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LOS PAISES PETROLEROS DESTINAN FONDOS MILLONARIOS PARA ATACAR A LOS BIOCOMBUSTIBLES

CLAUDIO-MOLINA-ARGENTINA.gifClaudio Molina, fundador de la Asociación Argentina de Biocombustibles, analiza la evolución de la industria que está modificando el sector agropecuario y que abre para el país un horizonte inesperado en el mundo de la energía. El impacto en los precios de las tierras y los alimentos y el lobby de las petroleras.Por Federico Sierra/Fotos Alejandro Guyot.

Los cruces entre la Presidenta y el gobernador Hermes Binner en plena campaña electoral santafesina dejaron en segundo plano la inauguración de la planta de biodiesel en Puerto General San Martín, que Cristina Kirchner aprovechó para enrostrar por la cara al socialista el escaso crecimiento de su provincia. Pero detrás de esa “noticia”, había tal vez una historia más interesante.

La nueva planta pertenece a empresa Unitec Bio, integrante de Corporación América, presidida por Eduardo Eurnekian y ampliará la producción del combustible renovable a 480 mil toneladas anuales a partir de su puesta en marcha en 2012. En su parte de prensa, Unitec Bio destacó que la nueva planta “cumple con las exigencias para abastecer al mercado interno, incluso superar el actual corte del 7 por ciento y llegar a cortes del 10 y hasta 20 por ciento, mejorando la matriz energética del país”.

Unitec Bio es la cara visible de un proceso de transformación en la matriz energética argentina, capitaneada por grupos empresarios en alianza con el gobierno. Claudio Molina, fundador y director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles, señala que “terminamos el año pasado con un uso agregado de biocombustibles en el mercado local de alrededor de 550.000 toneladas, de las cuales alrededor de 470.000 toneladas correspondieron a biodiesel. Una cantidad aumentará significativamente el presente año. Al mismo tiempo, las exportaciones de biocombustibles se ubicaron el año anterior en 1,363 millones de toneladas. La producción de biodiesel este año, se ubicaría en torno a los 2,2 millones de toneladas, correspondiendo alrededor de 800.000 toneladas a ventas en el mercado interno y 1,4 millones de toneladas a exportaciones”. Números elocuentes en franco crecimiento que parecen anticipar el inicio de un nuevo proceso industrial del agro argentino, en un contexto internacional que se presume favorable.

-¿Cuáles son los principales tipos de biocombustibles?

Existen una serie de biocombustibles que complementan o sustituyen a los combustibles tradicionales. Uno de los principales es el bioetanol, que es alcohol etílico que se puede utilizar en determinados vehículos que tiene motores tipo flex. En Argentina esos vehículos no están homologados aún. El etanol deriva de la fermentación de azucares: en la Argentina proviene de la caña de azúcar. También puede tener su origen en cereales: a partir de sacarosa de almidón que se destila. Con ese etanol se cortan las naftas. En Brasil conviven ambos: hay posibilidad de usar alcohol puro o de usar nafta cortada en vehículos flex en una proporción de un 25 por ciento de alcohol. Cuando baja la producción de alcohol se baja la proporción de corte. Argentina no es un fuerte productor de etanol: la exportación nunca superó los 80 mil metros cúbicos. La oferta de la industria azucarera no llega a satisfacer la demanda que es aproximadamente de 300.000 metros cúbicos anuales.

El otro es el caso del biodiesel, producto derivado del aceite vegetal modificado mediante un proceso de transesterificación donde interviene aceite vegetal previamente tratado, un catalizador (metóxido) y el metanol. Los ésteres de ese proceso se depuran y se convierten así en biodiesel, una vez que cumplen un protocolo de calidad.

-¿Qué porcentaje de corte tiene el biodiesel?

A partir del año pasado todos los combustibles tiene que estar cortados con un porcentaje no menor al 5 por ciento de biocombustibles. La nafta con etanol y el gasoil con biodiesel. La ley le dio la facultad al gobierno de establecer un piso de porcentaje en el corte pero no un techo. Para este año el gobierno estableció que el biodiesel iba a tener un contenido del 7 por ciento. Hasta ahora, el cumplimiento efectivo del corte con biodiesel está por debajo de ese porcentaje porque a pesar de los reclamos continuos del gobierno y el sector, YPF todavía no cumple con el corte.

-¿Cómo se define ese porcentaje?

Se fijó ese piso porque es un mínimo razonable de lo que se podía producir. Y en el caso del etanol, como tiene agua, algunos estudio sostienen que hay cierto riesgo si el porcentaje es muy inferior por un efecto de termodinamia. Con el biodiesel no hay problema.

-¿Por qué no subir ese porcentaje?

La industria argentina esta en condiciones de proveer el 5 el 10 o incluso el 20 por ciento. No hay ningún problema en ese sentido. La limitante la están generando las fabricantes de automóviles que son muy lentos en adaptarse y en el proceso de homologación, es decir en la autorización del uso de motores para biodiesel. Aducen que le faltan ensayos, acá en Argentina parece que las decisiones son mucho mas lentas. Se toman sus recaudos (piensa) Sin embargo, no veo que se quejen de algunas partidas de gasoil de mala calidad que circulan, pero sí se quejan bastante del biodiesel. Como todo cambio, genera resistencias que espero sean superadas.

El impacto en los precios

-¿Puede la industria de los biocombustibles arrastrar a una suba de los precios de la producción agropecuaria?

