Parece ser que esta vez sí, los líderes mundiales quieren combatir el fenómeno conocido como cambio climático y por ello se están estableciendo las oportunas negociaciones en la Cumbre del Cambio Climático en París que se desarrollará hasta el 11 de diciembre con el objetivo de llegar a un acuerdo final. Este acuerdo entraría en vigor en 2020, y aspiraría a extenderse hasta 2050, substituyendo a la segunda fase del Protocolo de Kioto.
La finalidad del acuerdo es marcar el principio del fin de la era de los combustibles fósiles, enviando un mensaje contundente a los mercados de la apuesta política mundial por una economía baja en carbono. Todo este escenario debería significar que el mercado de energías renovables recibirá flujos constantes en nuevos proyectos hasta 2050, lo cual podría suponer una oportunidad de inversión en el sector.
De hecho, en términos globales, el mercado en el 2014 estuvo dominado por inversiones récord en energía solar y eólica, que representaron el 92% de la inversión global en energía renovable y combustibles. Una característica clave del resultado fue la rápida expansión de las energías renovables en los nuevos mercados en los países en desarrollo. La inversión en los países en desarrollo, a 131.300 millones de dólares, subió un 36% respecto al año anterior y llegó el más cercano nunca para revisar el total de las economías desarrolladas, a 138.900 millones de dólares, sólo el 3% en el año. Eólica, solar, biomasa y de residuos en energía, geotérmica, pequeñas centrales hidroeléctricas y la energía marina contribuyeron aproximadamente el 9,1% de la generación de electricidad mundial en 2014, en comparación con 8,5% en 2013.
La inversión en energía solar aumentó un 25% hasta 49.600 millones de dólares, la segunda cifra más alta hasta ahora, mientras que la inversión eólica aumentó en un 11% a un récord de 99.500 millones de dólares. En el 2014, unos 49GW de capacidad eólica y 46GW de energía solar fotovoltaica se añadieron en todo el mundo, ambas cifras son récords hasta ahora. Otras fuentes de energía renovables no tuvieron buenos resultados… Los biocombustibles cayeron en un 8%, la biomasa y la energía de residuos bajaron en un 10% y las pequeñas centrales hidroeléctricas se redujeron a un 17%. Sólo la energía geotérmica rompió la tendencia con un aumento del 23% .
La experiencia de España en materia de renovables
Si los gobiernos deciden a apostar firmemente por las energías renovables en el largo plazo para combatir el cambio climático, deberían aprender de la experiencia en España… Más que nada para no repetir los despropósitos en materia de subvenciones, que supuso un efecto llamada, formando una burbuja en las renovables.
Potencia instalada
En especial, el auge de la burbuja en energía solar fotovoltaica de España comenzó en 2007 tras el Real Decreto 661/2007 por los objetivos oficiales establecidos en el Plan de Energías Renovables de España (2005-2010). La reforma utilizó un sistema basado en primas, en concreto con 48,8 céntimos por KWh para fotovoltaicas con potencia inferior a 100 KW en los treinta primeros años. La rentabilidad que se concedía a los proyectos fotovoltaicos se encontraba entre el 5 y el 9 por ciento, lo que terminó desarrollando una burbuja y la potencia instalada en 2008 llegó a 2.708 MW, cinco veces superior al año anterior.
Rápidamente el gobierno reculó en esta política un año después con el Real Decreto 1578/2008, y se planificó una instalación de energía solar fotovoltaica más lenta, estableciendo cupos máximos de potencia instalada. Por último, en 2012 se aprobó el Real Decreto-Ley 1/2012 que finalizaba con todas las primas a las energías renovables que nos encontramos en la factura eléctrica hoy por hoy.
Por Marc Fortuño
Fuente: EURIBOR