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La colosal victoria de Kevin Benavides en motos eclipsó las actuaciones de Juan Cruz Yacopini y Sebastián Halpern en autos, que se clasificaron en el Top 10; Moreno Flores fue 2° en quads, y González Ferioli, 4° en SSV.
Sebastián Halpern, el empresario y deportista que desafía desde 2011 al Rally Dakar; en 2023, el mendocino terminó noveno en la categoría autos
FRANCK FIFE – AFP
Un desenlace perfecto, con triunfos en las dos etapas finales, convirtieron a Kevin Benavides (KTM) en el representante argentino que provocó el mayor impacto en el Rally Dakar 2023. El salteño reescribió la historia al lograr un nuevo Touareg, aunque con otra fábrica de motos. Todos los flashes fueron para el bicampeón, que hasta opacó la excelente performance de su hermano Luciano (Husqvarna), que terminó en el 6° puesto, y de Franco Caimi, el mejor clasificado de Hero, que completó el top ten en la categoría reina.
Con tres pilotos en los diez primeros lugares, la Argentina enseñó potencial y jerarquía en la carrera más exigente y desgastante del planeta. Pero también se ofrecieron otras historias de superación: en autos, Juan Cruz Yacopini (Toyota Gazoo Argentina) firmó su mejor actuación y culminó séptimo en su tercera participación, mientras que Sebastián Halpern (Mini) emocionó al arribar 10°. Entre los SSV de serie modificado, Jeremías González Ferioli cruzó la meta en Damman en el cuarto puesto; Francisco Moreno Flores fue escolta del francés Alexandre Giroud en quads, una categoría en la que los pilotos nacionales escribieron siete veces el nombre entre los vencedores desde que los cuatriciclos se estrenaron en 2009.
Yacopini y Halpern, cepas mendocinas
Dos pilotos mendocinos en el top ten en la categoría autos, el sello que dejaron Yacopini y Halpern, a quienes en edad los separan dos décadas. En su tercera participación, Yacopini, de 23 años, tuvo su primera gran recompensa con el séptimo puesto. La aventura tuvo su momento de pánico y zozobra, cuando casi atropella a un espectador, un mal recuerdo de cuando en su estreno en 2021 embistió a un camión que había volcado detrás de una duna. “No hay mucha gente, pero a los que les gusta son realmente locos. Esta persona quiso pasar para el otro lado de la duna, se cayó y trepó gateando. No pasó nada de casualidad, ahora lo estoy contando como una simple anécdota, aunque es preocupante. La gente quiere vivir el rally tan de cerca que a veces se acerca de más o se ubica en el externo de una curva y nosotros nos podemos pasar o puede existir un fallo mecánico”, resaltó quien empezó a participar en la categoría, luego de que su padre Alejandro le cediera la butaca y se pasara al asiento de navegante.
Juan Cruz Yacopini, del susto por un accidente en su estreno en 2021 al séptimo puesto en 2023.FRANCK FIFE – AFP.
La pasión por las carreras y la velocidad resultó hereditaria. Juan Cruz pasó del hobby por el motocross a perfeccionarse, con clases que tomó en Neuquén. Pero el recorrido se truncó después de un grave accidente en 2017: diez días internado, quebradura de fémur y un daño en el bazo, las consecuencias. Sin la condición física necesaria para treparse a una moto, Alejandro le cedió el comando del auto. “Las dos primeras carreras fueron desastrosas, pero juntos fuimos mejorando”, resalta. Los triunfos nacionales y las victorias en el South American Rally Race motivaron a quien le restan siete materias para graduarse como Licenciado en Administración de Empresas en la Universidad del Aconcagua.
El debut en el Dakar se redujo a tres etapas, después del accidente con el camión, aunque se reengancharon en la carrera. “Choqué de frente con un camión que estaba volcado en la bajada de una duna. Tuve mucha mala suerte. Hacía muy poco que se había dado vuelta, no sonó la alarma ni pusieron cascos ni planchas sobre la duna para que pudiera saber que hubo un accidente”, comentaba sobre el infortunio, después de ser remolcados por un camión de asistencia del equipo Overdrive Toyota. Su padre, en 2018, también protagonizó un singular accidente en una duna: la Toyota Hilux quedó clavada de punta en la bajada de un médano.
