Desde la entidad ya dijeron que financiarán proyectos en Latinoamérica, región que tiene «una oportunidad dorada» para producir combustibles alternativos.

Para los ministros de finanzas de las 47 naciones que se reúnen en Guatemala con motivo de la reunión del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el avance de los biocombustibles como fuente alternativa de producción energética será uno de los temas clave

, tras el anuncio de la Jefe de Finanzas e Infraestructura Básica de la institución, Silvia Sagari, de que se financiarán proyectos para su producción en Latinoamérica.Mientras, a nivel local, el boom de este tipo de energía estuvo presente en Expoagro 2007, sobre todo en los temas de las conferencias: «Hoy producir 10 toneladas de maíz nos da 4.000 litros de etanol, que pueden equivaler a 4.000 litros de nafta si se compara con la energía que entrega», sostuvo durante una de las conferencias el presidente de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, Héctor Huergo.

El viernes último, la funcionaria del BID había resaltado la gran capacidad generadora de empleo de esa industria que, sólo en Brasil, crea 500.000 empleos directos, y cerca de 3,5 millones incluyendo los indirectos. «En Colombia, la incorporación obligatoria del 10% carburante en la gasolina ya ha generado 170.000 empleos», agregó Sagari al intervenir en la “Biofuels Ameruicas Conference” realizada en Cartagena.

Asímismo, indicó que dentro de la institución se está abriendo camino un fondo para proyectos de energía limpia dirigida tanto para quienes quieran financiamiento soberano, como para quien prefiera el financiamiento de la Corporación Interamericana de Inversiones. En este sentido, Sagari dijo que Latinoamérica tiene «una oportunidad dorada», ya que muchos de los países industrializados no disponen de tierras para cubrir sus grandes demandas.

Al respecto, un estudio del BID dice que se necesitan inversiones por un monto de u$s200.000 millones para aprovechar la oportunidad de los biocombustibles. Según el Banco, la producción fue de 40 millones de toneladas en el 2005, de lo cual el etanol representó el 90%. El otro 10 por ciento fue biodiésel.

Pero si bien la región latinoamericana posee el 15% de las tierras arables de todo el mundo, no se destina siquiera el 1% de las mismas para cubrir la cuota del 10% de la mezcla de etanol con gasolina. En la opinión de Salgari, la producción de biocombustibles ayudará a cerrar la brecha de pobreza rural de la región, teniendo en cuenta que el 62% de la población del campo vive por debajo de la línea de la pobreza.

En tanto, el ministro guatemalteco de Finanzas, Hugo Beteta -que presidirá las deliberaciones ministeriales por un año en el BID- dijo que muchas naciones tienen interés en desarrollar etanol a partir de la caña de azúcar, para colocar sus productos en los nuevos mercados de los Estados Unidos y Europa, e indicó que Brasil estuvo en contacto con Guatemala y otros países centroamericanos para explorar posibilidades de instalar plantas de transformación en la región a fin de exportar etanol a esos mercados.

Es importante tener en cuenta que Guatemala es el segundo productor regional de caña de azúcar, después de Brasil, y por lo tanto un jugador clave en la estrategia de desarrollo de biocombustibles que lleva adelante los Estados Unidos, el principal productor de etanol. El año pasado, el país del norte produjo 16.000 millones de litros, y quedó en segundo lugar Brasil con 14.500 millones.

En tanto, Colombia, el segundo productor de biocombustibles en Latinoamérica después de Brasil, dará «todo su apoyo» al debate encaminado a una mayor producción de etanol en la región, manifestó su ministro de Hacienda, Óscar Zuluaga: «Este es un tema importante no sólo por el impacto que tiene en la economía, sino también en el medio ambiente», sostuvo.

Sin embargo, para el presidente de Venezuela Hugo Chávez, el proyecto «es una locura», ya que llevaría a que inmensas extensiones de tierra sean ocupadas en el cultivo de maíz y de caña de azúcar, en detrimento de otros productos agrícolas para la alimentación de la población. No obstante, el mandatario tiene acuerdos firmados con Brasil y con Cuba a favor del desarrollo del etanol y PDVSA (la compañía estatal de petróleos de Venezuela) ya realizó algunas pruebas con el producto.

El NOA argentino tendría su oportunidad

“Considerar a los biocombustibles como una alternativa de diversificación de la matriz energética nacional”. Este es el objetivo que se fijaron los organizadores de las Primeras Jornadas Nacionales de Biocombustibles del NOA, que se realizarán el próximo 29 y 30 de marzo en la provincia de Tucumán.

Del encuentro participarán funcionarios provinciales y nacionales como el secretario de Energía Daniel Cámeron y el subsecretario de Combustibles Cristian Folgar, y expertos en biocombustibles e industriales azucareros y cerealeros, como Héctor Huergo, titular de la Asociación Argentina de Biocombustibles.

“El NOA es sinónimo de etanol, ya que en este producto tiene ventajas comparativas muy importantes, pudiéndose incluso complementar la producción de alcohol de caña de azúcar con alcohol de cereales, a la luz de la creciente producción de maíz y sorgo en dicha región”, sostuvo al diario tucumano La Gaceta Claudio Molina, director de la Asociación.

En comparación con Brasil, la Argentina está muy atrasada. El país vecino puso en marcha en la década del 70 el Programa Próalcool y lo continuó hasta hoy, convirtiéndose así en un gran productor de bioetanol a partir de la caña de azúcar, mientras que los Estados Unidos lo hace a partir del maíz.

Pero el objetivo del actual Gobierno es fomentar la producción en el país para el mercado interno. Con este fin, el año pasado se sancionó la ley 26.093, y el 9 de febrero el presidente Néstor Kirchner la reglamentó, bajo el decreto 109/07.

Esta ley establece un régimen de promoción para la producción, comercialización y uso sustentable de biocombustibles, privilegiando la formación de oferta de biocombustibles destinada al consumo interno.

La medida principal de este régimen consiste en la obligación de uso de este tipo de energía en cortes con combustibles fósiles, a partir del  2010 -o antes si el Estado así lo decidiere-. Esto implica que a partir de su entrada en vigencia, el diesel será cortado con un mínimo de 5 % de biodiesel y en igual porcentaje, la nafta con bioetanol. Se estima que, para entonces, se producirán unos 1,2 millones de etanol y 2,9 millones de toneladas de biodiesel.

Plantas productoras de biocombustibles, en operación y proyectadas:

                                                  

                                         Fuente: Asoc.Arg.de Biocombustibles
Regiones

La generación de etanol, biodiésel, biogas y también la energía eólica, entre otros, brinda oportunidad de crecimiento en las regiones del norte bonaerense, Gran Buenos Aires, sur de Santa Fe y en el noroeste del país, que es donde se ubican la mayoría de las industrias del etanol. A pesar de que casi todas son plantas automatizadas y, por ende, promueven poca mano de obra directa, esta actividad impulsa el empleo en otras áreas.

Como posible complemento o sustituto las naftas, el etanol se elabora a base de maíz, cereal del cual Argentina es su segundo exportador mundial y donde este año se van a cosechar 22 millones de toneladas. También se puede elaborar con caña de azúcar, trigo, cebada, sorgo, maderas y residuos forestales. Y el biodiesel, que complementa o sustituye al gasoil, se realiza a base de soja, girasol, maní, aceites vegetales usados y grasas animales.

Al observarse a nivel mundial una escasez de combustible, la opción de obtener energía que no contamine a un costo razonable se ve cada vez más cercana. Y para la Argentina, tanto su producción como exportación, podría ser una opción viable y factible en el mediano y largo plazo.

Fuente: http://www.infobaeprofesional.com/