PAGA US$ 53 MILLONES POR ENTRAR EN LA FABRICANTE RENOVA.
El millonario negocio del biodiésel, que arrancó hace un par de años en el país pero llegó a los tanques de los autos argentinos a partir de marzo, está viviendo los primeros reacomodamientos. Molinos, la empresa de alimentos y commodities de la familia Perez Companc, que aunque participaba en la actividad había quedado rezagada con respecto a las grandes cerealeras, decidió pegar un salto y se asoció con la mayor empresa del sector.
Según anunció a la Bolsa de Comercio, Molinos aceptó una serie de ofertas para cerrar una alianza con Oleaginosa Moreno, una firma del gigante suizo Glencore, y con la argentina Vicentín, ambas dueñas de Renova, la sociedad bajo la cual opera la principal planta de biodiésel del país, en la localidad santafecina de San Lorenzo.
La empresa de los Perez Companc se incorporará como socia. Los actuales accionistas, que se dividen Renova en porciones iguales, cederán una parte para que Molinos tome el 33% del capital. Lo hará a través de la adquisición de nuevas acciones por US$ 53 millones. Según informó la compañía, la operación se cerrará el 30 de junio próximo.
Renova, que se puso en marcha en 2007 y se amplió al año siguiente, tiene capacidad para producir 480.000 toneladas de biodiésel -combustible que se elabora a partir del aceite de soja- y también glicerina, con destino mayormente de exportación.
Molinos -dueña de marcas emblemáticas como Favorita, Cocinero, Matarazzo o Nobleza Gaucha- ya tenía una fábrica de 120.000 toneladas de biodiésel en Santa Clara, cerca de Rosario, que también abrió hace dos años. Y, en conjunto con Vicentín, opera la planta de la empresa Patagonia. Ahora, con el tercio que le tocará de Renova, sumará 400.000 toneladas, y se ubicará como la segunda operadora del mercado, detrás de Vicentín (420.000) y por delante de Dreyfus (300.000).
En el negocio del biodiésel también participan otras cerealeras, como Bunge y AGD, e inversores de otros rubros, como Eduardo Eurnekian o el norteamericano Douglas Albrecht.
FUENTE: CLARIN