Resultados de un ensayo realizado por alumnos de la Facultad de Ciencias Agropecuarias.
Con el objetivo de familiarizarse con el cultivo de colza, alumnos de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC) realizaron un ensayo comparativo de rendimientos en el que se evaluó un cultivar primaveral (Rivette) sembrado el 23 de mayo bajos dos densidades (290 y 145 semillas por metro cuadrado), con fertilización (20 kilos de nitrógeno y 7,5 kilos de azufre) y sin fertilización a la siembra, la cual se llevo a cabo el 23 de mayo.
Se partió con una lámina de agua útil de 204 milímetros y se aplicaron riegos periódicos hasta principios de floración totalizándose un aporte suplementario de 120 milímetros, de acuerdo con el trabajo realizado por los alumnos Facundo Ripoll, Hernán Sosa, Gabriel Valverdu y Luis Carraro, bajo la tutoría del docente Ricardo Héctor Maich y que contó con el apoyo de la empresa Marca Líquida SA (prestó las hectáreas para el ensayo) y la colaboración técnica de Matías Toledo.
Evolución
La siembra se realizó con cajón alfalfero, con una distancia entre surcos de 17,5 centímetros, y el material emergió 15 días después. Se utilizó un diseño experimental en bloques completamente aleatorizados con tres repeticiones y la superficie de cada parcela fue de una hectárea. Al estado fenológico de botón floral se refertilizó con 26 kilos de nitrógeno y cinco kilos de azufre por hectárea. El cultivo recibió tres tratamientos fitosanitarios para controlar la polilla de los coles (Plutella xylostella) con insecticidas fosforados y reguladores de crecimiento de las orugas.
El cultivo comenzó a florecer el 28 de agosto y alcanzó la madurez fisiológica en las silicuas del tercio inferior del tallo principal el 17 de octubre. El 30 de octubre la colza se hileró y el 5 de noviembre se efectuó la cosecha.
En la tabla 1 se presentan los valores medios por tratamiento correspondientes al rendimiento en semilla de colza. No se observaron diferencias estadísticamente significativas entre las medias de los distintos tratamientos. El rendimiento promedio alcanzó los 16,9 quintales por hectárea.
Respuestas
En las figuras a, b, c y d se presentan los resultados a campo en número de plantas logradas a cosecha (a), ramificaciones por planta (b), silicuas por ramificación (c) y semillas por silicuas (d). Del total de semillas sembradas, entre 55 y 60 por ciento alcanzó el estado de planta adulta. Con una densidad de siembra de 145 semillas por metro cuadrado, equivalente a cinco kilos de semilla por hectárea, se obtuvo un stand final de plantas acorde a lo sugerido por la bibliografía (80 plantas/metro cuadrado). El número de ramificaciones por planta, silicuas por ramificación y semillas por silicua fue mayor en la condición de baja densidad.
Al igual que el trigo, se puede aseverar que la colza posee la capacidad de compensar el menor número de plantas por unidad de superficie incrementando el número de ramificaciones, silicuas por cada una de éstas y número de semillas por silicua. Así logra equiparar los rendimientos alcanzables con densidades de siembra más altas.
A modo de síntesis, la colza compensa a través de sus componentes variaciones en la densidad de siembra, por lo que resulta innecesario excederse en este aspecto.
Respecto a la fertilización, y teniendo en cuenta que debe limitarse la dosis a la siembra ya que se realiza sobre la línea, toda vez que se pretenda suplementar la dosis aplicada durante la implantación del cultivo con otra que cubra las necesidades de nutrientes para el rendimiento objetivo, ésta deberá realizarse con anterioridad o posterioridad según el manejo que del agua se haga.
Fuente: La Voz