Las bacterias pueden ser la salida al problema de la vinaza.
Se analiza la transformación del residuo de la producción de alcohol en un subproducto. Definiciones en unas jornadas realizadas en Tucumán. Importancia del rol del Estado para financiar iniciativas.
La necesidad de encontrar una solución inmediata al factor contaminante que representa la vinaza moviliza a instituciones e investigadores de todo el planeta, que pretenden no sólo preservar el medio ambiente, sino encontrar soluciones rentables para las empresas a partir del tratamiento del residuo de la elaboración de etanol.
Por iniciativa de la Secretaría de Innovación y Desarrollo Tecnológico (Sidetec) de la Provincia, a cargo de Javier Noguera, ayer se llevó a cabo en Tucumán unas jornadas sobre «tecnologías innovativas para generar bioenergía utilizando residuos agroindustriales y/o derivados de procesos industriales». Estuvo presente el secretario de Medio Ambiente, Alfredo Montalbán, entre los diversos disertantes nacionales e internacionales.
Octavio Valsechi, de Brasil, expuso sobre la separación de los componentes de la vinaza y su aprovechamiento energético. «En Brasil, la vinaza se utiliza como auxiliar de riego, y se emplea el potasio que contiene como fertilizante; entonces, se hace una fertiirrigación. En la Argentina eso no es posible, porque los suelos aquí tienen un alto contenido de potasio, y los riesgos de poner más de este mineral es la contaminación», dijo el experto a LA GACETA. Hizo hincapié en que, debido a que en Brasil la vinaza no es un problema sino una solución, las academias de investigación de ese país nunca se ocuparon de buscar una solución.
«Ahora estamos trabajando en un proceso de investigación para utilizar la vinaza como fuente generadora de agua limpia; o de producción de potasio de una fuente natural y renovable, como es la caña; o como sustituto de los fertilizantes tradicionales, o como una fuente de energía para las calderas», indicó. Ponderó el hecho de que distintas investigaciones en el mundo dan cuenta de que es posible transformar el residuo de la producción de alcohol en un subproducto.
Otra disertación estuvo a cargo de Héctor Álvarez, investigador independiente del Conicet y docente e investigador de la Universidad Nacional de la Patagonia. «Lidero un grupo de investigación que intenta desarrollar una aplicación de microorganismos, en este caso bacterias, para transformar residuos orgánicos de diferente origen, en aceites que pueden ser utilizados para producir biodiesel u otro compuesto de mayor valor agregado», observó. Sostuvo que la lógica del proyecto es aplicable a la vinaza y a algunos otros residuos. «Los grandes problemas de la Argentina son la vinaza y la glicerina, que es el residuo de la producción de biodiesel.
Básicamente se puede aplicar la misma lógica para la glicerina, para la vinaza o para algún otro residuo. Estamos trabajando en un proceso que no se está aplicando en forma industrial en ningún lugar del mundo», acotó Álvarez. Coincidió con Valsechi en que el Estado tiene un rol fundamental en apuntalar estas iniciativas, tanto en la divulgación como en el financiamiento. Por su parte, Noguera recalcó que algunas de las ideas y tecnologías para el tratamiento de la vinaza son probadas, con resultados eficaces, y otras que están en etapa experimental. «Las experiencias que se está valorando en la región son bastante interesantes, como la del ingenio Tabacal y Ledesma, son probadas para enriquecer los suelos. La relación costo-beneficio de este proceso resulta bastante conveniente», apuntó.
Fideicomisos
Noguera anunció que durante la mañana de hoy, en los salones del Jockey Club, se difundirá una iniciativa del Ministerio de Ciencia y Técnica que tiende a crear fideicomisos para desarrollo tecnológico para el tratamiento de la vinaza.LA GACETA/TUCUMAN.