A través de Industria y Agricultura reclamó números a cerealeras para subir la alícuota. Los ingresos extra podrían llegar a u$s 113 millones con las condiciones actuales. Paula lópez y pablo fernández blanco Buenos Aires.
El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, tiene entre ceja y ceja aplicar un aumento las retenciones a las exportaciones que tributa el biodiesel, un derivado de la industrialización de la soja que creció exponencialmente en los últimos años de la mano del buen momento internacional de los commodities agropecuarios y del tratamiento preferencial a la hora de tributar derechos de exportación respecto de la soja y algunos de sus derivados.
Es que los biocombustibles tributan hoy 20% en concepto de retenciones a las exportaciones, contra el 32% que pagan los subproductores de la soja (aceite, harinas y pellets) y 35% que grava al poroto sin procesar.
Según pudo establecer El Cronista de distintas fuentes de mercado y oficiales, el funcionario puso su atención en esta porción de la industria y en establecer el verdadero valor agregado que genera.
Para eso, en los últimos días, Moreno reclamó a las empresas del sector aceiteras y petroleras que comenzaron a ingresaron al negocio del biodiesel en 2007 y lo profundizaron el año pasado, cuando se complicaba la exportación de aceite de soja a China información relacionada con la estructura de costos de la actividad. En la misma línea se movieron los ministerios de Agricultura y Planificación: solicitaron detalles a las cámaras y empresas de biocombustibles.
Carbio, la cámara que reúne a las principales empresas del sector, hizo el martes la última entrega de información solicitada por el Gobierno. Aprovecharon el pedido para enviar, además, su punto de vista sobre la industria.
Si bien lo que les pidió Moreno está en línea con la catarata de detalles que les exigió a petroleras de primera línea antes de la Navidad, desde las firmas de biocombustibles temen que el poderoso secretario avance en quitarle la franja que ganó el sector en el mercado externo del biodiesel. Es que, comentan en el sector, Moreno parece convencido de que el agregado de valor que se hace al producir biocombustibles no es mayor al que se genera con los aceites comestibles. Por eso, su intención apuntaría a equiparar el nivel de retenciones de ambos productos como derivados de soja. Es más, algunos operadores creen incluso que el secretario podría ir por más e igualar en 35% las retenciones a todo el complejo sojero y derivados, bajo el argumento de que el crushing para generar los distintos subproductos es un paso simple. Llevando las retenciones a ese máximo, lograría mejorar la ecuación de ingreso de dólares del complejo sojero que puede ser el año próximo de entre u$s 1.500 y u$s 4.000 millones menor al 2011, no ya por precio internacional deprimido (en los últimos diez días la soja repuntó 10% y está cerca de u$s 450 la tonelada) sino por un eventual fuerte recorte de la producción por efecto de la sequía.
Argentina exportó biodiesel este año por 1,5 millón de toneladas. A la cotización actual de ese producto, en torno a u$s 500 la tonelada, el biocombustible deja u$s 150 millones en concepto de retenciones. Si la alícuota fuera de 32%, a igual cotización y volumen de exportación, la recaudación por derechos de exportación se ubicaría en u$s 240 millones, y sería de u$s 263 millones con una tasa del 35%.
Desde Planificación dijeron desconocer si Moreno apunta a elevar retenciones al biocombustible, pero no descartaron esa alternativa.
Funcionarios cercanos al titular de esa cartera, Julio de Vido, no ocultaron sin embargo su molestia: Si Moreno le pone más retenciones al biodiesel lo único que va a lograr es que se reduzca su producción y aumente la de aceite. En 2006 no producíamos nada y hoy somos el primer exportador, lamentaron.EL CRONISTA.