Ya se produce aquí a base de algas la gasolina del futuro.
La carrera por generar energías alternativas a base de elementos biológicos, ante la creciente escasez del petróleo, ya está en Yucatán, donde una empresa privada y una universidad lograron obtener un biocombustible a partir de microalgas de agua dulce.
El logro tecnológico es resultado de ocho años de estudios y experimentos y no sólo se ha documentado en el laboratorio, sino que desde el año pasado el biodiésel se probó con éxito en un camión repartidor de refrescos.
Además de hacer circular la unidad, que celebraron emocionados los investigadores, se hicieron pruebas para medir las emisiones contaminantes y el resultado fue negativo, es decir, se certificó que es un combustible ecológico.
El mérito de convertir el agua de pozo (de donde se obtienen las microalgas) en la gasolina del futuro es de la empresa Recursos Renovables Alternativos y la Universidad Anáhuac Mayab, que ahora buscan inversionistas para pasar del laboratorio a un desarrollo industrial con fines comerciales en el corto plazo.
El éxito del proyecto es tal que ha despertado el interés de varias empresas por conocer el sistema y su futura producción. Hace unos días estuvieron de visita en el Laboratorio de Investigación en Energía y Biotecnología de la Anáhuac-Mayab, donde se genera el biodiésel, funcionarios de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) y directivos de la aeronáutica Boeing.
En la comitiva estuvieron Alejandro Ríos Galván y Beatriz Trujillo Reyes, director de Combustibles y jefa del área de Biocombustibles de ASA; Darring Morgan, de la Boeing, y Arturo Jairo García Quintanar, presidente del Instituto para el Desarrollo Energético y Minero de América Latina.
El investigador en jefe del proyecto de biodiésel a partir de microalgas es Antonio Echevarría Parres. Antonio Elizondo y Francisco Vera son directivos de la empresa Recursos Renovables Alternativos y Carlos Castillo Pompeyo, es investigador del Area de Nutrición de la Anáhuac Mayab, quien participa en el proyecto desde hace varios años.
El sistema desarrollado permite producir también bioturbosina y subproductos como el glicerol, que se usa en las industrias alimenticia y farmacéutica, y una pasta proteínica con la que se puede hacer alimento para animales.-FÉLIX UCÁN SALAZAR.YUCATAN/MEXICO.