La zona ya tiene ventajas comparativas plasmadas en una ley.
Las perspectivas de nuestra región para la producción de biocombustibles, apoyada en los beneficios de la futura ley provincial, fueron anticipadas durante un seminario sobre la especialidad.
Una clara referencia a las posibilidades de desarrollo de la industria de los biocombustibles en la región del Sudoeste Bonaerense, que incluye los partidos de Adolfo Alsina, Guaminí, Coronel Suárez, Coronel Pringles, Darregueira, Coronel Rosales, Bahía Blanca, Tornquist, Saavedra, Puán, Villarino, y Carmen de Patagones, realizó la última semana el subsecretario de Industria, Comercio y Minería del ministerio de la Producción de la provincia de Buenos Aires, Horacio Cepeda, durante la realización del seminario Los biocombustibles en el sector agropecuario de la Provincia de Buenos Aires, que se desarrolló en Mar del Plata, y del que participó «La Nueva Provincia».
El gobierno provincial mostró a tres de sus principales carteras –Asuntos Agrarios, Política Ambiental y Producción– con un mensaje común y de franco apoyo a la producción de biocombustibles, situación que no pasó desapercibida para algunos.
«Hemos conversado con la gente del ministerio de Asuntos Agrarios sobre zonas críticas de la provincia, con sequías y crisis recurrentes, específicamente se aprobó este año una ley de promoción para la zona del Sudoeste de la Provincia, porque estamos teniendo un mercado, un producto, y nos falta todavía desarrollar la tecnología y el expertise para que esas zonas marginales se inserten en un nuevo nicho que no está desarrollado», dijo Cepeda al referirse a esta nueva industria «verde».
La región del Sudoeste es citada en algunos análisis previos por sus posibilidades de ampliar las fronteras agrícolas, destinando tierras a la producción de variedades aplicables a la elaboración de biodiesel, como la colza.
La posibilidad de generar políticas de promoción para el Sudoeste también fue considerada con el director provincial de Economía Rural bonaerense y coordinador del Consejo Regional del Plan de Desarrollo, ingeniero Horacio Mazziotti, en diálogo con «La Nueva Provincia».
Mazziotti también adelantó que sobre el tema ya fueron impuestas las chacras experimentales.
«Nosotros debemos generar una política provincial en concordancia con la política nacional, pero que atienda nuestros propios objetivos de desarrollo provincial», subrayó Cepeda, por si quedaba alguna duda sobre el rumbo político de la Provincia.
Dos proyectos. Una clara divisoria de aguas quedó expuesta ante el colmado auditorio del Hotel Hermitage, donde se desarrollaron las deliberaciones, cuando la ministra de la Producción, Débora Giorgi, fustigó el proyecto de ley de Biocombustibles que analiza el Senado provincial, y que tendría manifiestas diferencias con el que alcanzó media sanción en Diputados, surgido del trabajo del ministerio y apoyado por legisladores del oficialismo y la oposición.
En ese texto se plantean exenciones de impuestos provinciales a las empresas productoras de biocombustibles instaladas en la provincia de Buenos Aires.
La ministra remarcó las deficiencias del proyecto que se encuentra en Senadores, y que propone un limitado esquema de promoción, no establece exenciones sobre los tributos provinciales y, además, limita el apoyo financiero sólo a créditos con tasas subsidiadas del Banco Provincia, únicamente con destino a la compra de bienes de capital.
Giorgi destacó que la iniciativa de Diputados incluye exenciones impositivas de hasta 15 años para los proyectos de menor porte, y de hasta 10 años para las plantas grandes, además de la constitución de un Fondo de Promoción y Fomento destinado a subsidiar la investigación y la asistencia técnica, además de beneficiar a los productores.
La creación del Fondo –no está contemplada en el proyecto de Senadores–, fue defendida por el subsecretario Cepeda, quien dijo que se aplicará a la capacitación, y el fortalecimiento institucional de potenciales productores, «que se queden afuera de este negocio de proporciones que se le presenta al país».
En contrapartida, señaló que el proyecto de Senadores no adhiere a la ley nacional, y corre serios riesgos de producir una colisión de intereses con la Nación, «que nadie puede asegurar que se vaya a dirimir a través de la transferencia de potestades».
«Desde el punto de vista de la desgravación impositiva, el proyecto de Diputados apunta a beneficiar a todos los segmentos, aunque al crear la figura del Fondo se reserva la potestad de apoyar a los productores, y a todos los que se quedan afuera del gran negocio de los biocombustibles», explicó.
«Donde podemos ayudar desde la administración es en encontrar producciones viables para regiones con problemas de desarrollo –una de ellas es el sudoeste bonaerense– para mejorar los ingresos de los productores locales», dijo Cepeda.
La ola verde tiene un horizonte
Carlos Cheppi, presidente del INTA, indicó que uno de los principales interrogantes planteados comienza a ser hasta cuando va a durar esta explosiva demanda de biocombustibles.
«Nosotros pensamos que esto no pasará de 20 a 30 años, porque el tema energético no se va a resolver por esa vía», sostuvo.
«Nosotros estamos en condiciones de hacernos de una muy buena renta para el país, con el desarrollo de esta industria. Primero porque en nuestro país el dilema alimentos versus biocombustibles no va a existir, e incluso, porque mientras dure, la producción de etanol a partir de la molienda de maíz, nos va a resolver el problema de la carne, porque hay una gran oportunidad de producir carne con los derivados y además agregar valor», comentó Carlos Cheppi.
Fuente: La Nueva Provincia