dioxido de carbono

Tribu, el yate ecológico de Benetton

benetton-ecologico-yateEl yate ecológico de Benetton, una atracción en Puerto Madero, mide más de 50 metros.

El magnate italiano busca dar la vuelta al mundo en su lujosa embarcación, de 24 millones de euros
El yate, de nombre Tribú, se quedará diez días en Buenos Aires y luego partirá hacia la Patagonia.

Foto: Andrea Knight.

La fragata Libertad ya tiene compañía: el magnate de la moda italiana Luciano Benetton llegó a Buenos Aires a bordo de su imponente yate, que se transformó en la nueva atracción de Puerto Madero.

Amarrado desde anteayer a pocos metros del buque escuela de la Armada Argentina, el barco del empresario italiano mide 50 metros de eslora (largo) y 10 de alto (puntal) y costó 24 millones de euros.

Hace dos años, Benetton encargó la construcción de la embarcación, a la que bautizó Tribù, con el objetivo de dar la vuelta al mundo. Si alcanza a completar la travesía, su yate no quedará en el libro Guinness de los Récords por su velocidad, pero puede que sí lo haga por sus características ecológicas. El barco a motor no contamina porque posee un sistema que recoge todas sus aguas, que son tratadas en contenedores y almacenadas durante días. Luego se descargan en cisternas especiales en tierra o son limpiadas y devueltas al mar. Además, tiene un sistema que reduce al mínimo las emisiones de dióxido de carbono.

Por su respeto al medio ambiente, el Tribù fue el primero en su categoría en recibir la Green Star, un prestigioso certificado ecológico.

Pero no por «verde» el barco de Benetton deja de ser lujoso: tiene capacidad para ocho pasajeros con todas las comodidades y cuenta con un moderno sistema de comunicaciones satelitales, un microcine y un amplio deck de madera con reposeras.

Buena parte de la tripulación (13 italianos, entre los que se cuentan marineros, ingenieros y un chef) limpia a toda hora la cubierta y los inmensos ventanales polarizados.

Ayer el público que caminaba frente al dique de Puerto Madero se sorprendía por la cercanía del yate, ubicado a pocos metros de las mesas de los restaurantes.

«Es cierto que aquí hay poca privacidad, pero por el tamaño del barco era el único lugar donde podíamos parar», dijo a LA NACION uno de los tripulantes, que estimó que se quedarán unos diez días en Buenos Aires debido a algunos desperfectos técnicos.

El empresario textil, que construyó un imperio global sobre la base de coloridos diseños de ropa informal, zarpó de Italia hace dos meses y llegó a Buenos Aires luego de navegar por el mar Mediterráneo y el Caribe y de pasar por Río de Janeiro y Punta del Este.

Según pudo saber LA NACION, durante la travesía, Benetton mantiene una rutina tranquila y se dedica a trabajar y a disfrutar de los lugares donde atraca su nave.

Hasta ayer, al único visitante que recibió fue su amigo y empresario Marcos Gastaldi, con quien se lo vio caminando por Puerto Madero.

Por las mañanas, su esposa acostumbra madrugar y escuchar música clásica mientras disfruta del desayuno en la cubierta.

El sueño ecológico de Benetton continuará por las costas argentinas rumbo a la Patagonia, donde es propietario de unas 900.000 hectáreas, dedicadas principalmente a la producción ovina.

Allí, miembros de la comunidad mapuche mantienen hace años una disputa legal con la multinacional Benetton por la propiedad de unas 300 hectáreas, en Chubut.

Manuel J. Torino

Fuente: La Nación

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