#Biodiesel #UNL #Conicet #Tecnologia #Biocombustibles #EnergiasRenovables
Se trata de un desarrollo tecnológico que permite mejorar la calidad del biodiesel. El proceso fue desarrollado por investigadores de la UNL y el Conicet y fue transferido a una empresa multinacional.
Investigadores que desarrollan sus actividades en la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) de la Universidad Nacional del Litoral y en el Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (INCAPE UNL-CONICET) desarrollaron una tecnología que permite optimizar el proceso tradicional de elaboración de biodiesel y mejorar la calidad a través de la reducción de los monoglicéridos. Asimismo, permite ahorrar catalizador, con la consecuente reducción de los costos operativos.
Luego de que la UNL mantuviera reuniones con diversas empresas del sector, la empresa LDC Argentina (Louis Dreyfus Company), dedicada a la comercialización de commodities y procesadores de bienes agrícolas, manifestó el interés de esta tecnología para ser implementada en su planta ubicada en General Lagos, provincia de Santa Fe. Luego de un período de negociación, el vínculo entre la UNL y LDC Argentina se concretó mediante la firma de un contrato de transferencia de know how.
El grupo de investigación en productos renovables y catálisis (GIPRE) del INCAPE, liderado Gustavo Mendow y Carlos Querini, participó además en la adaptación técnica de la planta de producción para poder implementar la tecnología desarrollada.
Adrián Bonivardi, decano de la FIQ, comentó la importancia que históricamente esta Facultad le concedió al trabajo de investigación y transferencia y, específicamente, sobre este caso con una empresa multinacional como es la empresa Dreyfus. Por otro lado, destacó la importancia del desarrollo de estos bioprocesos, donde confluyen profesionales de diversas carreras que se dictan en la FIQ.
Cristian Martín Ciribe, jefe de producción del complejo de biodiesel de LDC Argentina, destacó que esta transferencia de tecnología fue el puntapié inicial para que la empresa genere una relación de confianza con nuestra casa de estudios: “necesitamos este vínculo, entre Universidad y empresa, para mejorar tanto en los aspectos tecnológicos como en el desarrollo de nuevas tecnologías, productos y subproductos”, explicó. Esta interacción se inició en el 2008, cuando la empresa decidió conectarse con la Universidad la cual ya venía hace varios años trabajando con este biocombustible. Cabe destacar que Dreyfus fue la segunda compañía en el país en poner en marcha un proceso para la producción de biodiesel.
Finalmente, Bonivardi aclaró la importancia en apostar a estas nuevas formas de producir, al desarrollo de bioprocesos, que reducen el impacto ambiental, y a su aplicación industrial, la cual se encuentra en constante crecimiento.
Del laboratorio a la industria
Gustavo Mendow, ingeniero químico y docente de la FIQ e investigador del CONICET, destacó este trabajo de transferencia que llevó adelante la UNL. “Para la Universidad siempre es importante estar trasfiriendo tecnología, lograr que una investigación se pueda aplicar a la industria, es decir, no solo investigar cosas que queden en el laboratorio o en un paper, sino que la investigación tenga un sentido específico y el objetivo de ser transferida a la industria”, aseguró Mendow.
También, remarcó la importancia que la Universidad logre vincularse con la industria y no ser solo formadores de recursos, sino también formadores de conocimiento y de tecnologías. “Lo que funcionaba en el laboratorio que hoy funcione en la planta, esto fue un objetivo cumplido. De ahora en más, la meta es tratar de mejorar esta tecnología y poder transferirla a la mayor cantidad de empresas posibles para que todos puedan obtener sus ventajas”, afirmó el investigador.
Este es un caso más que demuestra cómo el conocimiento que se genera en organismos científicos puede realizar un gran aporte a los sistemas productivos y mejorar el rendimiento económico de las industrias y tener un menor impacto negativo en el medio ambiente.
La UNL desarrolla acciones que buscan incrementar y mejorar esos procesos, desde hace 25 años, cuando en 1994 fue creado el Centro para la Transferencia de los Resultados de la Investigación, organismo que formalizó las relaciones de vinculación tecnológica en la UNL.