Entre la arena y el agua, Juan Cruz Yacopini desanda el Rally Dakar 2023; un grave accidente en motos en 2017 motivó el pase a la categoría autos, donde compartió aventuras con su padre Alejandro/FRANCK FIFE – AFP.
El año pasado finalizaron entre los 20 mejores, y para 2023 hubo un cambio. Juan Cruz profesionalizó más la preparación y estuvo acompañado por el español Daniel Oliveras Carreras en la butaca derecha. El test en Marruecos no resultó alentador: vuelco y abandono, después de dañar la jaula de seguridad. Las actuaciones en las Bajas de Aragón y de Italia tampoco ilusionaban, pero el Rally Dakar los descubrió fuertes y confiados.
“Trabajamos todo el año, tuvimos muchos golpes y frustraciones. En este deporte es medio así, porque así también se aprende. Cerramos en el top ten y fue un Dakar durísimo, para machos: bien duro. Muchos argentinos anduvimos muy bien, Kevin [Benavides] ganó y lo felicito. Es bueno ver la bandera siempre arriba”, resaltó, quien está en una etapa de aprendizaje y así lo refleja: “No tengo la experiencia ni la capacidad todavía para manejar a la velocidad que están manejando los que compiten en el exterior. A diferencia de otros deportes, acá a los 50 años estás en la cresta de la ola por todo lo que aprendiste”. Y no le falta razón: Nasser Al Attiyah ganó su quinto Rally Dakar con 52 años.
Empresario y deportista, para Halpern el Rally Dakar es una aventura. No es profesional, porque su actividad son el manejo de dos empresas de riego agrícola. La carrera asomó como un desafío y no desentonó: en 2011 fue segundo en quads, en 2018 finalizó octavo en autos y este año culminó en el noveno lugar con un Mini, que utiliza biodiesel desarrollado con residuos: la emisión de dióxido de carbono se reduce a un 80 por ciento.
Ahora, el reto se le hizo carne y busca anotarse entre los cinco mejores el próximo año y hasta ilusionarse con un podio en futuras participaciones. “Es un desafío personal, una carrera contra uno mismo, en mi caso que no soy profesional”, relata quien a los 19 años empezó a trabajar en una empresa israelí que instalaba riego para jardines y quintas.
La crisis de 2001 fue una oportunidad. Con el dinero que le pagaron por la indemnización levantó su propia empresa, que ahora se expandió por La Rioja, San Juan y Río Negro. En la vida sabe de sinsabores como en la carrera, que lo puso a prueba apenas iniciada. “Golpeamos con una piedra y rompimos el diferencial cuando faltaban 250 kilómetros. Y después me quedé sin dirección hidráulica. En la segunda etapa estábamos en el puesto 46 de la clasificación general. Pero nunca hay que bajar los brazos, hay que pelear por los sueños, y en lugar de esperar el camión de asistencia seguimos camino”, relató Halpern, que lleva a Ronnie Graue como navegante.
De los quads a los autos, Sebastián Halpern construye un desafío personal en el Rally Dakar/FRANCK FIFE – AFP.
Sin pruebas realizadas con el Mini, el contratiempo se exhibió como una motivación para el conjunto. “Si volvemos top ten será muy bueno”, explicaba antes de iniciar la carrera. Etapas extensas y un recorrido de 14 días imponía respeto. “Una carrera de resistencia física y de ser inteligentes. Pasamos mucho tiempo arriba del auto, manejando a alta velocidad, si no estabas concentrado y con energía podía ser un calvario. La décima etapa la sufrí: mucho calor, agoté el agua y recurrí al suplemento de proteínas”.
