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Millonaria inversión en Biocombustibles

DynamotiveSe instala una firma de Canadá.

Gastará US$ 120 millones en 6 plantas.

La empresa de capitales canadienses Dynamotive anunció ayer su radicación en la Argentina y, con una inversión estimada en US$ 120 millones, comenzará a producir en la provincia de Corrientes bio oil líquido. Ese biocombustible, elaborado con residuos forestales y agrícolas, resultará más barato que cualquier otro de origen fósil, según informó la compañía.

 El presidente y CEO de Dynamotive Energy Systems Corporation, el argentino Andrew Kingston, dijo ayer que, medido en calorías, un millón de BTU producido con bio oil cuesta 6 dólares, mientras que si se utiliza gas natural el costo de producción oscila entre 7,5 y 8,5 dólares. Según sus estimaciones, el costo final de este combustible de uso industrial es entre un 10 y un 20% más barato que el resto de los disponibles en el mercado.Junto al vicepresidente de Dynamotive Latinoamericana, Raúl Parisi, Kingston anunció la radicación de la compañía en la Argentina, desde donde se concretará la expansión a Chile, Uruguay, Brasil y varios países de América Central.

En el día de la presentación en Buenos Aires, los empresarios trajeron un anuncio concreto: comenzarán a elaborar el nuevo biocombustible en la localidad correntina de Gobernador Virasoro, donde instalarán seis plantas -costarán entre 15 y 17 millones de dólares cada una- y la inversión global estimada rondará los 120 millones. El desembolso, según adelantaron, provendrá de inversionistas privados.

Viruta por energía

El bio oil de la empresa, que patentó su producto en 1991, se puede utilizar en turbinas de gas modificadas y potenciadas para generar energía eléctrica. «El uso de este producto, como reemplazante de combustible fósil, puede incluir generación eléctrica y sustituir parcial o totalmente a combustibles como el fueloil, el gasoil o el gas natural», informó Parisi. Entre las aplicaciones industriales, se refirió a las vinculadas con hornos calderas en plantas fabriles.

Ese biocombustible, que ya se obtiene en la planta canadiense de Dynamotive, tiene mayor densidad que cualquier otro combustible líquido, cuenta con un valor calórico inferior al de los combustibles fósiles y no contiene azufre, por lo que sus emisiones de óxido son bajas.

Para lograrlo, la empresa desarrolló un proceso industrial conocido como «pirólisis rápida» o cracking térmico, por el que se transforman residuos celulósicos -de madera, paja de trigo, corteza de árboles bagazo de caña de azúcar- en una fuente de energía renovable. El proceso puede utilizar hasta 120 tipos de residuos, concentra la capacidad energética de la biomasa, reduce el impacto ambiental y origina créditos de carbono.

Por el contexto, en las plantas correntinas procesarán 200 toneladas diarias de aserrín, con lo que producirán el equivalente energético a 500 barriles diarios de bio oil (1 tonelada de biomasa=2,2 barriles equivalentes de petróleo). Sobre las proyecciones de la compañía, Kingston dijo que son importantes: «Hay una necesidad fuerte en la Argentina, donde se están importando fueloil y gasoil».

Fuente: La Nación

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