Para la nueva campaña se espera un incremento del área de hasta el 50%; interés por su inclusión en un esquema de producción de doble cultivo con la soja.

Mientras la mayoría de los cultivos disminuye su área de siembra, la colza viene avanzando firme en las últimas campañas. Pasó de no más de 20.000 hectáreas -que hace tres años parecía su techo en la Argentina- a 30.000 hectáreas en la campaña 2007/2008. Y en la que finalizó, en diciembre último, llegó a casi 80.000 hectáreas.

Pero esta película sigue. Debido a las limitaciones en el mercado de trigo (la colza es una alternativa al cereal por su similar período de desarrollo) y a la demanda de su aceite para consumo y la elaboración de biocombustibles (es la segunda oleaginosa más producida en el mundo, después de la soja), este cultivo inverno-primaveral es cada vez más tenido en cuenta por los productores de diversas zonas del país.

Y para la próxima campaña, que arrancará en los primeros días de marzo, se espera un crecimiento del área de hasta el 50 por ciento.

En ese marco, el semillero Sursem, que trabaja en el fitomejoramiento del cultivo de colza desde hace 15 años, realizó recientemente en el predio de la Sociedad Rural de Tandil una jornada de actualización técnica con un amplio temario a cargo de reconocidos especialistas que congregó a más de 150 productores de la zona.

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En ese marco, productores líderes como Pablo Calviño (El Tejar), Sean Cameron (Aacrea) y el asesor Guillermo Pailhé (Aapresid Tres Arroyos) coincidieron en que «no hay que plantear esta opción de invierno en forma individual, sino en combinación con la soja».

Por su ciclo, deja el lote entre 20 y 30 días antes que el trigo e incluso 8/10 días antes que la cebada. Eso permite programar sojas casi de primera en algunas zonas e intermedias en otras.

Así, «en los últimos años el doble cultivo colza-soja ha sido una de las alternativas más rentables», aseguró Calviño.

El rendimiento en kilos de esta oleaginosa promedia un 45% respecto del trigo, pero Cameron puso en consideración que, «si tradicionalmente la relación de precios era 2 a 1 favorable a la colza en relación al cereal, en el último año esa diferencia se ha ampliado a 2,5″. Es una de las razones por la cual la colza gana terreno.

También resulta una buena alternativa como antecesora del maíz, para combinar un doble cultivo anual de oleaginosa-gramínea», indicó Hugo Inza, asesor técnico de Sursem.

Aunque es un cultivo que exige recaudos de manejo, fundamentalmente en la implantación (a sólo dos centímetros, con suelos a menos de 10° de temperatura pero no encharcados, y no muy cargado de rastrojos), ofrece ventajas como aporte de nutrientes al suelo, especialmente carbono, y buena tolerancia a la sequía.

«En la zona de Tres Arroyos, en la última campaña hubo colzas que rindieron 55/60 por ciento respecto del trigo, porque con sólo 155 mm entre junio y noviembre los trigos se quedaron sin agua», ejemplificó Pailhé.

Fuente: La Nación