Si bien este cambio en el mercado abarata los costos de las pequeñas y medianas empresas que elaboran el biocombustible, revela el bajo nivel de actividad que presenta la industria como consecuencia de la pérdida de los mercados de exportación. En el sector proponen incrementar el corte obligatorio en la plaza local para paliar la situación.
El consumo de Biodiesel en el mundo está en baja. La Unión Europea, que fue desde un primer momento el bloque que impulsó la utilización de esta energía limpia y renovable como punto de partida para la transformación de la matriz energética a nivel mundial, dejó de comprar a las plantas locales por considerar que la industria argentina compite deslealmente, aplicando subsidios e incentivos fiscales.
Alfredo Langesfeld, presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables (Cader) explica que “la caída del precio del aceite de soja se debe a que se redujo la demanda entre un 60 y 70 por ciento”, luego de que España y la Eurozona impidiera el ingreso del producto nacional. Anteriormente, el 90 por ciento de los envíos al exterior tenía este destino.
El empresario reconoce que la rebaja de los costos beneficia al sector Pyme, pero aclara que “siempre y cuando el Gobierno no baje los precios base mensuales del biodiesel” para el mercado interno. En base a experiencias anteriores es de esperar que la Secretaría de Energía aproveche esta variable de ajuste para aliviar la caja de YPF cuando determine los nuevos valores de la segunda quincena de junio.
En cuanto a las firmas integradas, en cambio, advierte que “las afecta muchísimo”. El aceite de soja en los mercados internacionales también cayó drásticamente, aproximadamente 150 dólares, por el exceso de oferta. De hecho, las compañías más importantes de nuestro país están operando apenas al 35 por ciento de su capacidad, lo que pone en riesgo los puestos de trabajo.
En este contexto, Langesfeld considera que “sería importante que se aumentara el corte obligatorio del biodiesel para los automotores a un 10 por ciento – hoy se ubica en el 8 – y en la maquinaria agrícola al 20/30”, tal como estaba previsto años anteriores.
Desde el punto de vista de la macroeconomía, el empresario destaca que “incrementar la mezcla evitaría el drenaje de divisas que se genera a partir de la importación de gasoil”. Para ello habría que desgravar el biocombustible y nivelarlo con el diésel que se compra en el exterior, que no paga el 41 por ciento de impuestos internos. Actualmente, el dirigente indica que “hay capacidad instalada de 4,2 Millones de toneladas por año que podría aumentarse”, a condición de que “exista un fuerte apoyo oficial y más demanda del exterior”.
Gastón Fenés
Fuente: Surtidores