Los mercados de granos tienen a nivel internacional, en general, favorables perspectivas para la Argentina. Pero la persistente intervención gubernamental hace que hasta las oportunidades de mejoras más claras pasen de largo.
El mundo asiste a una escalada, lenta pero firme, en la contienda por el control del mercado de biocombustibles.
Mientras organismos de la ONU hablan de que no es sustentable si la obtención de los mismos continúa dependiendo de subsidios para financiar la producción agrícola y si las barreras comerciales hacen que se frenen las inversiones de los países en desarrollo, Estados Unidos insiste en impulsar su sociedad con Brasil llevándola aun hasta Asia, en bajar costos de elaboración del etanol y en manejar adecuadamente las tierras destinadas a ese fin. Ahora, Venezuela accedería a comprar etanol brasileño para mezclar con sus naftas.
Maíz y soja.
Todo esto se da en medio del vaivén de la siembra de soja y maíz norteamericana, que mantiene en vilo a Chicago. Pasan las semanas y si no se concreta la siembra récord del forrajero, la soja aflojaría su tono, en el corto plazo al menos. Estamos ante dos o tres semanas decisivas en cuanto al tiempo óptimo de siembra del maíz en buena parte del medio-oeste de EE.UU., afectado por bajas temperaturas y excesos de agua, si bien este factor luego puede transformarse en bajista por su aporte al desarrollo posterior de los cultivos.
El atraso en la implantación del maíz es considerable y los farmers (productores agropecuarios) trabajan a ritmo sostenido para intentar achicarlo, pero hay casi 30 millones de hectáreas por sembrar, cuya suerte todavía no está clara.
Girasol.
La firmeza en el precio de los aceites vegetales en nuestro medio se refleja en un girasol a 720 pesos por tonelada, contra 610 pesos en pleno verano, antes de una cosecha que no es lo que se esperaba.
En la actualidad, los aceites disfrutan de precios mayores a los de 1997/98 y superan los promedios de las últimas semanas, subiendo entre 5-10 por ciento en un mes. Los 800 dólares por tonelada se acercan; el piso en Rotterdam marca 710 dólares por tonelada (U$S/Tn) y el derivado de girasol trepó de 717 a 777 el mes pasado, al compás de alzas en el aceite de soja, colza y derivados de palma.
Si sumamos la menor cosecha de girasol en la Argentina y su impacto en la mundial, las reducciones que se vienen en el este europeo o los problemas de la palma en el sudeste asiático, entendemos por qué el Usda (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) brindó un dato muy firme en cuanto a la razón stock/consumo de girasol: 5 por ciento (6,1 por ciento en 2006). Si se redujera la oferta de soja, tendríamos un elemento más en esta coyuntura alcista del rubro oleaginoso.
Argentina no juega en la Primera A mundial y al registrarse el menor stock global en un decenio, con menos de 120 millones de toneladas, además de los trastornos esperados en la producción de Estados Unidos o Australia, por ejemplo, no alientan que se descongele el registro de exportaciones, probable válvula de escape para la actual situación.
Observamos, jugando en la Primera B regional Mercosur, cómo Brasil no arrancó del todo bien su siembra triguera. En el estado de Paraná, mientras la siembra de maíz de segunda o invernal (la «safrinha», que define la oferta brasileña del forrajero cada año) aumentó 31 por ciento esta temporada, a 1,37 millón de hectáreas, la de trigo no cumple las expectativas iniciales de crecimiento, que hablaban de 53 mil hectáreas más este año en relación a 2006. En realidad, aumentarían 27 mil hectáreas, a 904 mil en total, con lo que podría arrojar un resultado de 2,2 millones de toneladas.
Ambos cultivos compiten en ese estado, y viene faltando agua para el trigo. Técnicos brasileños aconsejan que de no llover lo suficiente en breve, se pase a algún cultivo de primavera-verano, directamente, por los riesgos para el trigo.
La persistente intervención gubernamental operada en nuestro país hace que hasta las oportunidades de mejoras más claras pasen de largo. Los productores, en tanto, afilan el lápiz y definen, en medio de dudas y nerviosismo, el perfil inicial de una nueva campaña.
Pablo Adreani
Analista del Mercado de Granos, titular de Agri-PAC Consultores www.agripac.com.ar
Fuente: Diario La Voz del Interior