Las Pyme que elaboran harinas proteicas en la provincia acusan una fuerte caída en la producción. Hay excedentes en el mercado interno y dificultades para exportar. Por Alejandro Rollán.
Agroindustria. Instalaciones de una extrusora de soja (Darío Galiano/Archivo).
La sobreoferta de harinas proteicas que exhibe el mercado interno, y la imposibilidad de colocar envíos en el exterior, es el principal problema que hoy afrontan las 70 pequeñas plantas de extrusado de soja que operan en Córdoba. De acuerdo con el último relevamiento efectuado por la Cámara de Biocombustibles Córdoba (Cabiocor), sobre un total de 24 plantas adheridas, el nivel de actividad sólo llega al 60 por ciento.
La elaboración de expellers como alimentos balanceados a partir de la molienda de soja fue una actividad que adquirió dinamismo en los últimos años, con el objetivo de darle valor agregado a la producción agrícola. No obstante, el crecimiento en el número de plantas ha generado una saturación en la oferta del producto que sirve como alimento para vacunos, cerdos y pollos.
En abril de 2007, Cabiocor presentó un plan quinquenal que preveía para el año 2012 la radicación en la provincia de 50 plantas de prensado de soja por fricción. Sin embargo, antes de que se cumpla el plazo, en la provincia ya hay en funcionamiento más de 70 industrias. Se calcula que a nivel país hay más de 450 Pyme de molienda de soja que industrializan alrededor de seis millones de toneladas ?de soja. Por cada tonelada de la oleaginosa procesada se obtienen por la extracción por fricción (sin el uso de solventes) 830 kilos de harina proteica. Del proceso industrial también se obtiene aceite de soja (120 litros por cada tonelada procesada); un producto que, a diferencia de la harina, tiene demanda doméstica para la elaboración de biocombustible.
En Córdoba, el tamaño de estas mini plantas de molienda oscila entre 30 y 120 toneladas diarias, generan entre 10 y 12 empleos en forma directa, y una cantidad similar de trabajadores en relación indirecta. Se estima que las extrusoras ubicadas en la provincia muelen 1.440 toneladas diarias de soja, con una producción de 1.224 toneladas de expellers.
Diligencias. “Estamos en conversaciones con la Nación y la Provincia para ver qué salida le podemos encontrar a esta situación”, sostiene Walter Moretta, presidente de Cabiocor. La creación de una figura exportadora para las Pyme del sector, que les permita cumplir con las exigencias de comercialización, sería una opción para descomprimir la oferta interna. La habilitación para conformar asociaciones o pequeñas cooperativas de comercialización podría ser una alternativa. Chile fue un destino que, en su momento, absorbió envíos desde Córdoba. Sin embargo, la reducción en la demanda trasandina y el costo del flete terrestre afectaron las ventas.
La sobreoferta de producción aparece en un momento en el cual el sector trabaja en lograr uniformidad en la calidad de la producción, un parámetro que en los inicios de la industria afectó la comercialización. Un protocolo de calidad desarrollado por la Secretaría de Agricultura de la Provincia y Cabiocor es el marco a través del cual se producen las Harinas Proteicas Córdoba. Actualmente, las plantas adheridas a la cámara se encuentran produciendo bajo estos estándares, que cuentan con la certificación de una red de laboratorios habilitados.
Otras amenazas
Tarifa eléctrica. La eliminación de los subsidios a la energía eléctrica emerge como otra amenaza para la actividad.
El costo de la electricidad y el laboral son los gastos más importantes que tienen las plantas de molienda.
Números en rojo. La caída en el valor del aceite (el único producto con demanda) y la sobreoferta de expellers ubica a muchas Pyme del sector en una difícil situación financiera y económica, advierten los productores.LA VOZ.