etanol

Etanol, un negocio de exportación

La Argentina podría explotar etanol para mercados externos; es un desarrollo alternativo con potencial.

En el país, se producen actualmente 160 millones de litros de etanol.

La demanda de este biocombustible en el mundo va en aumento.

Su transporte es, además, económico.

De cada 100 kilos de maíz, se extraen 52 litros de etanol.

La Argentina parece estar invitada a producir algo que el mundo no va a dejar de necesitar: bioenergía, y exportarla en cantidad.

«Los biocombustibles, el biodiesel y el etanol son fuentes renovables de energía y representan una alternativa productiva promisoria para los países con un importante potencial agrícola como la Argentina», dijo a La Nación , Héctor Caretta, consultor y especialista en la materia.

El etanol se extrae de la caña de azúcar, del maíz, el girasol, la soja, la madera, la papa o los desechos. De cada 100 kilos de maíz se extraen 52 litros de etanol y 21 kilos de alimento para el ganado.

Para generar 60 millones de litros, por ejemplo, una planta de etanol necesita entre 40.000 y 50.000 hectáreas de producción (un 50 por ciento cultivada con maíz); así, la Argentina tendría cabida inmediata para 25 plantas.

«En breve tiempo, el 20 por ciento de nuestra producción cerealera podría estar produciendo etanol. Por más vueltas que demos, nuestra soja está sobrando, el girasol está muerto y el maíz no vale. No existe otra alternativa», señaló el especialista.

Caretta agregó que, actualmente, en la Argentina «se están produciendo unos 160 millones de litros de etanol a partir de la caña de azúcar y las necesidades de combustibles líquidos en el mundo son miles de veces mayores».

Las ventajas de este producto pueden enumerarse desde distintas perspectivas; una de ellas es la demanda de energía, que se duplica cada veinte años. Otra tiene que ver con el medioambiente; el etanol es un combustible limpio y emplear un 10 por ciento en las naftas reduce las emisiones de CO2 (gas causante del efecto invernadero) en un 30 por ciento.

También reemplaza los actuales aditivos antidetonantes de las naftas, que están en vías de ser prohibidos en el mundo entero por ser tóxicos y altamente contaminantes.

La exportación de etanol puede ser la llave del agro argentino. Por citar un caso, Brasil, gran productor y consumidor de etanol, importa desde los Estados Unidos a un precio de 0,36 centavo de dólar el litro y la Argentina, con 25 millones de hectáreas subempleadas, podría hacer un buen negocio.

Otra punto en favor que encierra es la logística. El etanol pone en igualdad de condiciones las zonas alejadas de puertos con las cercanas, dado que al ser combustible se transporta por tubo y el costo de la movilización de líquidos es mucho más económico que el de sólidos.

«Por otra parte, estaríamos transportando un producto que vale 30 centavos, contra un cereal que vale 8 centavos. La incidencia relativa del flete es 12 veces menor que en el transporte de cereal», especificó Caretta.

En los Estados Unidos, el 15 por ciento de la producción de maíz se transforma en etanol; existen más de 90 plantas repartidas en todo el territorio y otras tantas en desarrollo.

Cuestión de costo

En la Argentina, el principal demandante del combustible es el autotransporte de cargas, responsable del 41 por ciento del consumo de gasoil.

Un biocombustible a un costo aproximado de 30 centavos el litro claramente disminuiría los costos del transporte terrestre de cargas. Este ahorro tocaría el bolsillo de todos, sobre todo cuando el encarecido transporte interno está totalmente desfasado respecto del externo.

Según un estudio de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), los cálculos para satisfacer el transporte automotor de cargas de todo el país usando B20 (mezcla de un 20 por ciento de biocombustible sobre la base de aceite de soja con un 80 por ciento de gasoil de petróleo) indican que se requieren 5.617.978 toneladas, lo que representa el 30,37% de la producción de soja del país. Si, en cambio, se calcula con B100 (como combustible puro al ciento por ciento), la cifra es de 28.089.888 toneladas. ¿Qué espera el campo argentino?

Lucila Marti Garro

Fuente: La Nación

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