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¿Qué pasará con los precios agrícolas?

biodiesel-precios-agricolasDesde el ataque a las Torres Gemelas, en la economía mundial hubieron dos importantes inyecciones de liquidez. La primera, inmediata a aquel episodio, a fin de evitar una recesión, y la segunda en agosto de 2007, ante una conmoción evidente en los mercados financieros, por el fin de la burbuja hipotecaria en los Estados Unidos.

Durante 2001-02, la paridad dólar-euro fue muy volátil (en torno de 0,85-0,95). Del 31/12/02 al 8/2/08, el euro pasó de 1,049 a 1,451 dólares (38,4%, o sea el dólar cayó 27,7%). Durante ese lapso, la economía mundial creció impulsada por una fuerte liquidez, que nunca se retiró del sistema, alentada por el financiamiento del déficit comercial y los conflictos bélicos de los Estados Unidos. Las reservas y títulos en dólares en poder de China, se multiplicaron por seis. La cuenta corriente externa de la región Asia Oriental fue positiva por 10,1% del producto en 2007. En EE.UU., el déficit representó 6% del PBI. Naturalmente, las commodities aumentaron. El barril WTI pasó de US$ 28 a 92.

Los mercados financieros fueron conmovidos en la segunda mitad de 2007. La crisis del mercado hipotecario (en EE.UU.) y de los préstamos subprime demostró la sobrevaluación de muchos activos. En julio de 2007, comenzó la corrección bajista y los incumplimientos de pago en las hipotecas de alto riesgo.

Por la inyección de liquidez, en apenas 50 días, el euro subió 9% en dólares. Pese a que la FED, el 18/09, el 31/10 y el 11/12 bajó las tasas, hubo un intento de dureza financiera (noviembre), que no corrigió la creciente demanda de «calidad». La última baja de 125 puntos básicos, hecha en dos veces (no acompañada por el Banco Central Europeo) reconoce que el riesgo recesivo es serio y debe ser corregido antes, para luego atacar la inflación.

Al producirse las recientes dos bajas en la tasa de referencia americana, hubo un impacto inicial bajista en la cotización del dólar, corregido del 4 al 8 de febrero (1,45 US$ ). Es inevitable, una vez atacado el riesgo recesivo, atenuar los excedentes de liquidez, que no se corresponden con una adecuada oferta de bienes. Si esta corrección se lleva a cabo con cautela y acuerdos entre los bancos centrales, el dólar no se derrumbará. En la segunda mitad de 2008, habrá contracciones de liquidez y bajas en los precios que más han aumentado.

Las consecuencias del shock de liquidez de agosto sobre las commodities son claras: tomando como base abril-junio de 2007 y considerando valores nominales, a enero de 2008, la energía subió 37,1%, los precios agrícolas 21,5%, los alimentos 36,1%, grasas y aceites 53,1%, granos 41,8%.

En el período junio-abril 2007 a enero 2008, la soja subió 60%; 61% el aceite y 67% la harina. También el aceite de palma creció 39%. Entre los cereales, el maíz subió 29,5%, el arroz 39% y el sorgo casi 40%.

En los EE.UU., la suba para el trigo blando, fue de 96% y para el duro fue de 80%. Solo aquí uno puede justificar subas dramáticas, dado el fracaso de la cosecha australiana y la fuerte reducción en las disponibilidades mundiales. El oro, refugio antiinflación, se revaluó «apenas» 33%.

Lo propio ocurre con las variaciones entre julio y noviembre de todos los precios del complejo aceitero-sojero, en los puertos del norte de Europa: crecieron todos (semillas, harinas y aceites) entre 18,5 y 54,1% (para el aceite de palma y la semilla de girasol, respectivamente).

Se usó como base la campaña 2002/03 del Hemisferio Norte y se comparó con la pasada (2006/07), indicativa de la previa al shock de liquidez de agosto. Nótese que entre ambos períodos no había justificativos para una suba real de las oleaginosas y sí se vería un fuerte impacto en forrajeros y en trigo.

Ahora bien, entre la campaña 2006/07 y la actual, es difícil justificar subas de precios como la de los últimos siete meses, aunque cayeran los stocks. De manera similar: ¿se explica una suba superior al 80% en el trigo, con una caída de 2,6 puntos porcentuales en la relación stock/consumo? Para el resto de los rubros, las modificaciones no son tan sustantivas. La liquidez es la causa de la «burbuja».

Ganadería y biocombustibles

¿Qué ocurre con las ganaderías en el mundo, demandantes de harinas proteicas y granos forrajeros? ¿Pueden pagar 29,5% más el maíz y 67% más la harina de soja? ¡Imposible! A nivel global, hay estancamiento, considerando los tres rubros principales (vacuna, porcina y aviar).

La producción conjunta, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) caerá 0,3% entre 2007 y 2008, mientras que el consumo lo hará en 0,5%. Para las tres carnes, en 2003-08, el consumo creció 7,1%, apenas superior al 6,1% de crecimiento vegetativo. Notoriamente, y según el Banco Mundial, entre abril-junio 2007 y hoy, el precio de la carne vacuna (en EE.UU.) creció 3,4%.

