Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario analiza en detalle las perspectivas de un sector en crecimiento.
En anteriores semanarios se han analizado las posibilidades de nuestro país en materia de biocombustibles. En el caso concreto de Argentina, en la actualidad el consumo de gasoil está en el orden de los 12 millones de metros cúbicos por año.
De estimar para dentro de diez años una necesidad de gasoil de 15 millones de metros cúbicos por año, una sustitución de 5% de gasoil con biodiesel significaría una necesidad de 750.000 metros cúbicos.
Estimando una producción de soja, para esa fecha, de 50 millones de toneladas y exportaciones como poroto de 6 millones de toneladas, tendríamos una producción de aceite de casi 8 millones de toneladas (estimando un crushing de 44 millones de toneladas de soja por 18% de rendimiento en aceite).
El consumo de aceite de soja con fines alimenticios, que hoy llega a 390.000 toneladas, llegaría dentro de diez años a alrededor de 500.000 toneladas. La exportación de aceite de soja, que el año pasado llegó a casi 5,8 millones de toneladas, podría estar dentro de diez años en: 8 millones de toneladas – 500.000 toneladas de consumo interno para fines alimenticios – 654.000 toneladas de aceite para biodiesel de consumo interno (750.000 metros cúbicos dividido 7,2 multiplicado por 6,1 y vuelto a multiplicar por 1,03) = 6,85 millones de toneladas.
De querer exportar esa cantidad de aceite, no hay posibilidad de exportar biodiesel. Para lograr una exportación de biodiesel de 1 millón de metros cúbicos (1 millón dividido 7,2 multiplicado por 6,1 y vuelto a multiplicar por 1,03 = 873 mil toneladas de aceite), tendríamos que reducir la exportación de aceite con fines alimenticios a 5,98 millones de toneladas.
Estos números, que hay que tomar ‘con beneficio de inventario’, no apuntan a otra cosa que dar una visión global mostrando las restricciones cuantitativas existentes. Por supuesto, puede aumentar la producción de soja en mayor medida y alterarse los otros presupuestos de los que se ha partido.
Si la producción de soja llegara dentro de diez años a 55 millones de toneladas y mantuviéramos la exportación de poroto en 6 millones, podríamos llegar a triturar alrededor de 48 millones de toneladas, a las que se podrían agregar 3 a 4 millones de toneladas provenientes de otros países, especialmente Paraguay. En ese caso, tendríamos un crushing de alrededor de 51 millones de toneladas que nos permitirían producir 9,2 millones de toneladas de aceite de soja. De registrarse la mencionada producción de poroto de soja, y teniendo una capacidad de trituración de casi 160 mil toneladas por día, sería factible cerrar el círculo:
a) Mantener el consumo interno de aceite de soja de 500 mil toneladas,
b) Exportar aceite de soja por alrededor de 7 millones de toneladas.
c) Consumo doméstico de 750 mil metros cúbicos de biodiesel, es decir 654 mil toneladas de aceite.
d) Exportación de 1 millón de metros cúbicos de biodiesel, es decir 873 mil toneladas de aceite.
Del Anuario de J. J. Hinrichsen S.A. 2007 reproducimos una lista con el detalle de las empresas de biodiesel en funcionamiento y los proyectos en curso de realización.
Mencionemos primero las plantas que están en funcionamiento:
a) Bionerg/Don Mario, ubicada en Chacabuco (Buenos Aires), de 1.400 toneladas al año. Funciona desde octubre del 2005.
b) Pitey S.A., ubicada en Villa Mercedes (San Luis), de 60.000 toneladas año, inauguró en diciembre del 2005 y proyecta aumento de capacidad.
c) Héctor Bolzán, ubicada en Aldea Ma. Luisa (Entre Ríos), con una producción de 30.000 lts/día, planta inaugurada en el 2006.
d) Nameco, ubicada en Villa Bosch (Buenos Aires), con una producción de 120 metros cúbicos por año, es de ecodiesel, trabaja esporádicamente.
e) Biodiesel S.A., ubicada en Sancti Spiritu (Santa Fe), produce 24.000 toneladas al año, de biodiesel y glicerina, arrancó en noviembre de 2006.
f) Grutasol Petróleo S.A., ubicada en Villa Astolfi (Buenos Aires), produce 10.000 toneladas al año, inaugurada en 1999, producción esporádica.
Además de las mencionadas hay una serie de proyectos algunos de los cuales se estiman que entraran en funcionamiento dentro de poco. Los más importantes son los siguientes:
a) Vicentín-Glencore, ubicación en San Lorenzo (Santa Fe), con una inversión de 40 millones de dólares, tendría una capacidad de 240.000 toneladas al año. Su inicio estaba previsto para julio del corriente año y se dedicaría a la exportación de biodiesel.
b) AGD-Bunge S.A., ubicación en Terminal 6 Puerto San Martín (Santa Fe), con una inversión de 40 millones de dólares, tendría una capacidad de 250.000 toneladas al año. Su inicio está previsto para agosto del corriente año y se dedicaría a la exportación de biodiesel.
c) SACEIF Louis Dreyfus, ubicación General Lagos (Santa Fe), con una inversión de 45 millones de dólares, tendría una capacidad de 300.000 toneladas al año. No se ha informado fecha de inicio aunque el proyecto está en curso.
d) REPSOL-YPF S.A., ubicación en San Lorenzo (Santa Fe) o Ensenada (Buenos Aires), con una inversión entre 25 y 30 millones de dólares y una capacidad de 100.000 toneladas al año.
e) Se mencionan otros proyectos pero no hay una información precisa sobre el estado de concreción de los mismos.
