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Argentina le exporta por casi US$ 1.700 millones al año y es su principal mercado. Una resolución acusa de deforestación al país.
Foto: Vista aérea de la planta de Louis Dreyfus, en Santa Fe, una de las tantas empresas fabricantes de biodiésel de la Argentina
El biodiesel vuelven a estar bajo amenaza. Esta vez por parte de Europa que asimila que la producción de América Latina se basa en una alarmante deforestación y busca prohibir las importaciones de ese biocombustible en base a la soja desde 2023.
La decisión también abarca al biodiesel basado en el aceite de palma. Y busca castigar al Brasil de Jair Bolsonaro. Pero oculta otra intención y proteger al biocombustible en base a la colza que se produce en Europa.
Lo cierto es que el biodiesel no es sencillo de exportar porque requiere de países que corten los combustibles fósiles con los de origen vegetal. Los mercados son los países europeos y Estados Unidos.
Europa que nos había cerrado las puertas como represalia por la estatización de YPF en 2012. Buenos Aires recurrió a la Organización Mundial de Comercio, que falló en contra de la decisión europea. Y con algunos meses de demora, finalmente nos reabrió el mercado.
Estados Unidos sigue cerrado. Lo hacen bajo el argumento que Argentina subsidia a esta industria, algo que con la última modificación de las retenciones ese aparente beneficio quedó en la nada.
Pero Washington mantiene su intransigencia y el país se queda sin embarcarles 1,5 millón de toneladas al año, unos US$ 2.100 millones. Las empresas afectadas van desde las nacionales Aceitera General Deheza, Molinos y lo que queda de Vicentín, al gigante estadounidense Cargill, además de las europeas Glencore y Dreyfus.
Luis Zubizarreta
Este mediodía se vio a Luis Zubizarreta, presidente de Carbio, la asociación de la industria de Biocombustibles y director de la francesa Dreyfus solicitar apoyo a la embajadora francesa, Claudia Scherer-Effosse, en ocasión de la celebración del 14 de Julio.
«El proyecto de reglamento europeo que aprobó recientemente la Comisión de Ambiente del parlamento europeo excluye al biodiesel de soja del mercado de biocombustibles de la Unión Europea dado que consideran que son productos de la deforestación, y del cambio del uso del suelo. En la practica este proyecto es claramente una barrera para arancelaria, porque no hay una sola justificación para hacerlo. En argentina la producción de soja esta estancada hace 12 años, ademas hacemos siembra directa y rotación. Europa quiere cerrar su mercado sin verdaderos argumentos», le dijo a Clarín.
A su vez en un comunicado en inglés, Ciara, la cámara que agrupa a la industria aceitera y Carbio que nuclea al biodiesel, expresó su rechazo.
Argentina exporta a Europa unas 1,2 millones de toneladas por año. Es decir unos US$ 1.680 millones.
En ese documento se detalla que la producción argentina de soja no representa riesgo ambiental por la rotación de cultivo y la siembra directa. Señalan, además, que la producción de soja está estancada. Y que es imperceptible el nivel de deforestación relacionado con el cultivo algo que la misma europa controla desde 2008.
por Silvia Naishtat
FUENTE: DIARIO CLARÍN/BUENOS AIRES/ARGENTINA