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BIODIESEL, UN DESAFIO ASUMIDO POR COOPERATIVAS

El Chaco puede elaborar su propio combustible. 

El desabastecimiento de combustible -un tema de alto voltaje político en el país- es, en los últimos meses, una noticia que, casi a diario, se repite en nuestras páginas y de todos los medios de comunicación, provinciales y nacionales, que resaltan, además, que el mayor impacto se verifica en las provincias del Nordeste, las únicas sin alternativas del gas en redes.

También hace mucho tiempo que se alzan voces de advertencia sobre la progresiva e irreversible gravedad de la crisis del petróleo en el mundo como consecuencia de diversos factores: por un lado, al tiempo que el crudo se consume a un ritmo mucho más rápido que el descubrimiento de nuevas reservas, las existentes han disminuido al punto de que muchos especialistas afirman que se está alcanzando un tope luego del cual empezará un declive definitivo. Por otra parte, la oferta de petróleo ya no parece capaz de atender la demanda mundial de combustibles, mientras que países emergentes, como China, se convirtieron en un lapso de pocos años en uno de los principales demandantes para abastecer a su creciente industria y a la demanda hogareña en virtud de la mejor calidad de vida de sus ciudadanos.

Situaciones similares se repiten en otras regiones del mundo que abruptamente han irrumpido en el escenario de la macroeconomía mundial.

La postal cotidiana

Es una postal cotidiana ver largas colas de vehículos frente a las estaciones de servicios en procura de un mezquino cupo de nafta o gasoil. El fastidio que esto produce, que no es poco, es irrelevante frente a los costos económicos y de todo tipo que las horas de espera recorriendo inútilmente una y otra boca de expendio acarrean a miles de usuarios que por distintas razones -especialmente laborales, comerciales o empresarias- deben trasladarse de un lugar a otro en procura de un insumo que se presume básico, pero que está tornándose un artículo de lujo.

Y si hablamos del perjuicio que sufren los productores agrícolas, que necesitan miles de litros y solo obtienen un tambor de 200 unidades luego de irritantes e interminables procesiones, es fácil deducir los costos en desarrollo y crecimiento que impactarán en la economía provincial.

Una cosecha no levantada a tiempo va en desmedro de su calidad, y por ende de su precio, sobre todo si consideramos que el proceso de siembra y cultivo está constantemente sujeto a los rigores del clima (lluvias, sequías, vientos, granizos).

Si este proceso se realiza a destiempo, el ciclo evolutivo de las plantas puede verse afectado por múltiples factores, y en consecuencia, generar efectos catastróficos para la economía de una región. Bien saben los chacareros del celo a la hora de “echar la semilla” porque de su oportunidad y pericia dependerá su suerte.

En busca de alternativas energéticas
Esta realidad, simple y cruda, no tiene respuesta sino en la búsqueda y puesta en función de energías viables alternativas a las fuentes y recursos actuales. Está claro que ese es el nuevo reto tecnológico al que la humanidad se debe enfrentar en este siglo XXI.

Un ejemplo es Europa, que apuesta a todas las opciones posibles: biogás, a partir de desechos vegetales y estiércol del ganado; bioetanol, energía eólica con molinos de viento de tamaños gigantescos, y con la importación de biodiésel en volúmenes astronómicos.

En lo referente al biodiésel, la Argentina se ha posicionado como uno de los mayores productores mundiales del biocombustible y actualmente es el mayor exportador. Su más importante mercado es, justamente, la Comunidad Europea.

El campo chaqueño necesita 100 millones de litros

Los chaqueños, ¿qué estamos haciendo al respecto? Es la pregunta que debemos hacernos todos: usuarios, autoridades y la comunidad entera. Nadie debiera estar ajeno al problema, y si alguien osara plantearse “a mí no me incumbe, pues no tengo ni vehículo ni tractor”, cabría una respuesta contundente: absolutamente todo lo que cualquier ciudadano consume es transportado desde algún lugar distante, y para ello se ha necesitado un medio de transporte que, por lo general, es el camión. Y el camión es un gran consumidor de gasoil.

Si bien la cuestión del desabastecimiento no hace distinción de zonas o clase social alguna, golpea con mayor intensidad al sector agrícola por ser este el motor de muchas economías regionales y, por supuesto, de la economía chaqueña.

El campo chaqueño y toda la actividad vinculada con él necesitan anualmente alrededor de cien millones de litros de combustible. Si a esto le sumamos que constantemente se expanden las fronteras agropecuarias por los desmontes, o que se incorporan grandes áreas antes marginadas, estamos frente a un panorama bastante sombrío si no se toman los recaudos en tiempo y forma.DIARIO NORTE.

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