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La imaginación y los granos al poder

maizBajo la premisa de que cuanto más exigente la pregunta, más creativa la respuesta T. Pearse Lyons, presidente de Alltech, habló de los desafíos que presenta hoy el mundo de cara al futuro y qué herramientas se disponen para combatirlos.

El hambre y  las energías renovables, genes y antibióticos; las soluciones de la ciencia en boca de un idealista.

En el actual mundo de los negocios, donde las ideas son números y las ideologías, marketing, los idealistas son verdaderos oasis. Por eso, escuchar a Thomas Pearse Lyons, presidente de Alltech, es ante todo una sorpresa porque en sus palabras los nichos de mercado por explorar son los problemas y las necesidades globales y porque las estrategias son también ilusiones. 

MAS NECESIDADES QUE GRANOS

Aunque no es difícil reconocer las preguntas que más preocupan hoy a toda la humanidad, la incomodidad que podrían provocar no amedrentan a quien dirige una de las principales industrias responsables de alimentar a 6.400 millones de personas en todo el mundo. Así, Lyons, desde una empresa que genera 130.000 millones de dólares, dice: “A medida que miramos hacia delante, ¿adónde queremos ir? Tenemos recursos naturales que están disminuyendo. Tenemos precios de la energía que están escalando. Tenemos una población que está aumentando progresivamente”.

Nadie desconoce el potencial de China, pero tampoco los desafíos que acarrea el despertar de este gigante: una población de 1.300 millones que pronto crecerá hasta los 1.500, los que según Lyons requerirán 600 millones de toneladas de alimentos animales. “Es la misma cantidad que actualmente producimos a nivel mundial, y eso será solamente para China”, admitió. Por eso la pregunta que le surgió al empresario fue de dónde provendrán los granos. “Aún si Brasil, Ucrania, Argentina y los Estados Unidos duplican o triplican su producción seguiremos teniendo escasez de granos. Nosotros sencillamente no tenemos ni tendremos esos granos”, explicó.

A su vez, como si el problema no fuera lo suficientemente complejo, entra en juego la crisis energética del petróleo cuya réplica apunta en la misma dirección que el hambre: los granos. En relación al biodiesel, Lyons señaló que “si en Estados Unidos se sigue el programa de los biocombustibles hasta la conclusión lógica, aproximadamente el sesenta por ciento de los granos en Estados Unidos serán devorados por el combustible”. Lyons advierte que se apañan los problemas ambientales, se reduce la dependencia de ciertos países con otros por el petróleo y se escuchan cada vez más seguido frases como `agricultura con valor agregado`, por lo que “el etanol es ahora la niña bonita de Wall Street, aún cuando probablemente sea el flagelo de la industria del alimento animal”.

MUCHO ALIMENTO A LOS MOTORES

Ya desde su creación, en 1980, Alltech tuvo la mira en el etanol, sus posibilidades y consecuencias, y el libro “Un paso hacia la independencia energética” que publicó ese mismo año ante una crisis de bajos precios del petróleo – diez dólares por barril – señalaba que si bien Estados Unidos era capaz de producir 1.800 millones de galones en 1985, más los mil millones que era capaz Brasil, también señalaban que “una conversión simplista de cereales (particularmente del maíz) a etanol y granos de destilería no era la vía hacia el progreso. Los granos necesitaban un valor agregado”.

Ante una nueva crisis del petróleo muchos especialistas desempolvaron el libro de soluciones y eso condujo a que Estados Unidos se proponga como meta hacia el año 2010 que sea sustituido por etanol el diez por ciento de la gasolina del país. “Para ello se consumiría el 52 por ciento de la cosecha actual de granos”, señala Lyons y luego se pregunta “¿Acaso las reservas de granos del mundo continuarán cayendo del nivel actual de 270 millones de toneladas, el más bajo en 25 años? ¿Corremos peligro de que se nos agoten la materias primas como el maíz, la cebada, el trigo o el azúcar? ¿Será necesario que busquemos materias primas alternativas?”

Al mismo tiempo, y en un análisis que alteraría al mismísimo Malthus, Lyons afirma que “la producción de alimento para animales no ha ido a la par con el crecimiento poblacional. La producción global de alimentos fue de 82 kilos por persona en 1980 y aumentó a 96 kilos en el 2004, pero el tope fue de 105 kilos por persona en 1995”.