Ahora Halpern debe trazar el futuro y determinar cómo ordenará la agenda de competición. Desistir de participar del Rally Argentino puede ser una de las alternativas, ya que incursionará en el campeonato mundial de cross country. “Correr en quads fue más duro, necesitaba mayor preparación física. Se vive en el gimnasio. Fue una experiencia hermosa y hasta una ventaja para cuando pasé a los autos. El quad te hace más duro, más resistente, las adversidades son mayores y además la protección es mínima”, señala el hombre que a los 43 años toma el desafío del Dakar como una proyección de la vida empresarial: lleva agua al desierto.
Podio en quads y desquite en SSV
Correr al defensor del Touareg, el francés Alexandre Giroud, resultó un imposible para los pilotos de quads. Los argentinos, especialistas en la categoría con siete victorias en 15 Dakar, lo intentaron con Manuel Andújar y Francisco Moreno Flores. El primero, ganador en 2021, debió abandonar; el mendocino finalizó nuevamente como escolta, a 43m11s. El podio lo completó Pablo Copetti, argentino que participa bajo licencia de los Estados Unidos. “Es un logro muy grande, es un montón para mí. Algo hermoso que quiero disfrutar mucho. Fue muy duro: mucha agua, frío, barro, miedo, ansiedad… Pero acá estamos, emocionados y queriendo festejar con el equipo que tanto me apoyó, al igual que la gente en la Argentina”, dijo apenas cruzó la meta el mendocino, al borde del llanto.
Francisco Moreno Flores, nuevamente segundo en quads; el mendocino y otra actuación sobresaliente en el Rally Dakar/F. Le Floc[h – A.S.O.
El inicio del recorrido en el deporte motor fue a los 12 años. La categoría junior del quad cross cautivó a Moreno Flores, que se destacó pronto y empezó a amontonar trofeos. Los títulos provinciales y nacionales de campeón se convirtieron en una costumbre y lejos de contentarse con las múltiples experiencias locales elevó el listón y se marchó a Estados Unidos.
“El Dakar es como la vida en 15 días: empezamos todos frescos y sonrientes, y terminamos algo más viejos y cansados. Llega el que más aguanta, el que está mejor preparado”, sostiene quien el año pasado tuvo un recibimiento de héroe en Tupungato. Ahí volverá a recargarse de energía con el sueño de llegar a la cima.
Para Jeremías González Ferioli, el Rally Dakar es una caja de sorpresas. Tres podios en quads avalan al cordobés, que en 2022 no pudo participar porque dio positivo de Covid-19. En su estreno en T4, SSV de serie modificado, ganó un especial, se convirtió en el primer piloto argentino en sumar un triunfo en la categoría, y terminó en el cuarto puesto del clasificador general.
“Contento, siempre es lindo terminar una carrera tan compleja como es el Dakar. Una primera experiencia positiva y ahora a prepararnos para encarar otro año. Vamos a intentar participar en dos fechas de mundial para sumar kilómetros para el próximo Dakar. No sé si en T3 o en T4, pero siempre en SSV”, el balance que ensayó González Ferioli, que además es licenciado en Administración de Empresas y CEO del Grupo Consultores de Empresas.
Jeremías González Ferioli, cuarto en su primera experiencia en SSV; el cordobés se tomó desquite de la ausencia en 2022, cuando el Covid-19 lo dejó fuera del Rally Dakar.
“Arrancó no siendo un Dakar bueno para nosotros, nos fuimos muy para atrás y desde el fondo todo cuesta el doble, el triple, y recién en la séptima etapa pudimos salir un poco, tener una etapa limpia”, comentó quien se marchó al descanso como ganador de un especial y con el resultado no solo escaló en el clasificador, si no que se energizó para la segunda parte de la carrera, cuando la caravana se internó en el Empty Quart.
Cuatro historias mínimas de las múltiples que protagonizaron los pilotos argentinos en el Rally Dakar 2023. Una aventura para intrépidos que no descansan en el desafío de cumplir un sueño.
Por Alberto Cantore
FUENTE: DIARIO LA NACIÓN/ARGENTINA