Es el principal polo mundial de la industria aceitera. Desde Timbúes, al norte de esta ciudad, hasta Villa Constitución en el sur, los 75 km de costa del río Paraná alojan una veintena de complejos industriales de las principales compañías de trading y procesamiento de granos.La región en torno a Rosario se ha convertido en el primer polo de la industria oleaginosa del mundo. Desde Timbúes, al norte de esta ciudad, hasta Villa Constitución en el sur, los 75 km de costa del río Paraná alojan una veintena de complejos industriales de las principales compañías de trading y procesamiento de granos, más plantas para logística de fertilizantes, incluso fábricas como la de Mosaic, malterías, como la que Cargill montó en Punta Alvear, y fábricas de biodiésel.
Esta actividad pivotea en gran medida sobre la producción de soja, que en la Argentina pasó de 4 millones de toneladas a principios de los 80, a 47 Mt en la última campaña.
La competencia por hacerse del grano llevó a estas compañías a ampliar sucesivamente su capacidad de almacenaje y procesamientoaños, en la región de Rosario, denominada también upriver en la jerga del comercio granario, la industria tiene capacidad para moler 128.000 toneladas diarias, sobre un total país estimado en 162.000, es decir casi el 80% está concentrado en unos pocos kilómetros de costa.
Para tener una idea de magnitud, esta industria es capaz de procesar en un solo día el equivalente a la cosecha de 45.000 hectáreas de soja, a un rinde de 2.900 kg/ha (promedio nacional).
Se trata, entonces, de una gigantesca aspiradora que hace converger el comercio granario hacia sus entrañas.
En paralelo, se fueron desarrollando otras agroindustrias. Por ejemplo, hace pocos años Cargill tomó la decisión de instalar una maltería en Punta Alvear de 140.000 toneladas año, 55% más grande de la que ya tenía en Bahía Blanca.
La instalación de esta planta abrió la oportunidad a los productores de la región de tener una alternativa al trigo, que tiene como ventaja que libera el lote antes, y entonces la soja de segunda gana en rendimiento. Una ecuación perfecta.
No por nada la última cosecha de cebada cervecera en la Argentina fue récord, con 1,4 millón de toneladas.
Por otro lado, Mosaic, la pata de esta compañía dedicada a los fertilizantes, armó la primera planta en el país para la producción de superfosfato simple, con capacidad para 240.000 toneladas anuales.
Un capítulo aparte lo merecen las plantas de biodiésel que se fueron instalando en la región, proveedora de la materia prima de esta industria: el aceite vegetal.
Hizo punta Vicentín, que ya tenía una planta en el norte de Santa Fe (en Avellaneda) y armó otra de escala global en sociedad con Glencore, que dicho sea de paso acaba de adquirir 200 hectáreas sobre el Paraná, a la altura de Timbúes, para montar su puerto y planta de molienda de soja. A Renova se le suma Ecofuel, el joint venture de AGD y Bunge (socios también en Terminal 6), y LDC Argentina (Dreyfus), Molinos Río de la Plata y Unitec Bio. Hasta la cooperativa ACA tiene su plan en puerta.
Por otra parte, Rosario le está apuntando a la economía del conocimiento como otra pata para sustentar el desarrollo.
Por un lado se trata de la ciudad donde asentó sus reales Aapresid, la organización de productores que le transformó la cara a la agricultura argentina con el desarrollo de la siembra directa.
Pero dando un paso más, los de Aapresid crearon Bioceres, una empresa para desarrollar biotecnología, y con Bioceres entraron en un convenio para participar de Indear, una iniciativa público-privada que se convertirá en el polo biotecnológico agrícola del país.
Clara García, secretaria de la Producción del municipio de Rosario, le decía a Infocampo, en ocasión de la presentación de LaExpo, que biotecnología y software son dos de las «industrias del conocimiento» por las cuales está apostando la ciudad.
Contaba García que uno de los planes del Gobierno es montar un parque tecnológico industrial sobre un predio de 200 hectáreas existentes en el sudeste de Rosario.
Se trata también de una empresa público-privada en la cual los actuales dueños de los lotes pasan a tener un condominio con el parque industrial.
Un polígono de 80 hectáreas ya está adjudicado y ahora se espera ampliar a las 120 restantes.
Por otra parte, remarcaba García que ya se están cumpliendo los diez años del Plan Estratégico de Rosario, cuyos objetivos se están logrando en un 80% y que ahora van por el plan estratégico «Más Diez», es decir los segundos diez años.
En lo que hace a la economía del conocimiento tampoco se puede dejar de señalar la decisión de la Universidad Austral de asentar su Maestría en Agronegocios en Rosario, cuyos cursantes provienen de las empresas más prestigiosas que operan en el país.
Sin embargo, desde la Bolsa de Comercio de Rosario no dejan de señalar algunas cuestiones pendientes que hacen a la competitividad de la región, como ser la infraestructura.
Tanto el plan circunvalar, que facilitará y ordenará el acceso de las materias primas agropecuarias como el tránsito privado, como la profundización de la hidrovía del Paraná son obras estratégicas para mantener a la región en el podio de los agronegocios.
Javier Preciado Patiño
Fuente: Infocampo