El Foreign Agricultural Service del USDA acaba de publicar un informe sobre «Argentine Biofuels Report» (12 de junio del corriente año) preparado por Ken Joseph y aprobado por Robert Hoff de U.S. Embassy. Del mismo extraemos una serie de datos que pueden resultar de interés en esta materia. Dicho informe consta de una introducción de la situación actual, un análisis de las normas legales que regulan el tema de los biocombustibles, un corto análisis de la matriz energética del país, un apartado destinado al etanol, otro destinado al biodiesel, un subcapítulo destinado a los ‘feedstock’ y al comercio, y alguna proyección estadística.
Con respecto a las normas legales vigentes en la materia, se mencionan la ley 26.093 dictada por el Congreso en abril del año pasado y el decreto reglamentario 109 publicado en febrero del corriente año. Los puntos salientes de la ley son:
a) El capítulo uno crea los incentivos para la producción y el uso de biocombustibles en el mercado doméstico con una duración de 15 años que comienza desde la fecha de la reglamentación de la ley. Se establece en este capítulo que la Secretaría de Energía deberá ser la autoridad de control con la excepción de los problemas impositivos que estarán bajo el control del Ministerio de Economía.
Cada año el Ministro deberá fijar el monto máximo de incentivos fiscales en la materia y el porcentaje que del mismo participarán las empresas individuales. Entre las responsabilidades de la autoridad de control se incluyen la de establecer los niveles de calidad, condiciones de seguridad, registro de las empresas participantes, proyectos que se beneficiarán con subsidios y los porcentajes del mixto de biodiesel con gasoil y etanol con nafta para el mercado doméstico. Cada año la autoridad de control establecerá los volúmenes de biodiesel necesarios para cumplir con la ley y modificará los porcentajes de mezcla. También fijará los precios de los biocombustibles para el mercado doméstico y aprobará las exportaciones.
b) En el segundo capítulo se fijan los detalles con respecto a los incentivos del régimen de promoción de biocombustibles. Para ser elegida para recibir subsidios, las empresas tienen que operar en Argentina y dedicarse exclusivamente a la producción de biocombustible, con la mayoría del patrimonio en manos de los gobiernos (nacional, provincial o municipal), o de productores agropecuarios y cooperativas de productores. Las empresas tienen que operar bajo las regulaciones existentes y se le asignarán un porcentaje de los beneficios impositivos.
Con respecto a la matriz energética argentina se dice que su generación de energía es muy dependiente de los combustibles fósiles. Nuestro país sigue teniendo un saldo exportable superavitario de gas y petróleo pero los analistas enfatizan que si el país no incrementa su inversión en el sector, en poco tiempo pasará a ser un importador neto. Con cuatro años sucesivos de fuerte crecimiento, Argentina ha tenido que importar gasoil y fueloil.
Para cumplir con las disposiciones legales que exigen mezclar un 5 por ciento de etanol en las naftas y un 5 por ciento de biodiesel en el gasoil en el 2010, algunas estimaciones calculan que se necesitaría un volumen de alrededor de 700 millones de litros de biodiesel y 250 millones de litros de etanol. Existe un cierto pesimismo sobre el cumplimiento de estas normas dado el bajo precio que tiene el gasoil en el mercado interno.
En el apartado dedicado al etanol se menciona que una destilería fue inaugurada a fines de 2006 en la provincia de Tucumán con dos objetivos: la producción de etanol para el mercado doméstico y para la exportación. Estaba pronosticado que la planta entraría en funcionamiento este año con la nueva cosecha de caña de azúcar con un potencial diario de 350.000 litros por día.
La producción de etanol en nuestro país el año pasado fue de 200.000 toneladas. Los principales productores fueron alrededor de 15 a 16 ingenios de azúcar de caña en el noroeste del país. También se produce pequeños volúmenes de etanol derivado del sorgo azucarado. Industrias locales de bebida, de productos químicos y farmacéuticos demandaron el 60% de la mencionada producción. El resto fue exportado. La capacidad de etanol llegaba el año pasado a 250 millones de litros en el año. Con el agregado de la planta de Tucumán, con una capacidad alrededor de 80 a 100 millones de litros, y de otra planta en Salta, que agregaría 30 millones de litros, la capacidad potencial llegaría a 350-400 millones de litros por año. Existen también en proyectos pequeñas plantas de etanol derivado del maíz que agregarían una capacidad de 200 millones de litros por año cuando entren en operación dentro de 3 a 5 años.
La industria argentina de producción de azúcar ha incrementado su eficiencia en los últimos años. En el corriente año, alrededor de 800.000 toneladas de azúcar deberán exportarse lo que lleva a muchos a estimar que es un momento oportuno para diversificar parte de la caña del azúcar para producir etanol.
Con respecto al biodiesel, la producción para el corriente año se estima en 200.000 metros cúbicos. En el último trimestre de 2007 se espera que entren en funcionamiento dos plantas muy grandes, que son las de Vicentín (240.000 metros cúbicos) y la de AGD-Bunge, del mismo tamaño. Para el año próximo se espera que once plantas produzcan alrededor de 800.000 metros cúbicos. Esta producción estaría destinada al mercado externo.
La razón fundamental que llevará a la exportación de biodiesel radica en que la retención a las exportaciones, que para el aceite de soja es actualmente de 24,5 por ciento, se disminuye en el caso del biodiesel a 5 por ciento y tiene un reintegro del 2,5 por ciento. En el caso del etanol, el derecho de exportación se fijó en 5 % y el reintegro en 4,05%.
Fuente: Punto Biz