La multinacional de la industria aérea está consolidando una serie de estrategias de responsabilidad social para hacer más eficientes sus procesos de fabricación.
Una compañía normalmente traza programas de responsabilidad social puntuales en la búsqueda de garantizar una preocupación por el bienestar de la sociedad. Sin embargo, pocas tienen en todos sus procesos de producción una clara filosofía enfocada a este propósito.
Tal es el caso de Airbus, que sigue avanzando en la inclusión de estrategias de responsabilidad social en la fabricación de sus unidades. De hecho, la aviación contribuye con un 2 por ciento de las emisiones de CO2 producidas por el hombre, de las cuales el 80 por ciento son causadas por los vuelos de pasajeros que exceden de 1.500 kilómetros por 900 millas náuticas para las que no existe otra alternativa.
En ese sentido, el sector aéreo se comprometió a registrar un crecimiento neutro a partir de 2020, y a reducir a la mitad las emisiones netas de CO2 en 2050 (en relación con el 2005). “La fabricación del Airbus A380 tiene el propósito firme de contribuir con esta ecoeficiencia. Menor peso, quema menos combustible mediante una transferencia automatizada, nivel inferior de ruido y ahorro de muchos aspectos estructurales de su funcionamiento sin restarle capacidad”, afirmó Paul Nash, director dedirector de Nuevas Energías de la compañía, a PORTAFOLIO desde la planta principal de Airbus.
De acuerdo con la compañía, la industria de la aviación mueve 33 millones de empleos y 1,5 billones de dólares. Así las cosas, si se comparara en materia de Producto Interno Bruto (PIB), la aviación ocuparía el octavo lugar entre Italia y España. “Estamos comprometidos con el crecimiento sostenible deltransporte aéreo, mediante controles que hacen parte de cada decisión que se toma. Así mismo, el progreso en el mercado se realiza teniendo en cuenta la necesidad de alcanzar certificados asociados a la protección del medio ambiente que avalan los procesos”, recalca Nash.
En cada actividad, la compañía decidió implementar ingredientes de responsabilidad social empresarial que han asegurado en los procesos el concepto de ecoeficiencia. “En enero de 2007, Airbus se convirtió en la primera compañía del sector de fabricación aeroespacial que recibió la certificación medioambiental ISO 14001, que cubre todos los centros de producción de la compañía y las actividades relacionadas con los productos mediante una filosofía a lo largo de todo el ciclo de vida”, aclara el ejecutivo.
Inicialmente válido para 16 instalaciones en Europa, subraya el director de Nuevas Energías , este certificado se amplió a instalaciones en China y Estados Unidos, garantizando una serie de normas para las sedes. “Esto supone que Airbus utiliza un Sistema de Gestión Medioambiental (EMS) para vigilar y minimizar los impactos sobre el medio ambiente de los procesos en cada fase”, agrega.
Fabricación con componentes ecoeficientes
Otro de los grandes retos en materia de responsabilidad social que se trazó la compañía es el de “colaborar con sus proveedores para conseguir la reducción de emisiones de los motores. “Además de los sistemas de propulsión avanzados y de la eficiencia aerodinámica general, una de las tendencias es la introducción progresiva de materiales avanzados y nuevos procesos para reducir el peso básico del avión, con el fin de minimizar el consumo de combustible, y el nivel de emisiones de los motores”, aclara Nash.
Menos consumo y más eficiencia
Más allá de la apuesta por las mejores prácticas en los procesos de fabricación de los aviones, se encuentra el reto de lograr componentes más amigables en las partes de los aviones.
De hecho, el avión comercial A380 incorpora hasta el 25 por ciento de materiales compuestos. “Con una caja central de ala de plástico reforzado con fibra de carbono se ha conseguido un ahorro de peso de 1,5 toneladas. Como resultado, con menos de 3 litros por pasajero cada 100 kilómetros, el A380 tiene un consumo de combustible muy reducido”, señala Paul Nash, director de Nuevas Energías de Airbus a nivel mundial.
Sin embargo, el ejecutivo aclara que el mayor propósito que se trazó la compañía desde hace algunos años refiere al uso de combustibles alternativos. “En las algas, la salicornia, la jatropha, la camelina, los residuos de madera y la levadura, están las soluciones a ese interrogantes sobre cuáles deben ser los combustibles alternativos”, aclara el ejecutivo.
De hecho, hay un estimado de cultivos de girasoles en Francia sobre la posibilidad de producir suficiente Bio-Jet (combustible alternativo) para suministrar a toda la industria de la aviación civil francesa. “En un área equivalente a Bélgica con algas, se pudiera producir suficiente biocombustible para mantener la industria civil de aviación mundial”, recalca Nash.
Así las cosas, la compañía fabricante de aviones a nivel mundial implementa una estrategia de responsabilidad social que va desde la elaboración de sus componentes hasta el uso de combustibles alternativos.
JUAN MANUEL RAMÍREZ M.
Redacción Portafolio.com.co
Enviado especial Toulouse
* Por invitación de Airbus
FUENTE: PORTAFOLIO/COLOMBIA