Vigo ya cultiva «oro verde» para obtener biodiésel.
Expertos del campus producen microalgas con las que fabricar biocombustible y depurar aguas.
Los investigadores Evangelos Spyrakos, Luis González, Miguel Castro, Nina Yarobenko y Leonardo Rodríguez, con el profesor Jesús Torres, en el Laboratorio de Teledetección del campus. // Fotos: J. Lores/ A. Irago.
La factoría de «oro verde» ya está en marcha en la Facultad de Ciencias. Los investigadores del grupo de Jesús Torres acaban de comenzar a cultivar microalgas en su nuevo laboratorio dentro del proyecto europeo EnerBioAlgae que lidera Vigo para obtener biodiésel y limpiar zonas degradadas.
SANDRA PENELAS Toralla acogió la primera reunión del proyecto europeo EnerBioAlgae el pasado febrero y los investigadores vigueses han ido cubriendo etapas a buen ritmo. Esta misma semana han iniciado el cultivo de microalgas de agua dulce en el biorreactor instalado en la Facultad de Ciencias. El objetivo es dar con la mejor cepa «made in Galicia», puntualiza el profesor Torres, que contenga un elevado porcentaje de lípidos para la elaboración de biodiésel.
La iniciativa liderada por Vigo y en la que también participan el Instituto Enerxético de Galicia (Inega) y las universidades de Almería, Aveiro (Portugal) y Pau et des Pays de l´Adour (Francia) persigue además la limpieza de aguas degradadas y contempla, como conclusión final, la construcción en 2012 de una planta de cultivo de algas de tamaño microscópico en una depuradora de nuestra comunidad. De ahí, que los investigadores deban conseguir la mayor y mejor producción al menor coste posible para demostrar su viabilidad económica. La UE, a través del Interreg, les ha otorgado una subvención de 600.000 euros.
El Inega debe decidir antes de que se acabe este mes qué depuradora es la mejor candidata para que los expertos del campus, que ya han trabajado con muestras de la de Gondomar y se plantean colaborar con la de Vigo en el futuro, experimenten con sus aguas. «Deben tener nutrientes, fosfatos y nitratos, pero que a la vez no resulten dañinos», explica Torres, responsable del Laboratorio de Teledetección y Sistemas de Información Geográfica, que pertenece al departamento de Física Aplicada.
Las aguas elegidas serán el medio de cultivo, dentro del biorreactor, de algunos tipos de microalgas recogidos en las lagunas del área industrial de O Porriño. «Son muy profundas y de ellas obtuvimos muestras para extraer microorganismos y comprobar cuáles crecían en el laboratorio», explica Evangelos Spyrakos, investigador griego que realiza su tesis en Vigo con una beca Marie Curie.
La localización de otras zonas que, como estas charcas, sean susceptibles de albergar una producción masiva de microalgas constituye otra de sus misiones: «No solo buscamos extraer biomasa y depurar las aguas, sino también la absorción de CO2. En EE UU ya se han creado sumideros de este tipo en las ciudades y otra posibilidad serían las minas abiertas abandonadas que están inundadas. En Pontevedra existen varias».
Los investigadores lusos de Aveiro, localidad situada en una zona húmeda próxima al mar con muchos problemas de contaminación, también cultivarán microorganismos, aunque ellos utilizarán aguas más saladas.
Una vez que culminen con éxito los ensayos de crecimiento en el laboratorio vigués, el cultivo se trasladará a una depuradora: «Una de las posibilidades sería la de utilizar un sistema que utiliza canales abiertos y horizontales de menos de medio metro de profundidad por los que el agua corre y las microalgas reciben radiación solar».
En países de la cuenca mediterránea como Israel ya existen grandes extensiones con este tipo de instalaciones y también en Estados Unidos y Nueva Zelanda.
Frente a otro tipo de cultivos para la obtención de biodiésel, las microalgas, destaca Torres, «no compiten por el terreno, como las plantaciones de palma, ni en el ámbito de la alimentación». Las multinacionales energéticas están muy interesadas en este recurso. De hecho, un representante de Repsol asistió a un acto de presentación del proyecto celebrado el mes pasado en Santiago.
El equipo vigués tampoco renuncia a otras líneas de interés como la utilización de estos cultivos para obtener sustancias presentes en medicamentos o en tratamientos terapéuticos. En este ámbito ya está prevista una colaboración con el catedrático José Luis Legido, que lidera un grupo especializado en peloides termales.FARO DE VIGO.