Mucho se habló del impacto de los biocombustibles. Veamos la situación real, de dos casos emblemáticos: etanol de maíz en EE.UU. y biodiésel de aceite de colza en Europa. Entre la campaña 2001/02 y lo esperado para 2007/08, el uso industrial del maíz en los EE.UU. pasó de 52 a 115, 7 millones de toneladas, buena parte atribuible al etanol. El aumento de 63,7 millones de toneladas no impidió que el uso forrajero creciera 2 millones de toneladas y que aún se exportaran 13,8 millones adicionales como grano tal cual. Pese a una caída en los stocks de 11,7 millones, la producción creció 90,6 millones. Vale decir que EE.UU. produjo maíz adicional por encima del requerido para el programa de etanol. No fue alcista.

Entre 2002/03 y 2007/08, el uso industrial de los aceites vegetales creció, en el mundo, 11,4 millones de toneladas (96%), de las cuales 3,8 millones corresponden al empleo de colza para biocombustibles en la Unión Europea. La producción mundial de aceites creció 20,5 millones y la importación europea sólo 2,5 millones de toneladas, (20% de la suba de las importaciones mundiales). La UE, pasó de representar el 15,2% de las compras, en 2004, a sólo el 16,5% en 2008. Es más, en esos cuatro años, el consumo alimentario de aceite de colza, en Europa, creció 400.000 toneladas (15,3%). Como se ve, hasta hoy, no hay un impacto «decisivo» en los mercados físicos.

Por Jorge Ingaramo

El autor es economista.

Los granos tendrán un contexto difícil en 2009

La abrupta baja de la tasa de referencia de la FED ha «roto el modelo, generando imprevisión», dijo el economista Jorge Ingaramo en un trabajo preparado para LA NACION.

Señala el especialista que no será sencillo enviar al mercado señales legibles, a partir de ahora; para colmo, la respuesta en la paridad dólar-euro también fue inesperada, evidenciando un punto de resistencia a la caída del dólar que, de continuar, no le sirve a nadie, salvo para crear inflación. En 2008, la FED tendrá que atraer los recursos que fueron a los países emergentes (o están yendo). Esto es: rindes en dólares más altos.

Agrega que el Banco Mundial, en enero, produjo una estimación (previa a las dos bajas de tasas), para los años 2008/10. Interesan sus estimaciones en términos reales: las subas o bajas esperadas, para 2008 y 2009, con respecto a 2007, son: petróleo 17 y 8%, con valores en US$ (reales de 2007), de 75 y 69 el barril; precios agrícolas: 2,1 y -1,5%; alimentos: 6,0 y 0,8%; grasas y aceites: 12,6 y 10,6%; granos: 8,9 y 2,5%; materias primas agrícolas: 1,5 y -0,3%; fertilizantes: 14,1 y 11,1% y metales y minerales: -5,8 y -16,6%. Preveía una pérdida adicional del valor del dólar en 2008 y el comienzo de la recuperación en 2009.

Ingaramo dice que aunque es difícil postular el mantenimiento de estas estimaciones, una vez «roto el modelo», uno podría sostener que si el dólar comienza su recuperación en el segundo semestre de 2008, estas tendencias podrían ser realidades. En ese caso, sólo el complejo oleaginoso tendría subas en 2009. Los cereales alcanzarían un nivel tope. Ambos serían perjudicados por la persistente suba en los precios del petróleo y de los fertilizantes.

Es difícil saber -dice el especialista-, en cada mercado, cuándo se alcanza el precio que marca la imposibilidad de pago, e induce una cotización menor (puede esperarse que no haya tope al precio del aceite de girasol pagado por los restaurantes europeos, ya que incide poco en sus costos, pero sí existen topes para los casos analizados de las ganaderías y de los biocombustibles).

Reacción política

Dice Ingaramo que el «reflejo» inflacionario de las subas de los últimos siete meses en las commodities, producirá sin duda una reacción de política económica, máxime considerando la debilidad de Bush y el marco electoral. Es poco deseable, encarar la elección con una expectativa. Si el mercado ha reconocido la inconveniencia de una caída adicional del dólar y los bancos centrales actúan coordinadamente, la restricción de liquidez debería ser operativa a mediados de 2008, para que sus efectos sean visibles en octubre.

«Por eso, postulamos que los precios reales (que, para un dólar estable, no serán demasiado distintos de los nominales en su tendencia) darán expectativas bajistas antes de la cosecha gruesa argentina», agregó.

Si la FED sigue actuando «preventivamente», en 2009 el complejo granos, forrajes y aceites atravesaría por un momento similar al de los minerales y metales a mediados de 2007. De modo que estaríamos viviendo el momento previo a la máxima capacidad de pago «real» de la demanda de nuestras commodities.

El combate de la inflación o la contención de la liquidez pueden conducir, en 2009, a bajas nominales, incluso pronunciadas, si el mercado las anticipara como en el caso del petróleo (en 2006) o los minerales (mediados de 2007).

Fuente: La Nación

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