Agroindustrias. En su segunda edición, el congreso organizado por el Inta presentó casos exitosos en diferentes regiones. El intendente de Oncativo, Osvaldo Vottero, participó de una mesa con otros jefes comunales en el congreso (La Voz). .
La sustentabilidad de los proyectos y su sobrevivencia en el plano de los negocios fueron dos de los ejes que se ubicaron en el centro del segundo Congreso de Agregado de Valor en Origen que el Inta y el Ministerio de Agricultura de la Nación organizaron en el complejo Tecnópolis.
Cómo hacer para que el productor no naufrague en su intento de transformar la materia prima y termine abandonando el barco a mitad del río no es una cuestión menor. Se mostraron datos oficiales acerca de que muchos proyectos fracasan por impericias a la hora de la comercialización.
Con temas transversales como el financiamiento, los modelos asociativos y la calidad de la producción, unas 1.200 personas asistieron a la presentación de experiencias consideradas exitosas. El ministro de Agricultura Norberto Yauhar declaró que el congreso sirve “para mostrar lo que se está haciendo y ver dónde poner la atención. Hay voluntad de acompañar”, dijo refiriéndose a los programas oficiales de financiamiento.
Admitió que se debe generar mejor sinergia entre los distintos ministerios para apoyar el agregado de valor en origen. Reconoció que existe un trabajo pendiente con los pequeños productores, “que se encuentran alejados de los recursos y respuestas del Estado”.
Harina de sorgo
Uno de los casos presentados, mencionado por el ministro, tiene sede en James Craik y es en base a harina de sorgo. La firma Amylum orienta su producción a la industria panificadora para celíacos y la del cartón corrugado. Surgieron de la necesidad de rotar cultivos y encontrarse con un trabajo a pérdida cuando suben los fletes y bajan las cotizaciones de los granos.
El sorgo es un cultivo apto para panes y pastas destinados a personas con intolerancia al gluten. También se obtiene un subproducto que actúa como aglutinante y resulta un excelente adhesivo para papeles y cartones. Eduardo De Francisco, socio gerente de la firma, relató que, según el producto, la renta con relación al grano sin procesar aumenta entre 20 y 50 por ciento. Luego de tres años de prueba, a mediados de septiembre pusieron en marcha la planta para moler el grano, con capacidad para 60 toneladas diarias.
De manera indirecta, Córdoba también estuvo presente con uno de los proyectos agroartesanales de la Feria del Sol, de Orán (Salta). Delicia “Kuky” Encalada, a partir de miel y flores obtiene productos para la piel y el consumo humano, basados en recetas ancestrales. Los envases son de fabricación cordobesa, por ser los únicos aceptados por el Senasa.
El lado flaco
Como se dijo, no todas son rosas. Oscar Solís, subsecretario de Valor Agregado en Origen, advirtió que el principal inconveniente es la corta vida promedio de los emprendimientos. Los puntos más débiles son la baja capacidad de gestión de los actores involucrados y la falta de un plan comercial para cumplir con la entrega de los productos terminados. También reconoció que los marcos regulatorios no son lo suficientemente dinámicos.
“El productor tiene un gran saber desde lo productivo, pero no entiende mucho lo otro. El 80 por ciento de los emprendimientos fracasan antes de los tres años. El proyecto productivo solo no sirve, debe ir acompañado de un plan de negocios que le dé sostenibilidad. Muchos se endeudan mal y terminan ahogando a la empresa. Esto se cambia con capacitación y compromiso”, dijo el funcionario a La Voz del Campo.
César Basañez, de la Confederación Cooperativa de Argentina (Cooperar) resaltó que en los últimos 15 años surgieron más de 900 cooperativas producto de políticas públicas que buscan acercar herramientas al productor. En un cálculo conservador, estimó que más del 50 por ciento se encuentra en situación irregular. “Muchas se arman con la sola expectativa futura de recibir financiamiento. No tienen plan de negocios. Hay una tasa de mortalidad importante”, admitió. Dificultades no resueltas de la producción primaria complican la cuestión asociativa. Los casos exitosos –remarcó– son los que arrancan estructurados en federaciones. “Tienen más posibilidades de insertarse. Las federaciones funcionan como incubadoras, con mucho acompañamiento del Estado”, dijo.
Experiencia cooperativa
En la Región Centro rescató el caso de la Unión Agrícola de Avellaneda (Santa Fe), que desarrolló un proyecto avícola con planta de faena y marca de distribución regional; incorporó a grupos de productores que se quedaban afuera de la comercialización de granos. Cooperativas lácteas y granarias de la zona núcleo pueden ir en el mismo sentido, dijo.
Victorino Giusti, director de Financiamiento de Agricultura, dijo que de una primera línea de 200 millones de pesos de créditos para transformación de la producción primaria ya se pagaron 45 millones por parte del ministerio. “Hay un centenar de proyectos. Algunos en etapa de desembolso, otros terminando el financiamiento y unos pocos ya produciendo beneficios. Ninguno está en default”, aseguró. En los primeros cinco años, la tasa está bonificada al nueve por ciento. Del quinto al décimo año se paga con tasa variable. Se puede financiar la totalidad del proyecto, pero sólo se bonifica hasta 2,5 millones de pesos.
Parte de los fondos vinieron para Córdoba, a plantas de extrusado de soja, biocombustibles, biogás, control de efluentes y estructuras de frío. Aunque algunas se encontraron con el cuello de botella de la comercialización, sin poder colocar su producción.
El abanico de proyectos en marcha es variado. El desafío del agregado de valor no sólo es transformar, sino tener bien claro qué hacer después con lo producido, para no terminar con el agua al cuello o con la suerte del Titanic.
Universidad
Producción y conocimiento
Construir unidades de agregado de valor en los campos de las universidades es una de las metas propuestas. La Universidad Nacional de Villa María asistió a los congresos de agregado de valor en origen, en busca de una mirada más integradora entre las carreras. Germán Cassetta, decano de Ciencias Básicas y Aplicadas, explicó que están trabajando con el Inta y dentro de tres semanas realizarán una jornada para definir el modelo y la temática de agregado de valor a construir. “A fin de octubre presentaremos el programa de agrovalor. La idea es que la Nación lo financie para 2014. Queremos a la universidad generando conocimiento cerca de la producción”, explicó.
Por Andrés Ferreras | Enviado especial a Buenos Aires nocimiento cerca de la producción”, explicó.
FUENTE: LA VOZ