En 2008 tuvimos la gran suba de petróleo y luego volvió a bajar el precio, y allí también se desplomaron los precios de los commodities agrícolas. La principal influencia sobre el precio de estas commodites agrícolas esta dada por el petróleo, que participa en forma directa en las labores agrícolas, en la cosecha, en el secado, en el transporte. El precio del petróleo influye mucho y de forma directa en la estructura de costos. El otro aspecto es la especulación financiera: se han creado muchos instrumentos financieros derivados que poseen como subyacente el precio de commodities agrícolas, entonces se arman en los mercados financieros enormes contratos que nada tiene que ver con la cantidad real de producción: es por eso que se generan burbujas.

Los biocombustibles no afectan hoy por hoy a más del 3 por ciento de la superficie agrícola mundial, por lo cual mal podrían ser una causa de esta suba de precios. Más puede afectar el cambio de la dieta en China, por ejemplo, donde ha aumentado mas del doble en los últimos año el consumo de carne. Eso empujo mucho la demanda de granos y oleaginosas: se trata de un cambio estructural en el mercado.

Los países exportadores de petróleo ven en los biocombustibles una amenaza, mas allá de que los biocombustibles no pueden aspirar hoy día a ocupar una posición dominante en el mercado, compiten y generan cierta amenaza. Entonces se destinan muchísimos fondos a estudios destinados a atacarlos. Hay un grupo de empresas alimenticias que han creado una suerte de task force contra esta tecnología porque sostiene que el etanol de maíz les afecta su estructura de precios porque hace subir el precio del maíz. Ellos consideran que están peleando en el mismo mercado. Entonces el dilema esta muy influido por intereses poderosísimos. No es una lucha de fundamentos y argumentos sólidos: sobredimensionan algunos efectos con mucha propaganda para evitar que crezcan los biocombustibles.

¿Carne o combustibles?

-¿Los valores de las tierras y el mercado de tierras podrían ser arrastrados a una suba?

Todo cambio estructural de negocios afecta otros mercados ligados a la producción, como la tierra. Entonces esto en el muy largo plazo podría haber un efecto, pero se generan campañas de alarma que hoy día no tiene fundamento.

-¿El biodiesel es la fase superior industrial del proceso de “sojización” que se dio durante los gobiernos Kirchner?

Eso depende como se vea la soja: si como una amenaza o una oportunidad. Para mí, es una oportunidad que el país ha aprovechado. La tiene Argentina y el mundo la demanda. Nos sirve y mucho. Cuando uno transforma aceite en biodiesel está usando cerca del 18 por ciento del poroto, el resto es harina que se destina a la alimentación animal en el mundo. El gran debate es si es conveniente transformar tanta materia prima agrícola en carne. Si se utilizara la proteína vegetal en alimentación humana, se podrían cubrir de mejor forma las necesidades proteicas en los seres humanos. Las carnes son agro con valor agregado, que es consumida por un número menor de la población. Ese es un debate con implicancias sociales fuertes. Pero la Argentina ha tomado varios recaudos ya: sancionó una ley de bosques nativos que controla la deforestación, un proceso que había comenzado mucho antes que la industria del biodiesel. Para eso está la ley de bosques y bienvenida sea. Que se aplique.

-¿Qué hay de cierto en que la cancelación de compra china en el aceite de soja impulso al biodiesel en el país?

No, no es para tanto. Coincidió una situación inesperada con un programa que aumenta la participación del biodiesel en el contenido del gasoil. Se dio la casualidad y se exagero un poco, creo yo. Pero el programa de corte fue pensado mucho tiempo antes y el ministro Julio de Vido ya estaba evaluando el proyecto.

-¿La industria de los biocombustibles genera valor agregado real y en qué medida?

Por supuesto, se han instrumentado inversiones que van rumbo a los mil millones de dólares, puestos de trabajo directos e indirectos mas de 5.000, en su mayoría calificados. Hemos duplicado el nivel de ocupación de la industria aceitera, y expansión en industrias adyacentes o complementarias: talleres, transporte, producción agropecuaria. En seis años más, esperamos que la industria de biocombustibles este ocupando a cerca de 70 mil personas.

-¿Por qué no se podría dar otro ciclo frustrado como fue el del alconafta en la década del ochenta?

Siempre puede haber ciclos frustrados, eso es cierto, pero creo que los biocombustibles vinieron para quedarse como nunca antes. El contexto mundial es totalmente distinto y la necesidad de energía es diferente. Son épocas totalmente distintas: la situación de oferta y demanda de energía hoy día está muy ajustada y la necesidad de generar combustibles es mayor e irá en aumento.

-¿Cree que el gobierno de Cristina Kirchner comprende la importancia estratégica de esta rama de la industria?

La presidente es una persona muy inteligente: he seguido la negociación de la ley de biocombustibles, la vi actuar como legisladora y he participado en debates donde estaba ella. Quizás no siempre ha sido bien asesorada y en su momento se equivocó de adversario con el conflicto de la 125, y ahora también con el gobernador de Santa Fe. Binner no es el adversario de Cristina. Durante los gobiernos de los Kirchner nació y creció esta industria y parece que se están creando políticas de estado que trascienden los gobiernos. El ministro Julio de Vido fue un personaje central en el armado este tipo de políticas públicas. Y eso es algo que debo y puedo reconocer públicamente aun sin ser kirchnerista.LA POLITICA ON LINE.

Fimaco

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