La generación y el uso del biodiesel argentino a escala mundial permitirán reducir entre 3,8 y 4,1 millones de toneladas equivalentes en emisiones de dióxido de carbono, destacó el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
La Argentina es el segundo exportador mundial de biocombustibles, mientras que las energías renovables constituyen la industria con mayor crecimiento del mundo, con una tasa media del 64% para los últimos cinco años e inversiones estimadas para 2020, en 500 millones de dólares.
Para la región latinoamericana, el ritmo de crecimiento es abrumador: 145% anual en el mismo período, casi el triple.
En ese escenario, la Argentina tiene una gran oportunidad, ya que posee las condiciones para producir y exportar la biomasa que demandará el mundo.
Para un aprovechamiento total de la biomasa con fines energéticos, el INTA propone un abordaje integral a partir de una visión compartida sobre metas sostenibles de producción y exportación para el sector agropecuario y agroindustrial.
En los últimos años, los biocombustibles líquidos adquirieron una importancia creciente a escala global, con una particular participación en el sector del transporte.
La estimación actual de la contribución mundial es del 2% del consumo, con 10% de biodiesel y 90% de etanol.
Esta difusión responde a factores económicos, ambientales y políticos, dado que su uso reduce los niveles de contaminación.
En esta línea, el biodiesel de soja representa un ahorro de hasta el 82% de gases de efecto invernadero.
Además, entre los beneficios obtenidos, se destaca que el uso de aceites vegetales para la elaboración de combustibles no altera el equilibrio de dióxido de carbono y no posee presencia de azufre.
Para el INTA, la generación y el uso del biodiesel argentino a escala mundial permitirán un ahorro anual en emisiones que oscilarían entre 3,8 y 4,1 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono.
«En términos del mercado de desarrollo limpio, si estimamos un valor actualizado de 17,03 dólares la tonelada, el ahorro equivaldría a entre 65 y 71 millones de dólares», se dijo.
La producción de biocombustibles en la Argentina está centrada en el bioetanol a partir de caña de azúcar y el biodiesel basado en el empleo de uno de los subproductos principales de la industrialización del grano de soja como son los aceites.
«Para fines de 2011 se prevé una producción de 3.200.000 toneladas de biocombustible que dejará como saldo exportable unas 2 millones de toneladas. Lo restante será insumo para el mercado interno», señaló Jorge Hilbert, coordinador del Programa Nacional de Bioenergías del INTA.
Según la Secretaría de Energía de la Nación, el precio promedio de la tonelada de biocombustible para exportación ronda los 1.100 dólares.
Hacia fines de 2011, este número arrojaría, según las estimaciones del INTA, de dos millones de toneladas exportables, un saldo de 2.200 millones de dólares.TERRA.