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El sector, que abastece al corte obligatorio del gasoil, está trabajando con precios de diciembre. Aseguran que la industria es inviable.
Las pequeñas y medianas empresas que producen biodiesel para abastecer a las petroleras para que realicen el corte con gasoil, hace más de siete meses que están trabajando con un precio totalmente desactualizado.
Estas cerca de 30 Pymes, ubicadas en diferentes provincias, enfrentan así un grave problema: el precio no es libre sino que está regulado y dependen de que el Gobierno lo actualice. La Secretaría de Energía debería hacerlo mes a mes, en función de una fórmula que contempla diversas variables (precios de insumos, tipo de cambio, etc.).
Sin embargo, desde fines del año pasado que, inexplicablemente y a contramano de lo que establece la normativa, la actual adminitración las abandonó a su suerte. Así, al no actualizarles el valor que les deben pagar las petroleras, estas Pymes hace meses que están trabajando a pérdida, especialmente a medida que fue subiendo el tipo de cambio y se aceleró la inflación.
Y las consecuencias ya están a la vista: prácticamente todas las plantas están paradas, porque el precio no alcanza a cubrir los costos, y ya hay en riesgo unos 3.500 empleos.
En este escenario, lo que genera mucha preocupación es que ni el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, ni el secretario de Energía, Sergio Lanziani, dan muestras de acercamiento para brindarles una solución.
Como se mencionó, las empresas están a la espera de una solución para poder superar esta crisis, una de las mayores desde que se creó el régimen para abastecer el mercado interno. Y cada día que pasa, más riesgos habrá de que se sigan destruyendo empleos en este sector.
Por el momento, el Ministerio de Desarrollo Productivo no dio señales al sector Pyme del biodiesel.
Pero, ¿por qué el Gobierno les niega una actualización del precio?
«Hay una multiplicidad de factores. En primer lugar, congelaron los precios de los combustibles y por eso freezaron todo, incluyendo al bio», señaló una fuente que sigue de cerca la política energética, quien luego agregó que esta medida «muestra un desconocimiento de cómo funciona el sector».
Según el experto, el sector no incide en la formación del precio que se paga por el gasoil. Sucede que el biodiesel no solo tiene una incidencia mínima en la composición del precio final del producto, sino que históricamente ha funcionado como un colchón para el bolsillo del consumidor. De hecho, en oportunidades anteriores cuando el precio del biodiesel bajó, el precio del gasoil nunca lo hizo.
Incluso, un reciente relevamiento realizado durante la administración macrista, entre el semestre de octubre de 2018 y abril de 2019, reveló que la suba del precio del gasoil fue 8 veces superior a la del biocombustible.
Además, la misma fuente señaló que la crisis que se desató con el caso Vicentin, generó que se congelaran muchas decisiones clave para todo el tejido agroindustrial.
«Pero sea cual sea la razón, el sector del biodiesel terminó pagando los platos rotos», alertó la fuente.
Combustibles: la intención es aplicar un primer aumento el primer día de septiembre.
Gobierno analiza el descongelamiento
Tal como informó iProfesional, en el Gobierno reconocen que los precios de los combustibles están retrasados. La intención es aplicar un primer aumento el primer día de septiembre. Se evalúa que sea de entre 5% y 10%.
El Gobierno prefiere que la recomposición de los precios sea gradual para evitar un salto importante de la inflación de un solo golpe, en plena pandemia.
La problemática fue reconocida por el propio Alberto Fernández, que en una entrevista con C5N confirmó el congelamiento de tarifas de electricidad y gas hasta fin de año, pero no descartó una actualización de naftas.
Ahora, el sector del biodiesel está expectante. Consideran que se está ante un momento decisivo para finalmente actualizar el precio que deben pagarles las petroleras.
La incógnita es si finalmente se avanzará con una actualización de la fórmula y, en ese caso, cuál será el porcentaje de ajuste al alza. No hay que olvidar que esta industria necesita una mejora del 20% en el precio que recibe por tonelada para equilibrar los números y ser viable.
«Hay 3.500 empleos a punto de destruirse. Ya comenzaron las suspensiones y hubo retiros. No pueden soltarle la mano a todo un sector que, además de ser clave para la economía, fue creado en base a reglas que hoy no se están respetando», concluyó la fuente.
FUENTE: INFOBAE PROFESIONAL