El presidente de CARBIO pidió al Estado que aumente el corte de los combustibles locales, como una forma de ubicar la sobreproducción que ya no podrá entrar a la UE.
Las restricciones que impuso la UE al biodiesel local lo dejaron en una situación complicada. Por eso, desde la entidad que nuclea a las industrias exportadoras, CARBIO, salieron a pedirle al Estado que aumente el corte del combustible que se consume en el país como forma de colocar esa producción y asegurar el desarrollo de esta incipiente-y pujante-industria.
Luis Zubizarreta, presidente de la entidad, se lamentó por la decisión de la UE de aplicarle derechos antidumping a esta producción, ya que «ese mercado (representa) el 90% de las exportaciones de biodiesel argentino. Por esta situación, las plantas están parando y corren riesgo las fuentes de trabajo de miles de argentinos». «Esto va en contra de las necesidades del país de desarrollar su agroindustria. Tenemos la oportunidad de agregar valor y generar más trabajo y mayores inversiones», recalcó.
Para paliar esta situación, el titular de CARBIO pidió aumentar el corte de los combustibles locales, actualmente en el 7%.
«El biodiesel argentino es más barato que el gas oil que estamos importando. Debemos seguir el ejemplo del otro país (afectado), Indonesia, que aumentó su corte local para no perder la industria». Zubizarreta pide elevar el corte al 10 y luego al 20%.
Sin embargo, Zubizarreta contó que se encuentran con una resistencia de parte de las empresas productoras de automóviles: «Las automotrices están reacios a cambios. No quieren correr el riesgo de tener problemas en los motores. Hicimos pruebas serias con corte del B10, al 10%, y prueba de 100 mil kilómetros en un motor Toyota con B20 sin problemas técnicos».
«Es cierto que es algo que tenemos que hacer gradualmente, pero estamos convencidos que hay un mito instalado acerca de que el aumento del biodiesel genera problemas en los motores y estamos convencidos que esto no es así», agregó.
«Entiendo que hay una preocupación con los motores de alta gama», admitió. Luego, indicó «en los transportes, maquinaria agrícola y motores pesados no hay problemas para ir al B20. Las usinas de electricidad más modernas no tienen problemas y convalidan la posibilidad de una mezcla en B20. El tema está en los autos chicos». «Hay que insistir. Se habla de las empresas y fuentes de trabajo, pero el efecto del cierre de las exportaciones a Europa genera un perjuicio para toda la cadena de soja», finalizó.(ondasdecampo) .SM.