Inversiones por US$ 1.300 millones y 5.000 empleos.
La energía eólica está avanzando en el país y se espera la reglamentación de la ley de energías renovables.
La Argentina tiene una envidiable capacidad de generación solar, eólica y de biomasa, pero hasta ahora el precio que tenía que pagar era tan alto, que las tecnologías limpias sólo constituían poco más que el 1% de la matriz energética nacional. Hoy, el gobierno de Mauricio Macri quiere dar vuelta todo esto, lanzando la primera licitación de energías renovables por 1.000 MW, con el objetivo de conseguir tarifas que sean más parecidas a lo que pagan los países vecinos.
Este era un momento muy esperado tanto por el propio Gobierno como por las empresas, ya que confían que el desarrollo de las renovables traerá gran volumen de inversiones, que a su vez generarán puestos de trabajo genuinos. “Tanto inversores nacionales como extranjeros tienen mucha expectativa por ver los pliegos”, indicó Marcelo Alvarez, presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER). Sólo para esta etapa de la licitación se estima que se obtener 1300 millones de dólares, mientras que se podría dar empleo a unas 5 mil personas.
Con el mercado brasileño planchado por la situación política y el de Chile entrando en una meseta, Argentina se presenta como una buena oportunidad, aunque todavía arrastra el estigma de haber salido recientemente del default. Pero, por otro lado, tiene el atractivo de tener una nueva ley de renovables, que se acaba de reglamentar.
Esta establece que para el último día de 2017, el país deberá generar de manera limpia el 8 por ciento de su electricidad, una cifra que se eleva al 20 por ciento en 2025. Por eso, será esencial el balance que se saque de esta primera etapa, ya que enseguida seguirían otros 10 mil MW en la fila, aunque no se determinó aún cuándo. Si el primer resultado es exitoso, se estima que se podrá conseguir precios a la baja en las próximas rondas.
Para la adjudicación de proyectos se tendrá en cuenta una fórmula con tres ingredientes: porcentaje de componentes nacionales de los proyectos, cantidad de inversión extranjera y el tiempo de ejecución. Durante el gobierno de Cristina Kirchner, Argentina logró en adjudicar proyectos renovables bajo un programa llamado Genren, pero estos no consiguieron financiamiento, y todos los planes se frustraron. El gobierno de Macri no quiere que se repita esa historia frustrada.
Según fuentes del Ministerio de Energía, el Estado garantizará un tramo de las inversiones a través de un acuerdo suscripto con el Banco Mundial, para tratar de atraer financiamiento de calidad, es decir, buenas tasas a largo plazo. Se espera que puedan bajar sustancialmente los precios respecto de lo que se pagaba en la administración anterior. Por la energía solar, por ejemplo, se pagaba hasta 240 el kw hora. La pretensión es llevarlo aun nivel debajo de los 100 dólares.
Lo que se conocerá hoy es un pliego provisorio para obtener un feedback del mercado. La versión final estará en junio. Y en agosto se harían las adjudicaciones. Los parques deberían estar funcionando en el último trimestre de 2017.
La licitación va a estar dividida en tipos distintos de generación: solar, eólica, biomasa y mini hidro (debajo de 50Kw). Esta será energía que abastecerá al sistema interconectado nacional y, por lo tanto, servirá para abastecer toda la demanda. La ley Guinle, que es la que se sancionó el año pasado, establece también que los grandes usuarios por arriba de los 300kw también deberán utilizar energía limpia, ya sea, generándola por sus propios medios o comprándosela a un privado.
El gobierno quiere enfatizar que este es un aporte que hará la Argentina para reducir su huella de carbono, y así contribuir al cumplimiento del acuerdo de cambio climático, suscripto en París en diciembre pasado para contener el aumento de la temperatura planetaria en “mucho menos de 2 grados”. Para eso, hace falta un cambio drástico en la tecnología de generación eléctrica a escala mundial.
Marina Aizen
Fuente: Diario Clarín