La FAO informa que actualmente en Colombia alrededor de un 30 % de la población se encuentra en condiciones de pobreza (14 millones de personas).Foto: Agencia de Noticias UN.
El uso de grandes extensiones de tierra para cultivos destinados a la producción de biocombustibles (BC) en Colombia afecta la seguridad alimentaria (SA) y aumenta la población con necesidades básicas insatisfechas.
Así lo afirma Juan Esteban Martínez Jaramillo, magíster en Ingeniería de Sistemas, en su investigación “Los efectos de los biocombustibles en la seguridad alimentaria en Colombia: una aproximación con dinámica de sistemas”.
Actualmente en el país, y de acuerdo con la Unidad de Planeación Minero Energética, hay alrededor de 80 mil hectáreas (h) destinadas al cultivo de caña, del cual se obtiene alcohol carburante, que es el biocombustible de mayor producción con más de un millón de litros cúbicos (L3) diarios.
Según el investigador, la concentración de la tierra destinada a la producción de biocombustibles aumenta el precio de los alimentos en la medida en que, al destinarse una mayor cantidad de h, no habrá suficientes alimentos para sustentar la demanda, que se mantiene constante.
Al respecto, el experto afirma: “el análisis muestra que para el caso de cambio en el uso del suelo se encontró que hay una diferencia de 12,4 % en la tierra de uso agrícola en relación con el escenario sin biocombustibles, y los precios percibidos de los alimentos aumentan en el orden del 3,3 %”.
Adicionalmente, en la investigación el modelo muestra que se produce un aumento porcentual para el 2030 del 1,59 % en la proporción de población vulnerable con necesidades básicas insatisfechas. De esta manera, la introducción de BC en el sistema agroalimentario desmejora los indicadores de SA.
A propósito de la seguridad alimentaria y las necesidades básicas alimentarias, la FAO informa que actualmente en Colombia alrededor de un 30 % de la población se encuentra en condiciones de pobreza (14 millones de personas), lo que impide que puedan acceder al consumo de una canasta familiar básica; además, si el precio de los alimentos tiende a aumentar, en este caso por el uso de tierras productivas para otros fines, dicho porcentaje también se incrementará.
En relación con la metodología del estudio, el ingeniero Martínez Jaramillo explica que se hicieron simulaciones al considerar escenarios de BC (optimista y pesimista); así se pudo observar que al aumentar la producción de BC (escenario optimista) se degradaban los indicadores de SA; mientras que si se reducía la producción (escenario pesimista), se mejoraban los indicadores de SA.
Este comportamiento, continúa el magíster, responde a que al aumentarse la producción de BC se cambia el uso de la tierra dedicado a los alimentos, y al bajar la producción alimentaria se encarecen los precios de los alimentos, esto provoca un incremento de población vulnerable con necesidades básicas insatisfechas.
A partir de lo anterior, el investigador concluye que es necesario realizar investigaciones más amplias sobre el tema, en las que se puedan encontrar puntos de equilibrio en la producción de biocombustibles y que no se afecte el desarrollo económico e industrial sin sacrificar la mejora de la producción agrícola y, por ende, también se perjudiquen las necesidades básicas alimentarias. Agencia de Noticias UN.
Fuente: HSB Noticias