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Pocos días después de la visita de Michael Richard Pence, vicepresidente de Estados Unidos, dicho país posibilitó que la Argentina le exportara limones, si estaba dispuesta a importar cerdos, y fijó un arancel de entre 50% y 64% a las exportaciones argentinas de biodiésel. Todo lo cual generó sorpresa entre los amigos del gran país del Norte, furia entre sus adversarios y enorme preocupación entre todos los vinculados a la producción de cerdos y biodiésel. ¿Qué está pasando y qué deberían hacer el Gobierno y los empresarios argentinos?
Al respecto conversé con el inglés Thomas Mun (1571-1641), quien ocupó varios cargos importantes en la Compañía de las Indias Orientales. Según Lionel Robbins, «su panfleto titulado Discurso sobre el comercio desde Inglaterra hacia las Indias Orientales es de una importancia excepcional, en parte por su calidad intelectual, en parte porque fue calificado por Adam Smith como la Biblia del mercantilismo. Lo cual probablemente sea una exageración, aunque es cierto que la calidad de su argumentación es mejor que la de cualquiera de sus contemporáneos que escribían sobre la misma cuestión».
-Ayúdeme a entender, un día nos felicitan y al día siguiente tiran un torpedo que nos pega por debajo de la línea de flotación.
-Aprendamos a interpretar correctamente cómo funcionan los dirigentes políticos de los otros países, y también las autoridades de organismos como el FMI, el Banco Mundial, etcétera. Felicitar al gobierno argentino resulta «políticamente correcto», pero además es gratis. La cuestión aparece cuando se quiere transformar una opinión en una decisión. Pregúnteles a todos los que recomiendan aumentar las jubilaciones y las pensiones, cuánto estarían dispuestos a poner de sus bolsillos, para poder llevar a la práctica una causa tan encomiable.
-¿Está usted diciendo que son todos mentirosos?
-Estoy diciendo que hay que saber interpretar. Ningún funcionario del actual gobierno de su país debería embriagarse con las felicitaciones que recibe de sus colegas del resto del mundo, aunque no siempre es fácil tomar distancia.
-¿Cómo se explica el comportamiento de Estados Unidos, que por un lado nos llena de elogios y por el otro nos castiga en el plano comercial?
-Estados Unidos no es un país monolítico, particularmente en el caso de la presidencia de Donald Trump. Seguramente, el vicepresidente recibió instrucciones de su jefe, para venir hasta aquí para felicitar a los argentinos, al tiempo que alguna oficina del gobierno norteamericano dispuso elevar las barreras a la importación de biodiésel proveniente de la Argentina. No me extrañaría que Trump no lo supiera o que se haya enterado por los diarios.
-¿Qué deberíamos hacer los argentinos, a raíz de esto?
-Indignarse, porque razones no le faltan, pero no agotarse en la indignación. Como bien decía Alfred Marshall, hay que poner la cabeza fría al servicio del corazón caliente.
-Concretamente.
-Dividamos la respuesta en lo que tienen que hacer los funcionarios del gobierno argentino, por una parte, y los productores de biodiésel de su país por la otra. Los funcionarios naturalmente que protestarán, tanto frente al propio gobierno norteamericano como frente a la Organización Mundial del Comercio, pero en el plano de la acción no deberían ignorar las asimetrías de poder político y las alternativas económicas que rodean la negociación.
-¿Qué quiere decir?
-Recuerdo que vía restricción de las exportaciones, Juan Domingo Perón pretendió aumentar el precio del aceite de linaza que la Argentina le vendía a Estados Unidos. «Que traigan las casas aquí, para pintarlas», alardeó. Pero lo que logró fue alentar la producción de linaza destinada a producir aceite, en Carolina del Norte y Minnesota. Para ilustrar lo que no debe hacerse, el caso fue incluido en el famoso libro de texto sobre economía internacional escrito por Charles Poor Kindleberger. Es difícil imaginar el tipo de represalias que la Argentina le puede plantear a Estados Unidos, en el plano comercial.
-¿Qué otra cosa deberían hacerlos funcionarios?
-Revisar las regulaciones que impiden el mayor uso del biodiésel dentro de la Argentina.
-¿Y los empresarios del sector?
-El biodiésel es básicamente un producto exportable, por lo cual los productores de su país deberían salir a buscar otros mercados externos.
-Es fácil decir.
-No digo que es fácil, señalo las alternativas. No hay nada peor que un problema que aparece de manera inesperada, porque es cuando uno está menos preparado. Como saben las víctimas de un terremoto, un atentado o el cierre súbito de un mercado externo. En el plano de las alternativas es importante diferenciar corto y largo plazo.
-Explíquese.
-Una empresa es una actividad continua. Se puede frenar la producción, pero no lo que ya está producido; además de lo cual es fácil pasar de dinero efectivo a tractores, no lo es pasar de tractores a máquinas para producir helados. Por lo cual, en el corto plazo, el impacto es extremo. Si la medida no se revierte, con el tiempo los fabricantes de biodiésel tendrán que adoptar otro tipo de medidas.
-Don Thomas, muchas gracias.
por Juan Carlos de Pablo
Fuente: La Nación