LA FIBRA DE LA RESPUESTA

Y en tal escenario, según Lyons, lo que motivó a buscar soluciones fue la frase de Albert Einstein: “La imaginación es más poderosa que el conocimiento”. Así, algunas de las respuestas a esta compleja encrucijada pasan hoy por el uso de la celulosa y sus derivados. “Estados Unidos produce 1.400 millones de toneladas de fibra anualmente.

Tomemos 900 millones de toneladas de eso, y adivinen: el 63 por ciento de nuestra disponibilidad de gasolina está ahora con nosotros y no importaremos un solo barril de petróleo, y habrá unas 500 toneladas de fibra adicionales para usar en nuestros alimento”, sugiere Lyons.

Luego, Lyons se entusiasma con pensar en que “si logramos aprender a descomponer la celulosa en energía (glucosa y xilosa a etanol) también podemos aprender a aprovechar la celulosa para el alimento. La meta es gigantesca. Significará un mundo sin importaciones petroleras, un mundo donde no haya escasez de alimento, un mundo en el cual los no rumiantes podrán alimentarse como rumiantes. ¿Cuán lejos estamos? Posiblemente unos veinte o treinta años”. Lo más positivo es que su idealismo no se estanca en la mera utopía –irrealizable por definición –, lo suyo es ambición y es proyecto.

Aunque la imaginación es el camino, no se trata de romper cono todo lo que se ha hecho antes y el pasado puede ser un gran disparador de ideas. Cuatro mil años atrás los chinos sufrían la mala digestibilidad de las materias primas y la limitada cantidad de proteínas, algo similar a lo que ocurre hoy en día. Ante eso, imaginación y recursos mediante, la respuesta llegó con lo que aquellos chinos denominaron koji, un sistema de fermentación en estado sólido, en el cual un microorganismo realiza por nosotros el trabajo de la digestión.

Lyons explica que “se identificaron una serie de enzimas beneficiosas para mejorar la energía, la digestibilidad de la proteína y el ácido fítico en el pienso para animales. Este complejo de enzimas naturales es sumamente efectivo para liberar energía y reducir la viscosidad intestinal, siendo ambas consideraciones importantes cuando se utiliza un subproducto como el afrecho de trigo en la dieta de animales. Por lo tanto, produce más fitasa y menos enzimas de polisacaridos no-almidón que los granos de destilería”.

Los investigadores han logrado promover un hongo que crece rápidamente y secreta enzimas para romper la fibra que liberará los nutrientes que necesita para su crecimiento. “Es ésta liberación de nutrientes y la conversión de celulosa en glucosa la que ofrece una oportunidad”, advierte Lyons.

NUTRIR A LOS GENES

Entre tanto progreso y ambición, hay quienes logran divisar señales de alarma. En 1964, el microbiólogo E.S. Anderson afirmó que “estoy viendo en mi clínica gérmenes que son resistentes a los antibióticos” con lo que instó a abandonar el uso de los antibióticos en alimentos animales. En el 2005 se propuso que para el 2006 los antibióticos no fueran más usados en alimentos animales en la Unión Europea.

Surgen los interrogantes, pero al mismo tiempo surgen las búsquedas. Entonces, para Lyons, la pregunta es: “¿Por qué nos tomó tanto tiempo, cuando los glicómicos – la ciencia de los carbohidratos – nos ha dado una alternativa? Nosotros podemos manipular los carbohidratos de modo que los microorganismos se adhieren al carbohidrato, y así nosotros eliminar el patógeno del tracto grastrointestinal sin tener que recurrir a los antibióticos”. La respuesta no es una cuestión menor si se tiene en cuenta que se considera que el treinta por ciento de los granos están contaminados por micotoxinas.

Luego, un nuevo concepto que alguna vez también fue sólo una ilusión es el de la nutrigenómica, es decir, la nutrición de los genes. Lyons habló de la experiencia de incorporar el selenio orgánico en lugar del selenito de sodio: “Obtenemos un salto por quintuplicado en los genes relacionados con el metabolismo de los carbohidrato. Hemos encontrado que el metabolismo de las grasas ha aumentado 16 veces”. Según explicó, esto permitirá “más cerdos por cerda, una disminución en los recuentos de células somáticas en lechería y una mejora en el rendimiento”.

Un entusiasta y un soñador, Lyons es un visionario que afirma que “eso revolucionará la forma de cómo miramos la salud humana y la salud animal”.

Gentileza de Infortambo para http://www.biodiesel.com.ar/

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