea cultivada para biocombustibles un vehículo puede recorrer casi 20000 kilómetros con biodiesel, 30000 km con bioetanol y 70000 km con biogás. También sabemos que Alemania promueve el corte voluntario del GNC con el 10% de BioGNC de biogás. Si a esto le sumamos que en la Argentina contamos con una flota de más de 1.700.000 vehículos con GNC y que somos luego de Pakistán el segundo país mundial con más de 1.800 estaciones de GNC, es cuestionable porque aun no ha participado el biogás dentro de los biocombustibles en la Argentina.
Como actor de la matriz energética nacional, el papel principal lo tienen las centrales hidroeléctricas y dentro de la ley de fomento nacional de energías renovables 26190/06, la energía eólica ocupa el primer lugar con el 49% de los cupos al 2016. El biogás obtiene un cupo del 14%. Sabemos que la ley de fomento estima cubrir un 8% de la demanda eléctrica nacional al 2016 con energías renovables, lo que representa aproximadamente 2800 MWe de potencia eléctrica instalada. A simple vista parece un valor ambicioso, lo que no lo es para 10 años de trabajo y menos aun si conocemos el potencial nacional. Alemania, solo con Biogás, paso de tener unos cientos de kilovatios en el 2000 a 2900 MWe de capacidad eléctrica instalada en el 2012.
Para alcanzar dicho objetivo hay varias resoluciones (N° 1281/06 Energía Plus, SE 220/07, SE 719/2009,) que hacen posible la generación de energía eléctrica en base a las renovables, y ponen cupos a la potencia a contratar, en la cual entre los residuos sólidos urbanos y el Biogás propiamente dicho, alcanzan los 145 MWe dentro de 1015 MWe disponibles. Por último, dentro de las renovables, la resolución N° 108/011 vino para facilitar aun más la operatividad y la tenencia de los beneficios del régimen de inversión para alcanzar un crecimiento en dichas inversiones. Es así, como dentro del programa Genren, se invirtieron 30 millones de dólares en una central térmica que generara energía eléctrica, en base a biogás, en el complejo Norte III del Ceamse (autopista Buen Aire, provincia de Buenos Aires) de 11,8 MWe. Un gran ejemplo a seguir por las demás ciudades del país, que deben eliminar la disposición final de residuos a cielo abierto (basurales – ley 25916/04) y emplear el modelo de disposición de residuos conocido como “Basura Cero”.
La versatilidad de la digestión anaeróbica y el biogás hacen que también se pueda generar energía descentralizada y de diferente escala, como suministrar gas o luz eléctrica a hogares en el interior del país, utilizando pequeñas cantidades de residuos o efluentes. El proyecto de energías renovables en mercados rurales (PERMER/1999) y el programa nacional de Bioenergía, intentó e intentarán posicionar al biogás dentro de los hogares argentinos.
Como una herramienta medioambiental de los lodos cloacales y rellenos sanitarios, como también de los efluentes porcinos, avícolas y vacunos estabulados, el Biogás se está haciendo su lugar. A pesar de no tener un marco legal, que lo promueva y que lo regule, tan sólido como lo es en la matriz energética y en los biocombustibles se está notando un interés genuino en el empresariado. Es aquí donde el biogás a través de la digestión anaeróbica atrae a las empresas privadas en la Argentina para resolver problemas medioambientales en el ámbito rural como urbano. La Argentina ya cuenta con algunas plantas de biogás que tratan sus residuos recuperando energía, como por ejemplo los lodos cloacales, los efluentes en la industria cervecera, en frigoríficos, en empresas lácteas, empresas productoras de gelatinas, en granjas porcinas y en algún tambo como feedlot. La efici encia de los empresarios sabe que cuidando el medio ambiente, el Biogás los abastece de energía local al prohibir que sus efluentes contaminen los recursos de sus campos y es así como se han construido algunas plantas de biogás con inversiones privadas.
Por otro lado, la provincia de Córdoba quiere ser pionera en promover el biogás en el sector rural y lanzo junto a la Federación Argentina de Cooperativas eléctricas y el Programa de Servicios Agrícolas Provinciales (PROSAP); un plan para que más de 3000 tambos generen su propia energía, mitigando la contaminación y obtengan un fertilizante propio para sus cultivos.
El financiamiento de los biodigestores es analizado por El Programa de Servicios Agrícolas a través de una prueba piloto de 12 Tambos de dicha provincia que a su vez, de ser necesario, estarán interconectados con la cooperativa eléctrica de cada localidad. Se prevé que esta iniciativa se amplié al sector porcino el cual también necesita mitigar la contaminación de sus efluentes y autoabastecerse de energía descentralizada.
Por Patricio Gil-Schreckenberg. Ingeniero Agrónomo y especialista en biogás.
FUENTE: INFOCAMPO