Última innovación del transporte público francés: después de las bicicletas, llegan los cuatro ruedas. Estacionados en la calle, estarán a disposición de quien los necesite, se rentan por horas y no requieren parking.Crédito foto: AFP.
El domingo 2 de octubre tuvo lugar el ensayo general de un sistema que entrará en vigencia el 5 de diciembre próximo cuando en la capital francesa y en las 46 comunas de la región parisina (Ile-de-France) se lancen los Bluecars, vehículos eléctricos que los abonados al sistema -por sólo 12 euros mensuales si la suscripción es anual- podrán usar en el momento en que lo necesiten. Bastará con dirigirse al puesto Autolib’ más cercano, pasar la tarjeta por un lector y tomar el carro que luego será devuelto en el mismo puesto o en cualquier otro de la ciudad. El sistema está calcado del Vélib’ que tuvo un éxito impresionante con más de 20.000 bicicletas disponibles en París y alrededores.
El vehículo, diseñado por el grupo Bolloré, es un 3 puertas gris metalizado de 3,65 metros de largo, que funciona con una batería de litio 100% reciclable con una vida útil de 200.000 km. Ecológico y silencioso, el Bluecar también está dotado de airbag, dirección asistida, pantalla táctil, alarma bip que alerta a peatones, GPS -que permite también escuchar la radio- y de un sistema para fijar una silla de bebé. La autonomía del vehículo es de 250 km en un uso urbano.
El domingo, día de ensayo general de este sistema inédito en el mundo, cientos de parisinos hicieron cola para probar unos 40 Bluecar disponibles en diez estaciones en grandes avenidas de la capital.
Los usuarios destacaron la ventaja de no tener que romperse la cabeza buscando un sitio para estacionar el auto y no tener que llenar el tanque antes de devolerlo. Otro rasgo apreciado fue lo silencioso que es. «Imaginen París sin el rudio de motor ni la contaminación de los caños de escape, ¡es un sueño!», dijo una de las personas que estrenó el Autolib’.
El diario Le Parisien cita el caso de un discapacitado y su esposa que vinieron especialmente para probar el sistema, porque lo ven como un medio para evitar los escollos del autobús y el subterráneo. La prueba fue exitosa, ya que el hombre logró entrar al auto con facilidad.
El interior, dijeron los pioneros del Autolib’, es más espacioso de lo que aparenta, pero las terminaciones algo toscas y alguno hasta lo comparó con los «automóviles de Europa del Este», en tiempos comunistas, claro. Aún así, y aunque persisten dudas -como qué hacer si no se encuentra puesto libre para dejarla-, la recepción fue buena.
Aunque algunos señalaron que es un poco lento en el arranque, el Bluecar ya conquistó usuarios: no faltan los que hasta piensan en vender el auto propio.
Y un entusiasta anunció la muerte de los taxis que, como se sabe en París, son caros, escasos y con choferes poco serviciales.INFOBAE.