El avión usó un combustible con el 25% de camelina y ahorró 1.500 kilos de CO2 entre Madrid y Barcelona.LARA OTERO/Madrid.
Iberia y Repsol realizaron ayer el primer vuelo con biocombustible en España, con un 25% del carburante obtenido de la camelina, una planta oleaginosa no comestible, cultivada en EE UU y procesada en México. El viaje entre Madrid y Barcelona con esta mezcla (se consumieron unos 2.600 kilos) emitió 1.500 kilos de CO2 menos a la atmósfera, un pequeño ahorro que se multiplicará cuando se pueda comercializar el biocombustible, aún muy difícil de conseguir. Tanto que no hubo manera de saber su precio. Carísimo, según Fernando Temprano, director de investigación de Repsol, ya que no existe en el mercado.
La camelina, explica, tiene muchas ventajas para ser elegida como fuente de biocombustible de aviación ya que no se congela tan fácilmente como otras; se puede cultivar en casi cualquier clima e incluso puede plantarse como alternativa al barbecho en las tierras cerealísticas. Se trata pues de un cultivo que en principio no competiría con otros destinados a la alimentación humana. El combustible ha sido suministrado a Repsol por la compañía mexicana ASA que ha realizado la mezcla con bioqueroseno parafínico sintetizado producido por la estadounidense Honeywell-UOP.
Pero según algunos expertos serán las microalgas las que den mejores resultados para la fabricación de combustibles alternativos a los fósiles, como el queroseno que usa normalmente la aviación. Pero para lograr el objetivo de la industria de que en 2015 el biocombustible suponga el 1% del consumo total y el 15% en 2020, para lo que se necesitarán otras fuentes vegetales, explica el director de Asuntos Corporativos de Iberia, Manuel López Colmenarejo. El uso de estos biocarburantes no requiere ninguna modificación en los motores ni en la operación. El viajero no nota nada distinto, como tampoco el piloto, según afirmó Joaquín Torregrosa, comandante de este primer vuelo, en el que solo viajaron invitados y periodistas.
El vuelo piloto llega cuando arrecia en Europa la guerra por la entrada en vigor el próximo 1 de enero del esquema de limitación de emisiones de CO2 para todas las aerolíneas que vuelan en la UE, también las de terceros países.
Las compañías reciben gratis los derechos de emisión equivalentes al 85% del total de su producción y el resto deben comprarlos (a Iberia le costará el próximo año unos 20 millones de euros, según López Colmenarejo). Esta legislación ha abierto un agrio conflicto con EE UU, que ha demandado a la Unión Europea. Este próximo jueves el abogado general de la UE debe exponer su criterio sobre el asunto (aun no vinculante) que dará una orientación sobre el futuro del caso en el Tribunal Europeo de Luxemburgo.
FUENTE: EL PAIS/ESPAÑA